En vísperas de las decisivas elecciones locales en Turquía el domingo, Leyla Zana habla para GARA desde la sede central del DTP en Diyarbakir. Declaraciones como éstas son las que le han costado decenas de procesos judiciales y años de cárcel. Espera sentencia el próximo día 31, pero prefiere hablar de la lucha de su pueblo.
Nacida en Silvan, cerca de Diyarbakir, en 1961, Leyla Zana es una escritora y política kurda, de ideas feministas y progresistas. Después del encarcelamiento de su marido, a raíz del golpe de estado en Turquía en 1980, Leyla comenzó una intensa actividad en defensa de los detenidos políticos y por la amnistía. En 1991, se convirtió en diputada por el distrito de Diyarbakir con el 84% de los votos por el partido DEHAP (Partido de la Democracia del Pueblo).
Durante la sesión de investidura, afirmó que trabajaría por la hermandad de los pueblos turco y kurdo, diciendo esta frase en kurdo y portando una felpa con los colores tradicionales del Kurdistán, lo que estaba prohibido.
En 1994, le derogaron la inmunidad parlamentaria y fue detenida bajo la acusación de «traición y separatismo», así como de «pertenencia» al PKK. En 1995, el Parlamento de Estrasburgo le concedió el premio Sakharov, el cual hubo de recoger en 2004, a su salida de la cárcel. En 2008, recibió el premio VII Premio Juan María Bandrés a la Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados junto con la diputada afgana Malalai Joya.
Turquía y la Unión Europea
Siempre he creído que la inclusión de Turquía en la Unión Europea ha de ser buena para los kurdos porque ello significaría que se han acometido las reformas necesarias para democratizar el país. El problema es que Bruselas lleva ya tres años sin monitorear las reformas emprendidas por Ankara.
Subdesarrollo selectivo
Ankara se esfuerza por mantenernos en el subdesarrollo más atroz. El ejemplo más claro es quizás el de la educación. Muchos de nuestros niños no tienen derecho a ella, mientras que otros niños de su edad van a la escuela, hablan idiomas… Miles de niños kurdos limpian zapatos en las calles de Estambul. Hace poco hablé con una familia de campesinos kurdos que había emigrado a Van. El padre decía que en su aldea tenían suficientes recursos para vivir dignamente, y que él era respetado porque podía mantener a su familia. Pero al llegar a Van, no encontró trabajo y ahora son los hijos los que le mantienen a él. «En la ciudad no soy nadie, he perdido el respeto de todos y el mío mismo», decía este hombre. Cuando privamos a un niño de su derecho a la educación, le imponemos a su vez una responsabilidad que no le corresponde, la de cuidar de su familia.
La figura de Abdulah Ocalan
Los kurdos siempre hemos tendido a estar divididos debido a nuestra mentalidad tribal. Ocalan es el único que ha conseguido aglutinarnos a todos en un único movimiento. Sin la figura de un líder fuerte, los kurdos seguirían separados. Cuando Ocalan estaba en Damasco en 1997, ya dije que era el Nelson Mandela de los kurdos. No soy la única que lo piensa pero, por supuesto, he tenido muchos problemas a raíz de aquellas declaraciones. El PKK es la realidad del pueblo kurdo en Turquía. Si se quiere solucionar este conflicto, hay que reconocer la autoridad del PKK así como la de su líder, Abdulah Ocalan. Sin ir más lejos, el pasado sábado medio millón de kurdos celebraron el Newroz (el año nuevo kurdo) en Estambul. Ankara ha de saber que mientras los kurdos no sean libres, tampoco lo serán los turcos.
Europa y el PKK
Cuando Europa decidió incluir al PKK como «organización terrorista», nos dirigimos desde la cárcel a todos los líderes europeos explicándoles nuestra lucha por la libertad. El problema aquí es que priman los intereses nacionales de cada país sobre el respeto de los derechos más básicos de nuestro pueblo. Nosotros seguimos dirigiéndonos a cada país de Europa para que rectifiquen y reconozcan que nuestra lucha es legítima. Estoy convencida de que Europa lo acabará haciendo, aunque probablemente sea a largo plazo. Hoy por hoy, Bruselas sigue escuchando a Turquía, sigue hablando de «terrorismo kurdo». Pero Europa ha de ser la que medie entre turcos y kurdos.
El Poder Judicial turco
¿Qué podemos decir de un país que sentencia a niños a un año de prisión? La Constitución hoy vigente fue escrita por los militares en 1980. La sociedad está ejerciendo presión sobre el Poder Judicial, y éste sobre la sociedad. Mi proceso judicial tiene mucho que ver con esto, y también sus consecuencias. Cualquier cosa que digo puede ser utilizada para encausarme una vez más. Yo no reconozco esta Constitución ni los crímenes que se me imputan. Esta Constitución me rechaza y yo hago lo mismo con ella.