Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Los investigadores de los crímenes de guerra de las Naciones Unidas declararon el miércoles (14 junio 2017) que los intensificados ataques aéreos de la coalición que lidera EEUU sobre el baluarte del Dáesh en Raqqa (Siria) están causando una «pérdida espantosa de vidas de civiles».
Los aviones de combate de la coalición están apoyando una alianza de combatientes kurdos y árabes que luchan para recuperar la ciudad de los militantes del Dáesh.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) empezaron a atacar Raqqa hace una semana para recobrarla del grupo militante. Las FDS, apoyadas por los duros ataques aéreos de la coalición, han tomado franjas de territorio al oeste, este y norte de la ciudad.
Paulo Pinheiro, presidente de la Comisión de Investigación de la ONU, declaró que desde el mes de marzo esos ataques habían matado al menos a 300 civiles en la norteña ciudad siria de Raqqa.
También dijo en el Consejo de Derechos Humanos que diez acuerdos alcanzados entre el gobierno sirio y los grupos armados para evacuar a combatientes y civiles de las áreas asediadas, incluido el este de Alepo, «suponían en algunos casos crímenes de guerra» porque los civiles «no contaban con opción alguna».
Dijo: «Hacemos especial hincapié en que la intensificación de los ataques aéreos, que han allanado el camino para el avance de las FDS en Raqqa, han causado no sólo una espantosa pérdida de vidas de civiles sino que han provocado también que 160.000 civiles tengan que huir de sus hogares y se conviertan en personas internamente desplazadas».
La batalla de Raqqa (Situación a 12 de junio)
En Raqqa, fuerzas rivales compiten para arrancarle terreno al Dáesh. El ejército sirio está también avanzado por la zona desértica al oeste de la ciudad.
En respuesta a esas informaciones, los grupos por los derechos humanos pidieron el miércoles a la coalición liderada por EEUU en Siria que diera prioridad a la protección de los civiles en la ofensiva para retomar Raqqa.
«La batalla por Raqqa no debe tener como objetivo sólo derrotar al Dáesh sino también proteger y ayudar a los civiles que llevan tres años y medio sufriendo las acciones de ese grupo», dijo en un comunicado Lama Fakih, vicedirectora de Human Rights Watch (HRW) para Oriente Medio.
«Los miembros de la coalición y las fuerzas locales deberían demostrar que las vidas y los derechos de cientos de miles de civiles en Raqqa son una prioridad paralela en la ofensiva», añadió Fakih.
En un informe publicado el 2 de junio por la Fuerza Combinada de Trabajo Conjunto-Resolución Inherente de la Operación (CJTF-OIR, por sus siglas en inglés) se decía: «Hasta la fecha, en función de la información de que se dispone, la CJTF-OIR estima que es muy probable que hayan muerto al menos 484 civiles a causa de los ataques de la coalición de forma no intencionada desde el principio de la OIR.»
Mientras tanto, el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido, informaba que al menos 225 civiles, incluidos 44 niños y 36 mujeres, habían muerto entre el 23 de abril y el 23 de mayo, la cifra mensual de víctimas más elevada desde que la coalición dirigida por EEUU inició su campaña contra el Dáesh en 2014.
HRW ha documentado asimismo varios ataques aéreos y con misiles llevados a cabo por las fuerzas dirigidas por EEUU en Siria que, desde septiembre de 2014, están causando víctimas civiles.
Fósforo blanco
Por otra parte, HRW expresó su preocupación ante el uso de armamento incendiario de fósforo blanco por parte de la coalición liderada por EEUU en su lucha contra el Dáesh en Iraq y Siria, alegando que se pone en peligro la vida de los civiles cuando se utiliza en zonas pobladas.
«No importa cuánto fósforo blanco se utilice, representa una riesgo muy alto de provocar daños horrendos y duraderos en ciudades tan abarrotadas de civiles como Raqqa y Mosul y en cualquier otra zona con concentración de civiles», dijo Steve Goose, director de cuestiones relacionadas con las armas de HRW.
Videos al aparecer grabados por el Dáesh mostraban lanzamientos de artillería con fósforo blanco explotando en el aire durante los combates en Raqqa de la pasada semana.
El fósforo blanco puede utilizarse en la guerra para iluminar o crear pantallas de humo que obstruyan la visión del enemigo del campo de batalla y actúen como cobertura para los aliados.
Sin embargo, la sustancia arde a temperaturas extremadamente altas, enciende otros materiales con el contacto y quema la piel. Es también venenosa en sumo grado.
Su uso como armamento ofensivo está prohibido por la ONU, no así su uso como pantalla.
Ryan Dillon, coronel del ejército estadounidense y portavoz de la coalición, dijo: «De conformidad con las leyes de los conflictos armados, se utilizan rondas de fósforo blanco para hacer pantalla, oscurecer y marcar de modo que se tengan en cuenta los posibles efectos incidentales sobre civiles y estructuras civiles. Sin embargo, el Dáesh mantiene un absoluto desprecio por las vidas humanas inocentes matando a los civiles que intentan escapar de los combates; la coalición no va a quedarse quieta permitiendo que mueran civiles innecesariamente si podemos ayudar a protegerlos», dijo.
HRW dijo que no había podido verificar de forma independiente si se habían producido víctimas civiles como consecuencia de la utilización de fósforo blanco.
Crisis humanitaria
La batalla para expulsar al Dáesh de su baluarte en Raqqa está representando asimismo un reto abrumador para los grupos de ayuda que tratan de responder a la última crisis humanitaria creada por el conflicto sirio.
Decenas de miles de civiles han escapado de Raqqa y sus alrededores desde que las FDS con el apoyo de EEUU dieron inicio el año pasado a su operación para recuperar el baluarte del Dáesh.
Se esperan nuevas oleadas de desplazados tan pronto como avance la batalla por el interior de la ciudad.
Un problema fundamental es conseguir suministros de ayuda para la región del desierto, relativamente remota, del norte sirio, a la que actualmente sólo llega un goteo de ayuda desde las vecinas Turquía e Iraq.
«Los suministros son muy, muy limitados, y las necesidades de la población enormes», dijo Puk Leenders, coordinador de emergencias para el norte del Siria de la ONG Médicos Sin Fronteras.
Turquía considera que el componente kurdo fundamental de las FDS es un grupo «terrorista» y ha cerrado a cal y canto su frontera con la zona norte de Raqqa.
El cruce de frontera con Iraq, a unos 300 kilómetros al este de la ciudad de Raqqa, está abierto para las mercaderías, pero en la práctica hay muy poco tráfico, según han declarado las autoridades locales.
La ONU, que actúa dentro de Siria con permiso del gobierno, ha podido transportar por avión desde Damasco suministros a la ciudad de Qamishli, al noroeste de Raqqa.
Pero «lo que llegó fue muy limitado e insuficiente para poder atender todas las necesidades», dijo David Swanson, portavoz regional de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).
La ONU confía ahora en poder empezar a enviar ayuda a Qamishli desde Alepo, una distancia de más de 400 kilómetros, «pero primero hay que comprobar que la ruta es segura», dijo Swanson.
Fuente: http://www.middleeasteye.net/news/raqqa-battle-staggering-civilian-toll-us-led-air-strikes-641611925
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