Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Israel ha apretado aún más las tornas a Gaza, donde algunas zonas están completamente sumidas en la penumbra ya que la falta de carburante paró hace 25 días la única central eléctrica de Gaza.
Los cortes de electricidad afectan a todas las actividades que dependen de la electricidad ya que las restantes fuentes de electricidad proporcionadas por Israel y Egipto no pueden satisfacer las necesidades de toda Gaza. Se ha visto afectada el agua potable y de regadío, así como el alcantarillado, lo que supone un grave peligro sanitario. Esta falta de energía ya significa que millones de litros de aguas residuales están contaminando a diario el mar Mediterráneo.
Israel también está privando de comida al millón y medio de palestinos que habitan en Gaza. Según el Comité Popular contra en Bloqueo, no hay suficiente cantidad de productos alimenticios básicos como leche, harina, aceite, carne, arroz y verdura. Según algunos datos, sólo el 15% de los alimentos que necesita Gaza está entrando a través de los pasos fronterizos controlados por Israel.
También se niega a los palestinos de Gaza el derecho a recibir tratamiento médico. En Gaza han desaparecido las medicinas básicas, incluyendo las necesarias para tratar la diabetes, las enfermedades cardiacas, el asma y otras enfermedades crónicas. También faltan medicinas para el tratamiento del cáncer y de enfermedades renales y hepáticas. Hay escasez de material de esterilización y desinfectantes, así como de otros productos necesarios para un tratamiento médico adecuado de los pacientes. Aparatos que significan la vida o la muerte para los pacientes de Gaza están dejando de funcionar porque Israel no permite importar sus piezas de recambio. Los médicos tendrán dificultades incluso para diagnosticar a los pacientes porque los cortes de electricidad han dañado los aparatos de escáner y de rayos X de los hospitales de Gaza.
La población de Gaza depende casi por completo de la ayuda humanitaria ya que Israel les ha denegado en derecho al trabajo desde que empezó a imponer el bloqueo a la Franja hace dos años. Pero ahora incluso se prohíbe la entrada de la mayoría de la ayuda humanitaria e Israel ha restringido drásticamente la ayuda de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, la UNRWA (en sus siglas en inglés). Con una UNRWA a la que se impide distribuir la ayuda alimentaria a sus cientos de miles de beneficiarios (la mayoría de los habitantes de Gaza son descendientes de los refugiados que fueron obligados a abandonar sus casas y propiedades en lo que ahora es Israel hace 60 años), el hambre generalizada no es una cuestión de si sino de cuando.
Israel se ha asegurado de que no sólo es la población humana de Gaza la que está pasando hambre sino también sus animales. Durante cuatro semanas Israel no ha permitido importar pienso cuando se necesitan 150 toneladas al día. El sector agrícola de Gaza, que ya sufre desde que hace un año y medio Israel empezó a impedir la exportación de los productos alimenticios de Gaza, se ve gravemente afectado por la falta de vacunas, semillas, insecticidas y fertilizantes.
Gaza se ha convertido en un lugar en el que es imposible una vida normal. «Ya no puedo más», dice Khalil Barakat, un refugiado de mediana edad del campo de refugiados de la Playa . «En Gaza estamos enjaulados como animales. Si tuviera una oportunidad de emigrar para vivir el resto de mi vida en paz, me encantaría hacerlo».
Este escritor preguntó a una vieja amiga, una joven madre llamada Um Muhammad Abu Ouf, cómo se había visto afectada su familia por el bloqueo. Mientras la oscuridad se cernía sobre la calle al-Muktar de la ciudad de Gaza me contestó: «El bloqueo se ha convertido en una pesadilla diaria, de día y de noche. Hay cortes de electricidad y eso asusta a mi hijo de 11 años. Hace que viva en unas condiciones que no son seguras para él. Estoy tratando de encontrar algo de comida que le dé fuerzas. Fui a muchos almacenes y tiendas, pero en vano. Ni pude encontrar comida ni artículos de primera necesidad para mi hijo ya que faltan muchos productos básicos necesarios para los niños, como leche, pañales y demás cosas».
Por su parte, Nahed Deeb, que temía que se avecinara una época de hambruna, se sentía igualmente frustrado: «Nos estamos muriendo lentamente y nadie hace nada para evitarlo. Perdí mi trabajo hace ocho años y dependo de la ayuda irregular. Lo mismo le pasa a cientos de miles de personas en circunstancias normales. Sin embargo, las personas pobres como yo ya no tienen ningún tipo de ayuda».
No es probable que los habitantes de Gaza vayan a tener un respiro en el castigo colectivo impuesto por Israel que es este bloqueo ya que el ministro de Defensa israelí anunció recientemente que los pasos fronterizos de Gaza permanecerían cerrados hasta nuevo aviso. Esta semana la armada israelí también impidió a un barco libio cargado con trescientas toneladas de comida llegar a la costa de Gaza con el pretexto de que el barco transportaba armas. Sin embargo, se espera que un barco de Qatar parta de Chipre para intentar entregar ayuda humanitaria a Gaza y también se espera que barcos de Turquía, Kuwait, Yemen y Jordania traten también de romper el bloqueo, y los dirigentes palestinos en Israel han prometido hacer lo mismo este fin de semana.
Si el objetivo del bloqueo es presionar a los palestinos de Gaza para que renuncien a sus derechos, Israel se encontrará como resistencia, como afirma un habitante de la Franja que se identifica a sí mismo como Muhammad: «Hace 60 años que somos pacientes. Hemos sufrido tiempos más crueles que estos. Así que, ¿por qué rendirnos este año? Tenemos que ser firmes y pacientes, y acabaróna por levantar el bloqueo».
Sameh A. Habeeb es fotoperiodista, activista humanitario y pacifista residente en Gaza, Palestina. Es escritor freelance para varias páginas web de información.
Enlace con el original: http://electronicintifada.net/