Recomiendo:
1

Ochenta años después, la historia se repite

Genocidio Palestina
Fuentes: Rebelión [Imagen: Matar por hambre es una de las estrategias genocidas cometidas por el ejército sionista en Palestina. Créditos: UNRWA]

En este artículo el autor expresa su indignación ante el avance del genocidio del pueblo palestino en Gaza, para lo que parte sobre una reflexión acerca de la indignación que supuso hace 80 años conocer el alcance de los horrores cometidos por los nazis en Europa.


Han pasado más de ochenta años desde que el mundo se horrorizó al enterarse de escenas de crueldad humana que, hasta entonces, eran inimaginables para la abrumadora mayoría de las personas, en todas partes.

Lo más probable es que todo el mundo ya haya deducido que me refiero a las monstruosidades que salieron a la luz pública después de que las fuerzas soviéticas aplastaran la maquinaria de guerra de la Alemania nazi y liberaran a los supervivientes de Auschwitz y de varios otros infiernos terrenales constituidos por campos de concentración. En esos espacios se amontonaban para posterior exterminio el mayor número posible de miembros de los grupos humanos considerados indeseables por los líderes del nazismo, esta ideología nefasta y el espantoso régimen político que engendró.

Es difícil encontrar a alguien que no se haya sensibilizado y conmovido en algún momento al contemplar fotos y películas con personas semivivas, en estado cadavérico, con todos sus huesos visibles a primera vista, por haber sido privadas de la comida mínima necesaria mientras estaban cautivas en los campos mencionados.

Debido a esto, este período ha sido catalogado como uno de los episodios más abominables de la humanidad en todos los tiempos. Tanto es así que hasta los líderes políticos de los países donde se perpetraron estos crímenes diabólicos parecían haberse dado cuenta de la intolerable maldad que se había cometido y se comprometieron a no permitir que tal cosa volviera a suceder.

Empero, las clases dominantes europeas están lejos de haber respetado este compromiso. Quizás, lo que ya no estaban dispuestos a tolerar es que tales atrocidades se cometieran nuevamente contra personas blancas de etnia europea, pero sin ninguna preocupación en relación con personas fuera de su grupo de occidentales de piel blanca.

Es que, exactamente en este momento, estamos de nuevo ante escenas terroríficas, en las que un inmenso número de otros seres humanos están sometidos a una crueldad tan perversa como la que los nazis solían aplicar a sus víctimas. No obstante, en general, las autoridades de los países europeos y de los Estados Unidos forman la principal base de apoyo para quienes están cometiendo las atrocidades. Para decirlo claramente, las autoridades de los países capitalistas de Europa y los Estados Unidos son los mayores aliados de los crímenes que los sionistas israelíes están cometiendo contra el pueblo palestino.

Y no es por falta de conocimiento de lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza y Cisjordania. Ninguna autoridad de Europa o de los Estados Unidos puede alegar que ignora las imágenes de los campos de concentración, donde, bajo los escombros de sus hogares demolidos, mujeres, niños y toda la población civil sufren intensa hambruna y están expuestos a todas las enfermedades imaginables. Estas autoridades están actuando en complicidad con el martirio y el genocidio que sus aliados sionistas están llevando a cabo contra el indefenso pueblo de Palestina. No hay como no ver las escenas de personas desnutridas, ya casi solo en piel y huesos, ni las de los fusilamientos de quienes van en busca de comida. Todo esto es conocido por todos.

Las clases dominantes de Europa y Estados Unidos son conjuntamente responsables de los crímenes más monstruosos de la actualidad. Hoy, los sionistas pueden equipararse con los nazis en cuanto a perversidad y maldad. Aunque importantes sectores de las sociedades europeas y estadounidense ya se han pronunciado abiertamente en contra del genocidio que se está llevando a cabo en la Franja de Gaza, sus clases dominantes y sus autoridades han permanecido insensibles al sufrimiento de este pueblo.

Aunque los defensores del sionismo persisten en tratar de chantajear al mundo con el intento de equiparar el antisionismo con el antisemitismo, muchas personas de numerosos sectores de las comunidades judías se están levantando en protesta contra esta mentira. Estos humanistas judíos nos ayudan a hacer explícito que el sionismo y el judaísmo son conceptos completamente distintos. El sionismo es una ideología del gran capital, es perversa, racista, abominable, en fin, muy similar en términos prácticos al nazismo. El judaísmo, por otro lado, es una característica cultural o nacional, análoga a la de cualquier otro grupo humano.

El pueblo palestino corre serio riesgo de ser exterminado. Es imposible aceptar pasivamente que esto ocurra. Aquellos que apoyan la masacre actual, o los que son indiferentes a ella, deben ser considerados cómplices de este abominable crimen. La historia sabrá dejarlo evidente a los responsables.

Sin embargo, en cualquier caso, el deber de todos los humanistas en esta hora trágica es unir fuerzas para evitar que el proceso genocida avance. Y esto se aplica a todos, independientemente de su nacionalidad o religión, e incluso vale para los miembros de las propias comunidades judías.

Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor.

Fuente: https://www.viomundo.com.br/politica/jair-de-souza-a-historia-se-repete-80-anos-depois.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.