Las noticias: «El Círculo Intercultural Hispano Árabe presenta el lanzamiento de su «Segunda fase»» Una causa en un eje donde todo gira a su alrededor, para una identidad llamada árabe. Así se contrasta en cualquier foro sobre el mundo árabe, sea cualquiera el género que se toque: político, económico, diplomático, social o cultural. La causa […]
Las noticias: «El Círculo Intercultural Hispano Árabe presenta el lanzamiento de su «Segunda fase»»
Una causa en un eje donde todo gira a su alrededor, para una identidad llamada árabe. Así se contrasta en cualquier foro sobre el mundo árabe, sea cualquiera el género que se toque: político, económico, diplomático, social o cultural. La causa palestina está presente como tal en todas sus vertientes de la vida de los seres humanos, que de una forma u otra están vinculados al mundo árabe. En la presentación de lanzamiento de la «Segunda fase» del Círculo Intercultural Hispano Árabe, celebrado en Casa Árabe – Madrid el viernes 6 de mayo, así se contrastó en las excelentes intervenciones de sus Socios Honoríficos, el ex Director General de la UNESCO, don Federico Mayor Zaragoza y el arabista don Pedro Martínez Montávez. Ambos vincularon la cuestión cultural del mundo árabe a su causa principal, la palestina, lo que deja bien claro que ese eje, en este caso con sus engranajes culturales, hace que la causa efecto mueva ese eje sociocultural.
La importancia de la causa palestina como pieza fundamental para entender el mundo árabe, hace que sea un campo para ensayos de distintas índoles, sean: políticos o sociopolíticos, a efectos de destacar uno u otro por personas, Estados o entidades. Este campo también está bien aprovechado por algunos de los mismos que lo cultivan: para el personalismo, para engañar al pueblo árabe o para sacar beneficio económico. ¡Pobre Palestina! Desde que tengo uso de razón, el desfile de aprovechados de su causa no cesa, sea en el mundo árabe o en su región o en el mundo.
Al margen de la desgracia, o mejor dicho de su célebre desastre, causada por la creación del infame Estado llamado «Israel» sobre la tierra palestina, que dentro de en pocos días conmemoraremos como 68 aniversario de Al-Nakba (15 de mayo), al margen de todo lo que genera de esa desgracia, vemos un lado positivo para mantener la esperanza de que es una causa generadora y centrifugadora de nuestra historia actual y seguirá siéndolo, mientras se mantenga la injusticia que se cometió contra su pueblo.
Las movilizaciones políticas o sociopolíticas del mundo árabe, nunca podrán hacerse con el futuro, sin formar parte de este engranaje alrededor de nuestro eje central, la causa palestina, como madre de todas las causas. La implantación de un cuerpo extraño en el corazón del mundo árabe, el Estado sionista, hace imposible avanzar sin resolver el encallado del navío de una nación que quieran o no: los colonialistas, los lacayos, los asesinos a sueldo… fue, es y será el que lleve su identidad árabe a buen puerto.
Palestina, como punto de gravedad del mundo árabe, tiene pendiente que el cuerpo que sostiene se ajuste a su eje central para que todas las piezas funcionen como lo son en un reloj suizo. Mientras cada pieza gira o no a su antojo, el resultado será el que contemplamos todos los días, un desastre de circunstancias generadas a medida de los enemigos de la paz, traficantes de armas, esclavistas, en definitiva del Mal.
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