Hay hombres que luchan un dia y son buenos.Hay otros que luchan un año y son mejores.Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.Pero hay los que luchan toda la vida:esos son los imprescindibles. Bertolt Brecht Vittorio, ¡qué dificil és para nosotros escribir esas palabras! En ese dia infinito, de noticia en noticia hasta […]
Hay hombres que luchan un dia y son buenos.Hay otros que luchan un año y son mejores.Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.Pero hay los que luchan toda la vida:esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht
Vittorio, ¡qué dificil és para nosotros escribir esas palabras! En ese dia infinito, de noticia en noticia hasta la última, la más atroz, las lágrimas se roban todo el espacio, y no queda mucho más que decir, si no banalidad en voz baja.. que es una pena, que no se puede morir así, y que no hay justicia en esta tierra …
Nunca nos ha ocurrido despedirnos de un compañero que habíamos conocido tan bien, que todos los días leíamos, con el que siempre nos escribíamos, un compañero que siempre contestaba: «¡estoy!» cuando se le llamaba para escuchar una voz desde Gaza … ¿Cómo se le puede despedir a un hermano mayor que se ha ido para siempre?
No lo sabemos. Tal vez el momento de las necrologías llegará, pero ahora seguimos pensando que no puede ser, que es cierto que una cosa así no puede pasar, y que no le puede pasar a alguien tan increíble… O tal vez que sí que puede, pero en un mundo que ya no tiene nada de humano.
Es por eso que sabemos que Israel tiene algo que ver con esa historia. Sólo hay que comprender en que medida.
Pero tiene algo que ver, porque antes de la Nakba, Palestina era una tierra de paz, porque antes de la ocupación, de la represión de la Intifada, de la masacre de la izquierda, los palestinos fueron los más laicos entre los árabes.
Tiene algo que ver, porque a dejar vivir a las personas como se vive en Gaza, un millón y medio en un campo de concentración al aire libre, es terriblemente lógico que aparezcan las bestialidades, los delirios, las monstruosidades.
Incluso se podrá descubrir que quién te quitó la vida actuaba por cuenta del Mossad, nada va a cambiar con respecto a este hecho banal, irrefutables y fundamental: que esta situación de mierda la querían los sionistas, que decidieron todos los detalles, que la construyeron de día en día durante sesenta años, y ahora le viene bien.
Ya nos lo esperabamos de que los medios de comunicación sacarían unos servicios preconfeccionados sobre los árabes que muerden a la mano que les ayuda, sobre islámicos representados como bárbaros fanáticos, sobre la necesidad de bombardear a Gaza una y otra vez y otra vez y otra vez para impedir que Al-Qaeda tome el poder …
Para tu muerte tan absurda, con esta rabia furiosa que llevamos dentro, con este dolor en el corazón, Vittorio, ¿cómo se puede seguir siendo humanos? Tendríamos que mirar a tus vídeos, a tus fotos, a tus escritos, y tratar de entender.
Pensar en cuántas muertes habrás visto tú, en cuanta desesperación, y intentar superarla, convierténdola en proyecto de vida, una nueva vida, donde todo es como debe ser: cercano, amable, correcto.
Esto nos recuerda aquella frase del Che Guevara, que incluso se parecía un poco a ti, tú también joven, huyendo de la tranquilidad para darse totalmente a la causa de un pueblo y de toda una humanidad: «Si yo muero no llores por mí, haz lo que yo hacía, y seguiré viviendo en ti».
Nos gustaría decirte que vamos a ser capaces de hacerlo. De momento todavía estamos aturdidos, todavía estamos llorando y apretando los puños, y no sabemos, no podemos saber, como se sigue siendo humanos, como tú podías seguir siendo humano viendo a las cabezas de los niños abiertas por los proyectiles israelíes. Tal vez tenías un corazón tán grande que todo el dolor del mundo lo podía llevar por dentro.
Pero te prometemos, por lo que pueda valer, que vamos a intentar de cualquier forma seguir siendo humanos. Te prometemos que vamos a defender tu memoria, que vamos a defender todo lo que has hecho de los sionistas de mierda que en este momento tienen la cara de saquear incluso tu página Facebook, donde muchos de nosotros te están dejando un recuerdo.
Y lo más importante, te prometemos que vamos a continuar la batalla que era tuya y de nuestros hermanos palestinos.
Hasta que en aquella tierra no haya paz, pan y libertad. Hasta que en el mundo no hayan más oprimidos, ni opresores. Y así, tal vez, irás a vivir de nuevo.
Hasta luego Vik,
que por lo menos la tierra te sea leve, ya qué tus pasos ese mundo de ninguna manera se los merecía..
Compañeros y compañeras de Nápoles