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Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

Noticias de (otra) Catalunya (XVIII)

Fuentes: Rebelión

I Los Mossos d’Esquadra desalojaron el pasado miércoles 19 de febrero el centro de La Carboneria, un edificio ocupado desde hacía cinco años que está situado en la Esquerra de l’Eixample de Barcelona. Albergaba un centro social, gestionado, autogestionado, por las personas que allí vivían. Propietario del edificio: Barclays Bank. Medios usados paa el desalojo: […]


I

Los Mossos d’Esquadra desalojaron el pasado miércoles 19 de febrero el centro de La Carboneria, un edificio ocupado desde hacía cinco años que está situado en la Esquerra de l’Eixample de Barcelona. Albergaba un centro social, gestionado, autogestionado, por las personas que allí vivían.

Propietario del edificio: Barclays Bank.

Medios usados paa el desalojo: fuerte dotación de antidisturbios, bomberos y hasta un helicóptero.

Un portavoz de los Mossos admitió que las personas del centro opusieron resistencia pasiva y no se enfrentaron violentamente a los agentes en ningún momento.

La policía «identificó» a 15 personas que se mantuvieron firmes en el interior del edificio para impedir la entrada de los policías.

Una mujer, llorando, dijo lo esencial de este y de tantos otros desalojos: «Mientras la gente se queda sin trabajo y sin hogar, vosotros os dedicáis a desalojar una casa que hace cosas buenas por lo demás».

Goethe expresó bien, hace dos siglos, el núcleo esencial del pensamiento conservador: «Prefiero la injusticia al desorden.»

II

Sucedió lo de cada miércoles en la ciudad de Teresa Pàmies y López Raimundo. Con alguna variante esta vez. La imprescindible movilización ciudadana en torno a «Stop subidas», precios populares en el transporte público, se trasladó a la calle. La Alcaldía de Trias y sus democráticos amigos ha amenazado con multas y castigos.

Durante media hora se paralizaron las rondas de Dalt y Litoral, la avenida Meridiana y la Diagonal, y la calle Aragón, todas ellas vías muy transitadas a media tarde.

Los del MWC, el Mobile World Congress, están temblando. Asociaciones de vecinos, sindicatos no serviles, ciudadanos responsables, plataformas de transportes públicos, están, estamos, más unidas que nunca. Y pueden. Y podemos.

En otro orden de cosas y mientras tanto, el Ayuntamiento barcelonés se ha comprometido a elevar su inversión en 10 millones anuales en 2015 y 2016, y este mismo año la elevarán tambíén en 10 millones. Treinta millones en total. La Generalitat aportará unos 8 millones más. Lo que era imposible ya es posible. ¿Sirve o no sirve movilizarse?

III

CiU y PP se pelean o dicen pelearse en asuntos más o menos marginales. A veces también en asuntos básicos. En muchas ocasiones, en las más crematísticas, van unidos de la mano.

La última vez, de nuevo, el asunto va de privatizaciones. El Ayuntamiento barcelonés privatizará durante un cuarto de siglo los 26 aparcamientos más rentables de la ciudad. ¡Privatizar es hermoso gritan al unísono, en catalán o en castellano, no importa en este caso!

Para dorar la pildora, y ocultar los suculentos negocios que la operación encierra, don Trias ha anunciado que con los ingresos de la operación se construirá mucha vivienda social. Ha hablado de 1.000 viviendas.

La cuestión: el Ayuntamiento de Barcelona, el rico ayuntamiento de la millor botiga del món, el mismo que presta generosamente dinero (ni reclama el prestado) a la Generalitat de Catalunya, el mismo consistorio que se va a gastar 7,5 millones de euros (o algo más probablemente) en urbanizar un Paseo de Gracia ya más que urbanizado, ¿no tiene capacidad financiera para construir vivienda de protección oficial sin necesidad de privatizar aparcamientos públios?

¿De verdad que no? ¿Nos lo creemos? No, nos lo creemos.

IV

Lo intentan con todo, incluso con Paco Candel, el autor de Els altres catalans, Los otros catalanes.

Acto institucional de recuerdo a los 50 años de la publicación de la novela del escritor, militante del PSUC (fue candidato por el partido de la resistencia a la alcaldía de l’Hospitalet de Llobregat en las primeras elecciones democráticas municipales), fallecido en 2007, celebrado en el Palau de la Generalitat. Presencias destacadas: Artur Mas, Jordi Pujol (ex presidente de Banca Catalana), Pere Baltá, ex diputado de CiU; Jaume Sobraqués, el del Congreso de España contra Catalunya, Rafael Hinojosa, Salvador Cardús, Núria de Gispert, Xavier Trias, Francesc Homs y cinco consellers más; Xavier Bosch (director general para la Inmigración), Josep Martí (secretario general de la Comunicación de Govern). CDC, CDC, CDC i una mica d’Unió.

Mas tuvo la…, cómo decirlo, profunda y singular reflexión de hablar de Candel, de Paco, no de Miguel Candel, como un Mandela catalán -¡cómo han leído!- y de recordar que pocos como él, como P. Candel, por supuesto, han contribuido a ¡unir y soldar la sociedad catalana! Lo dijo don Mas, el mismo que se rió en sede parlamentaria de la forma de hablar castellano de los niños gallegos y andaluces, el mismo que es amigo político de Duran i Lleida, el que se rio de los campesinos andaluces en paro que vivían a costa del esfuerzo de los catalanes laboriosos, y el mismo que tiene en su gobierno a una consejera que es capaz de hablar de una inmersión lingüística herida de muerte porque el castellano sea también lengua vehicular en la escuela aunque sea unas seis horas por semana. ¡Para morirse de rabia y no resucitar hasta dentro de diez siglos!

