Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
La Declaración Balfour era una carta fechada el 2 de noviembre de 1917 y dirigida por el secretario de Exteriores de Reino Unido, Arthur James Balfour, a Walter Rothschild, segundo barón de Rothschild, un líder de la comunidad judía británica, para que se la transmitiera a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda. Afirmaba lo siguiente:
«El gobierno de Su Majestad considera de manera favorable el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará cuanto esté en su mano para facilitar la consecución de este objetivo, entendiéndose claramente que no se hará nada que pueda menoscabar los derechos religiosos y civiles de las comunidades no judías que existen en Palestina, o los derechos y el estatus político que gozan los judíos en cualquier otro país«.
Desde el establecimiento del Estado de Israel en 1948 los sucesivos gobiernos británicos han ignorado deliberadamente las muy específicas garantías para la protección de los pueblos originarios de Palestina que contenía explícitamente la declaración del s ecretario de Exteriores de noviembre de 1917.
David Lloyd George, que era primer ministro en la época de la Declaración Balfour, declaró a la Real Comisión de Palestina en 1937 que la Declaración se había hecho «por razones propagandísticas«.
Lloyd George aclaraba esta postura en sus Memorias, publicadas en 1939:
«La Declaración Balfour representaba la política convencida de todas las partes en nuestro país y también en Estado Unidos, pero su lanzamiento en 1917 se debió, como he dicho, a razones propagandísticas […] El Movimiento Sionista era excepcionalmente fuerte en Rusia y Estados Unidos. […] Se creía, además, que esta declaración tendría una fuerte influencia en el mundo judío de fuera de Rusia y garantizaría a la Entente la ayuda de los intereses financieros judíos. En Estados Unidos su ayuda en este sentido tendría un valor especial cuando los Aliados ya casi h abían agotado el oro y los valores negociables disponibles para compras estadounidenses. Estas eran las consideraciones principales que en 1917 llevaron al gobierno británico a hacer un contrato con los judíos».
Mientras tanto el gobierno británico sigue ignorando las muy explícitas garantías que contenía la mencionada Declaración, considerada la piedra fundacional que llevó al establecimiento posterior del Estado de Israel en 1948 a expensas de la población originaria que durante miles de años había ocupado ese territorio de manera continuada.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.