Once palestinos murieron ayer -diez en Gaza y uno en Cisjordania- debido a ataques del Ejército israelí, mientras que un israelí falleció como consecuencia del lanzamiento de cohetes artesanales contra la ciudad de Sderot. El primer ataque sionista se produjo de madrugada, cuando un avión lanzó un misil contra un minibús en el que viajaban […]
Once palestinos murieron ayer -diez en Gaza y uno en Cisjordania- debido a ataques del Ejército israelí, mientras que un israelí falleció como consecuencia del lanzamiento de cohetes artesanales contra la ciudad de Sderot.
El primer ataque sionista se produjo de madrugada, cuando un avión lanzó un misil contra un minibús en el que viajaban activistas de Ezzedin al-Qassam, brazo armado de Hamas, en la ciudad gazatí de Jan Yunis, matando a cinco de ellos e hirieron a un sexto, según fuentes médicas y testigos presenciales.
Un segundo ataque aéreo se produjo en el mismo lugar minutos después, provocando tres heridos. Un portavoz del Ejército israelí confirmó estos ataques.
Hamas, a través de su portavoz Sami Abú Zuhri, denunció que se había «una grave escalada» por parte de Israel y añadió que el movimiento islamista se reserva el derecho a «responder por todos los medios».
Minutos después, un israelí murió tras recibir el impacto de un cohete artesanal en el el colegio Sapir de la ciudad de Sderot, en el Neguev. Se trata de la decimocuarta víctima israelí en siete años de ataques y la primera desde que Hamas tomó el poder en Gaza en junio. Israel utiliza estos ataques con cohetes artesanales como excusa para realizar incursiones aéreas y terrestres y someter a Gaza a un férreo bloqueo.
Ataques con cohetes
«Estos disparos son una respuesta a la masacre sionista cometida por la aviación israelí esta mañana [ayer] en Jan Yunis», afirmó Hamas en un comunicado. En total, 26 cohetes fueron disparados ayer contra posiciones israelíes en el Neguev.
Poco después del lanzamiento de estos cohetes artesanales, otros dos palestinos murieron y otros dos resultaron heridos en un nuevo ataque aéreo israelí contra un barrio situado al noreste de la ciudad de Gaza. Al menos uno de los muertos y los dos heridos registrados en este ataque eran civiles.
En otro ataque aéreo de la aviación israelí en el centro de Gaza, ya de noche, un activista de la Yihad Islámica falleció y otros dos palestinos resultaron heridos.
Por otra parte, un activista de las Brigadas de los Mártires de al-Aqsa, vinculadas a al-Fatah, murió y otros tres resultaron heridos por soldados de una unidad especial del Ejército sionista desplegada en la ciudad de Nablús (Cisjordania), indicaron fuentes médicas y testigos presenciales.
Asimismo, también ya de noche, otros dos palestinos murieron y doce resultaron heridos, entre ellos cuatro niños, por otro ataque aéreo sionista al norte de la ciudad de Gaza.
Por la noche, otro ataque aéreo tuvo como objetivo el Ministerio del Interior del Gobierno de Gaza, donde murió un bebé de cinco meses y tres personas más resultaron heridas.
El 64% de los israelíes está a favor de mantener conversaciones con los islamistas de Hamas, que controlan Gaza, para acordar un alto el fuego y asegurar la liberación de Gilad Shalit, un soldado sionista que el movimiento islamista tiene secuestrado desde 2006, según refleja un sondeo publicado ayer por el diario israelí «Haaretz».
En el lado contrario, un 28% de los 500 encuestados por Camil Fuchs, profesor de la Universidad de Tel Aviv, se opone frontalmente a cualquier clase de contacto, mientras que un 8% aseguró que no sabía cuál sería la acción más correcta a tomar por parte de su Gobierno respecto a los miembros de Hamas.
El Estado sionista considera a Hamas un grupo terrorista, ya que dispara cohetes contra ciudades del Neguev.
El coordinador especial de la ONU para el «proceso de paz» para Oriente Próximo, Robert Serry, instó ayer a que «acabase la violencia en Gaza».
«Los ataques con cohetes y los atentados suicidas deben cesar, al igual que todos los actos de violencia, para que se instale una atmósfera de calma y se puedan atender las necesidades de la población civil», declaró Serry en Nueva York.