Traducido del árabe por Jamal Halawa
El eslogan que lanzaron las revoluciones árabes «El Pueblo Quiere…» fue la llave maestra para iniciar cambios sustanciales que se expanden por todos los rincones de la patria árabe, y algunos de esos cambios, acertaron de lleno sobre la cuestión central, la cuestión palestina en concreto, la cual, y gracias a los hijos de Palestina, se ha reconstruido en su expresión como «Al Nakba» (desastre), para transformarla con su sangre, en una nueva expresión de esperanza para el retorno y la victoria.
Sin duda alguna, los avances tecnológicos y la efectividad de la sociedad civil que ha ampliado sus influencias sobre las políticas, y que ya se había demostrado su efectividad antes en occidente, especialmente después de la caída de la URSS y el despertar de los nacionalismos y las revoluciones coloradas que se expandieron en Europa del Este y en los Balcanes, también los árabes, descubren hoy la capacidad de «los movimientos civiles y pacíficos» y su efectividad sobre el cambio y la elaboración de transformaciones, como ha ocurrido en Egipto y Túnez, mientras, los movimientos violentos, que viraron hacia la destrucción, fracasaron en Siria, como fracasó la ilusión de cambio a través de ayuda externa en Libia.
En la era de internet y la información vía satélite, sin capacidad para monopolizar los noticiarios y la imagen, los movimientos civiles han adquirido más fortaleza, y ya vemos a Palestina como se asoma para desenmascarar la falsedad de la propaganda israelí sobre su superioridad ética, su derecho a la autodefensa y mostrar la profundidad y la vitalidad de la cuestión palestina en la percepción árabe en general. Las movilizaciones de las masas árabes han quedado como portadas publicitarias ante la opinión pública internacional que expresan la percepción de los pueblos árabes que rechazan la ocupación israelí, y descubren el gran abismo existente entre lo que hacían los regímenes árabes con respecto a Israel, y la visión de los pueblos, incluidos aquellos pueblos cuyos países habían firmado acuerdos de paz con Israel.
Los estadounidenses y los israelíes temieron por lo que conlleva ver las imágenes de marchas pacíficas hacia Palestina y las atrocidades israelíes que se cometieron en las fronteras, y la influencia que pudieran tener sobre la opinión pública internacional contraria a la expansión y solidaria con las causas lejanas de sus fronteras, entre ellas, la causa palestina, así pues, se apresuraron en responsabilizar a Siria y a la resistencia por lo acontecido. Occidente e Israel no pudieron hacerse cargo por la pérdida de peso en los medios internacionales, añadida a pérdidas anteriores donde se demuestra la debilidad de la entidad sionista y la carencia de su legitimidad internacional como tal, entonces, se apresuraron en desviar la atención de la opinión pública en occidente para vender la idea de la conspiración, porque la sociedad civil en occidente que apoya la causa palestina ni está organizada ni está estable, sino que se fortalece y se debilita en base a los acontecimientos, mostrándose entusiasmada y movilizada cuando ocurre un gran acontecimiento con imágenes que muestran las atrocidades israelíes a través de las pantallas de televisión e internet, y se debilita hasta casi desaparecer en tiempos de estabilidad.
Los israelíes y los estadounidenses han tomado conciencia sobre la importancia de dirigirse al raciocinio civil occidental antes que los árabes, y supieron como hablarle a estas corrientes solidarias con las causas árabes, más precisamente, en Europa, teniendo en cuenta su estructura, la variedad de sus bases, sus objetivos y los estímulos que animan a dichas corrientes a movilizarse y que se pueden sintetizar (la naturaleza de estas corrientes) en las siguientes características:
- Una minoría reducida que considera a Israel como una entidad ilegitima que debería ser desmontada. Esta corriente retrocedió con la firma de los acuerdos de Oslo y demás acuerdos adyacentes.
- Unas corrientes que se movilizan por su interés por la justicia y los derechos humanos, y encuentran en las violaciones de Israel de las leyes internacionales y los derechos del ser humano palestino, un estímulo para movilizarse, como les podrían movilizar cualquier violación de estos derechos.
- Corrientes izquierdistas que apoyan la causa palestina, partiendo desde sus principios ideológicos contrarios a EE.UU. y a la hegemonía imperialista que, a menudo han luchado en su contra en distintos lares por la tierra, entre las cuales, están los movimientos antiglobalización.
