El presidente estadounidense volvió a cargar contra Siria: confirmó su apoyo a los grupos opositores de ese país y les prometió más dinero para financiar la desestabilización. El doble discurso de Obama, convertido en política de Estado en Washington. Con el paso del tiempo, el doble discurso se ha transformado en la principal característica del […]
El presidente estadounidense volvió a cargar contra Siria: confirmó su apoyo a los grupos opositores de ese país y les prometió más dinero para financiar la desestabilización. El doble discurso de Obama, convertido en política de Estado en Washington.
Con el paso del tiempo, el doble discurso se ha transformado en la principal característica del presidente estadounidense Barack Obama. Su antecesor, George W. Bush, tenía la brutal virtud de representar a los sectores más conservadores y guerreristas de Washington, y por esa razón no vacilar a la hora de ordenar a una invasión contra algún país miembro del «Eje del mal», algo que Obama tomó muy en cuenta al asumir el poder en la Casa Blanca.
La demostración del doble discurso presidencial quedó en claro ayer, cuando se dirigió a los soldados de la academia militar de West Point, ubicada en Nueva York. En esta oportunidad, se refirió al conflicto interno que hace casi tres años atraviesa Siria y ha dejado alrededor de 150 mil muertos.
El mandatario estadounidense manifestó que su país ajusta detalles para comenzar con la «formación» de los grupos opositores sirios. Aunque Obama negó el envío de tropas a la nación árabe y se despegó de cualquier apoyo a las milicias terroristas, su anuncio se debe interpretar como parte de la doctrina que lleva adelante desde su asunción: una confrontación «indirecta» con los enemigos de turno. El globo de ensayo fue puesto en funcionamiento en Libia, con el objetivo de derrocar a Muammar Al Gaddafi. Escudado en los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), en referentes de la oposición «democrática y liberal» que vivían fuera de la nación norafricana, y en los grupos mercenarios conformados por individuos de diferentes nacionalidades, la Casa Blanca impulsó la desestabilización del gobierno libio, algo que logró en apenas ocho meses. Si bien detrás de Libia (como ahora de Siria), las oscuras manos de Estados Unidos son evidentes, Obama obtuvo un triunfo en medio de la crisis económica que vive Norteamérica, ya que no tuvo que movilizar tropas, sobre todo después de los duros reveses en Afganistán e Irak.
Por eso, el discurso del mandatario en West Point estuvo marcado por las dos caras. Mientras Obama expresó que trabajará con el Parlamento de su país «para aumentar el apoyo para aquellos en la oposición siria que ofrecen la mejor alternativa a los terroristas y un dictador brutal», en referencia al presidente Bashar Al Assad, también indicó que el uso de fuerza contra Siria será el último recurso. Pese a estas declaraciones, es por demás conocido que Washington ha enviado millones de dólares a territorio sirio bajo la denominación de «ayuda no letal».
Diferentes agencias de noticias citaron a funcionarios estadounidenses, quienes afirmaron que la ayuda anunciada por Obama incluiría «formar militarmente a opositores escogidos después de pedir autorización al Congreso» y en alianza con los aliados árabes y europeos de Washington. Por su parte, el diario «Wall Street Journal» publicó que la CIA será la encargada de preparar a los opositores sirios.
Igualmente, en su discurso Obama remarcó que su gobierno reforzará la lucha contra el terrorismo, por lo cual entregará más fondos a Jordania, Líbano, Turquía e Irak para que destinen a la protección de los refugiados sirios y luchen contra los mercenarios que intenten cruzar las fronteras.
«Estados Unidos es la nación indispensable. Eso ha sido así durante el siglo pasado y probablemente lo seguirá siendo el siglo próximo», remarcó Obama, para agregar que, «Cuando un tifón golpea Filipinas o unas niñas son secuestradas en Nigeria o unos hombres enmascarados ocupan un edificio en Ucrania, el mundo espera ayuda de Estados Unidos». Para el mandatario, su país «…pocas veces ha sido más fuerte respecto al resto del mundo».
Pese a estas palabras, Obama aseveró que la utilización de las fuerzas militares estadounidense para intervenir en otros países de forma unilateral no está descartada, porque nunca pedirá «permiso» para proteger a los ciudadanos de su país y su forma de vida.
Al mismo tiempo, el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, informó que en los próximos días trabajarán con el Congreso para participar en la ayuda adicional a la oposición siria.
Más allá de los anuncios, es sabido que Estados Unidos mantiene contactos fluidos con los grupos irregulares sirios. Diversos medios han denunciado el financiamiento directo a los mercenarios, además de su entrenamiento en a países como Jordania. A esto se debe agregar que recientemente la comisión de las Fuerzas Armadas del Senado estadounidense aprobó una ley de defensa que autoriza a proveer entrenamiento a miembros de la oposición siria.
El anuncio de Obama sucede a dos semanas de la reunión con Ahmad Jarba, líder de la cuestionada Coalición Nacional para las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (CNFROS). En un comunicado oficial de la Casa Blanca, se explicó que tanto Obama, como la consejera de seguridad nacional estadounidense, Susan Rice, «repitieron que Bashar Al Assad perdió toda legitimidad para dirigir Siria y no tiene un lugar en el futuro». El mandatario estadounidense manifestó en la reunión que ya era hora de instalar un gobierno «representativo» en la nación árabe, reiterando de esta manera su postura de derrocar a Al Assad. Por su parte, Jarba agradeció a Estados Unidos la «ayuda no letal» que ha brindado a la CNFROS por un monto que sobrepasa los 287 millones de dólares.
El anuncio de Obama se produjo un día después que un grupo terrorista atacara a un equipo de inspectores de la Misión Conjunta Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ/ONU) en la localidad siria de Kafar Zeta. Desde la OPAQ indicó que el atentado ocurrió cuando la misión se dirigía a investigar denuncias de uso de gas cloro por parte de grupos armados. Naciones Unidas confirmó que los integrantes del equipo se encuentran en buen estado y que retornaron a su base de operaciones. Sobre este hecho, Obama no brindó declaraciones, como tampoco se refirió a las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en Siria a principios de junio, porque el silencio del mandatario estadounidense también es parte intrínseca de su doble discurso.
Fuente original: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/leandro-albani-obama-y-la-diplomacia-de-la-injerencia-en-siria