¿Qué pensaría Paco Candel de esta apropiación nacionalista de su obra y de su legado? Hasta la más que moderada y más, mucho que nacionalista, Dolors Camat fue capaz de decir lo que es evidente: «Zafio, es, simplemente, zafio».

Por cierto, ¿cuántos de los asistentes habrán leído la obra de Francisco Candel, esa novela que tanto nos emocionó de jóvenes? Por cierto, ¿dónde ubican al PSUC? ¿En el archivo de los desechos?

Se cuenta que cuando Josep Martinell habló a Pla del interés de Paco Candel de ir a visitarle a su mas de Llofriu, el escritor ampurdanés comentó «Quin Candel, aquell que és un xarnego?». Ese mismo, el que era un charnego.

V

El secretario federal de la Liga Norte, Matteo Salvini, ha confirmado recientemente los estrechos contactos que su partido mantiene con Convergència i Unió, y reiteró, no había ninguna duda al respecto, el apoyo total-total de su organización, la que se mofa e insulta a la ministra italiana de Inmigración, al proceso independentista catalán. Salvini informó que es Fabrizio Cecchetti, vicepresidente del parlamento de Lombardía, el contacto permanente de los liguistas con el partido de don Artur Mas. Sin que sea visto, como a escondidas. «Es nuestro puente con los catalanes, nuestro enlace; va a Barcelona cada semana y es huésped oficial».

Eso aseguró el hombre fuerte de la Liga, partido que se aliará en las elecciones europeas con Marine Le Pen, en Francia, y con Geert Wilders, en Holanda. Gentes, demostrado está, razonables, prudentes, en absoluto racistas ni xenófobas.

¿Qué sentido tienen estas entrevistas frecuentes, casi en la clandestinidad (pero oficiales a un tiempo) entre la Liga del Norte y el presidente de la Generalitat?

VI

En una entrevista, Neil Davidson, miembro de la Radical Independence Campaign (RIC) de Escocia, fue preguntado por la izquierda y la independencia. «¿Por qué alguien de izquierda debería apoyar la independencia de Escocia?» se le comentó.

Por lo siguiente respondió: «Escocia nunca ha sido una nación oprimida dentro del Reino Unido. Aunque dado su relativamente pequeño tamaño y población jugó un papel desproporcionado en la conquista, administración y financiación del imperio británico.» ¿Y entonces por qué? «La izquierda en Escocia debería apoyar la independencia porque nuestra nación ha sido parte del opresor, y no su víctima: significa que rechazamos aquellos aspectos de nuestra historia e identidad influenciados por el imperialismo». Esta posición, prosigue Davidson, «podría tener un impacto práctico e ideológico, sobre todo en la expulsión de las armas nucleares de Escocia, el consecuente debilitamiento de la alianza británica con EEUU y la eliminación del resto del Reino Unido como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU».

La independencia, concluye, «es también una manera de contrarrestar en parte la estrategia neoliberal del estado central británico.»

La posición es netamente minoritaria en el independentismo escocés y, desde luego, nada tiene que ver con los argumentos esgrimidos por CiU y ERC. Nada de nada.

VII

En «Multilingüismo y recomposición identitaria en España», Armando F. Steinko recordaba un texto de Gramsci de los Cuadernos de la Cárcel: «La cultura, en sus diversos grados, unifica una mayor o menor cantidad de individuos en estratos numerosos, más o menos en contacto expresivo, que se entienden entre sí en grados diversos etcétera. Son estas diferencias y distinciones histórico-sociales las que se reflejan en el lenguaje común y producen aquellos «obstáculos» y aquellas «causas de error» de las que trataron los pragmáticos. De esto se deduce la importancia que tiene el «momento cultural» incluso en la actividad práctica (colectiva): cada acto histórico no puede ser realizado sino por el «hombre colectivo», o sea que presupone el agrupamiento de una unidad «cultura social», por la que una multiplicidad de voluntades disgregadas, con heterogeneidad de fines, se funden para un mismo fin, sobre la base de una concepción (igual) y común del mundo (general y particular, transitoriamente operante -por vía emocional- o permanente, por lo que la base intelectual es tan arraigada, asimilada, vivida, que puede convertirse en pasión). Puesto que así sucede, se ve la importancia de la cuestión lingüística general, o sea del logro colectivo de un mismo «clima» cultural» (Cuadernos de la cárcel. Tomo 4, §44. Ediciones Era, Mexico, p.209s).

Clima no opresivo por supuesto. Este marxista de una pieza, este comunista que se mantuvo fiel hasta el final de sus días, este revolucionario que nos habló de un mundo grande y terrible, ¿sabía qué era pensar?

También este texto de Göran Therborn (Europa Hacia el siglo XXI, Siglo XXI, México 1999, p.50) está incorpordo a la notas de Steinko: «La política étnica de la URSS en los años veinte fue única en su generosidad. Se crearon lenguajes escritos para 48 etnias por primera vez. El analfabetismo fue erradicado con escuelas de lenguas vernáculas étnicas, desde el bielorruso y el hindis al uzbeco y el kiguiz. En nombre del internacionalismo, se dio a 70 lenguas de la URSS (una) escritura latina».

¿Todo era malo y horrible en la Unión Soviética? ¿Todos eran zafios, burócratas, estalinistas, uniformistas, impresentables?

Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.