- Corrientes que se movilizan por su innato aborrecimiento a las guerras, cualquier guerra, y su visión sobre la necesidad de resolver los conflictos a través de medios pacíficos.
- Corrientes activas y solidarias con las distintas formas de resistencia contra las variadas formas de hegemonía, ocupación y racismo, apoyando a la resistencia en base al derecho legitimo de los pueblos a resistir una ocupación.
- Corrientes que se movilizan por su aborrecimiento al movimiento sionista y sus instrumentos, pero están a favor de la existencia de Israel y de su seguridad, reivindicando una solución pacífica e integral entre ambos bandos.
- Corrientes que apoyan al pueblo palestino, su derecho a ser libre y establecer su estado donde pueda vivir en paz al lado del estado de Israel, siendo esta solución, que insta a los dos estados, la solución que más comparten las corrientes anteriormente mencionadas.
De todos modos, y a pesar de sus limitaciones y sus actividades estacionales, estas movilizaciones civiles demostraron su eficacia moral a nivel mundial y las influencias positivas, aunque sean limitadas, al presionar sobre los elaboradores de decisiones en occidente, pero estas erupciones solidarias de carácter humano y estacional, no pudieron alcanzar en ningún día unos niveles satisfactorios y que signifiquen un apoyo permanente y eficiente, como tampoco se podría garantizarse su auto movilidad, porque sus movilizaciones de apoyo y solidaridad se activan al son de las victorias en el campo de batalla, o al son de las grandes atrocidades y masacres que sobrecogen a toda la humanidad. Además, y lo más importante, es que estos movimientos y corrientes, necesitan de medios de comunicación eficientes que les traslade la imagen y la verdad de los hechos, como hacían antes algunas televisiones árabes que emiten vía satélite, entre las cuales al jazeera, pero eso fue antes de que este canal de televisión se involucre en tejer las conspiraciones para derribar a regímenes, y antes de perder su credibilidad a través de testigos sobre el terreno que desmintieron informaciones emitidas por el canal qatarí, al igual que el Tribunal Internacional sobre el Líbano que perdió toda credibilidad al pasarse el sumario en testigos falsos.
Por todas estas razones, no se ha movilizado el mundo en solidaridad con las marchas sobre las fronteras con Israel y para rechazar las matanzas que cometió ahí Israel. Y a pesar de ello, las marchas sobre las fronteras de la Palestina ocupada, ha marcado el inicio de una nueva era al reconocerlo el propio Israel: los palestinos han derribado la barrera del miedo, y las cosas no volverán a ser las mismas después de las marchas.
El pueblo quiere liberar a Palestina, el pueblo quiere volver a su hogar, el pueblo quiere el fin de la ocupación…son eslóganes que el pueblo palestino portó, y portó con ellos el dolor de la emigración forzosa y se marchó hacia la frontera de las tierras ocupadas, se asomó sobre ellas y las dio una promesa de retorno. El pueblo se marchó hacia Palestina portando unos eslóganes, que aunque son sencillos y populares, guardaban varios indicios, en el sentido de que, efectivamente, existe un pueblo palestino que demanda su derecho sobre su tierra, y que no son solo unos grupos esparcidos en la diáspora. Y que la profecía de Ben Gurion de que la causa palestina, con el tiempo, se iba a marchitar y morir con el paso de las generaciones, no ha sido más que una ilusión, y la prueba la tenemos ahí, al permanecerse la causa viva en la percepción del pueblo palestino joven que se levantó para defender su derecho al retorno, mucho más de como lo hace más de un responsables de la OLP y la vieja guardia del liderazgo palestino.
Cuando estamos a punto de celebrar el undécimo aniversario de la liberación del sur del Líbano el próximo 25 de Mayo, los palestinos han abierto una puerta con su marcha hacia el retorno a Palestina, y día tras día, se corroerá la capacidad de disuasión israelí, exactamente al igual de como se está corroyendo su legitimidad y la legitimidad de su existencia como entidad establecida sobre la tierra de otros y por la fuerza. Lo más expresivo al respecto, a lo que está viviendo Israel ahora de peligro sobre su existencia como entidad, es lo que describió Ari Shavit en el periódico israelí Haaretz en un artículo cuando dijo: «Israel se ha transformado de ser un movimiento nacional que poseía legitimidad sin tener entidad, a ser una entidad que carece de legitimidad.»
Artículo publicado en árabe en el blog de la autora: http://leilanrahbany.blogspot.
*Articulista y profesora en: Lebanese International University