Traducido para Rebelión por Germán Leyens
La religión debería permanecer afuera del campo político. ¿Por qué, por lo tanto, si se es ateo y laico, hay que hablar de religión?
Porque llegamos a pensar que la intervención del factor religioso no puede ser ignorada por los que quieren comprender el trasfondo de la política de dominación que Israel ejerce sobre sus vecinos árabes.
Los rabinos Dovid Weiss, Moshe Beck, Moishe Arve Friedman, por ejemplo, pertenecientes a un movimiento que combate encarnizadamente el sionismo, contribuyen un esclarecimiento sorprendente. Vestidos de ese atuendo tradicional, salido directamente de la Edad Media, su aspecto contrasta singularmente con la originalidad de lo que tienen que decir.
Por eso, su llegada a París, para expresar su plena solidaridad a Yasir Arafat, moribundo en ese momento en el hospital de Clamart, no pasó desapercibida.
Calificados de enemigos por los sionistas de derecho así como por los de izquierda, critican agresivamente un cierto judaísmo y consideran como un crimen y una vergüenza las condiciones en las que Israel quiere defenderse, y ven esta actitud como una usurpación perpetrada en nombre de la religión judía.
A los que dicen que «la Tierra Santa pertenece a los judíos» replican que reivindicar esta tierra es un verdadero «fraude». Palestina pertenece al pueblo palestino, según el rabino neoyorquino Dovid Weiss, cuyas declaraciones reproducimos a continuación:
S. Cattori
¿Qué significa el nombre «Neturei Karta» (1)?
«Neturei Karta», significa «guardianes de la ciudad», en contraste con las fuerzas del orden, que en realidad son los elementos «destructores». Los verdaderos protectores, de una comunidad humana sea cual sea, son los sabios y los hombres devotos.
¿De cuándo data la creación de la organización Neturei Karta?
Creada en 1938, en Jerusalén, por disidentes del partido ortodoxo Agoudat Israel, «Neturei Karta» cuenta actualmente con decenas de miles de miembros en Israel y cientos de miles en el mundo, sobre todo en Nueva York y en Londres.
El nombre de «Neturei Karta» se aplica a aquellos de entre los judíos, que rechazan el sionismo. No se trata de una organización estructurada como tal. Sin embargo, nuestro grupo tiene estatuto de observador en la ONU.
No somos de ninguna manera parias o una secta, como quisiera hacer creer la revista Jewish Week, por ejemplo. Consideramos que la idea misma de una soberanía temporal judía es contraria a las enseñanzas de la Tora.
Se considera a «Neturei Karta» a la vez como religiosa ortodoxa y antisionista. ¿Cómo reconcilia ambas posiciones?
Los miles de sabios y santos que se reclaman de la Tora y se baten contra el sionismo desde fines del Siglo XIX, aman profundamente al pueblo judío. El antisionismo fue fuertemente mayoritario entre los judíos hasta 1948. Iba desde Chaim Soloveichik y Shalom Dov Ber Loubavitch (1866-1929) en Europa del Este, hasta Samson Raphael Hirsch en Alemania y Shlome Eliezer Alfondri en Marruecos.
Todas estas personas estaban convencidas de que el sionismo sólo podía tener efectos catastróficos para los judíos, tanto en el plano espiritual como en el material. Esto, por desgracia, se confirma un poco más con cada día que pasa.
¿La base de Neturei Karta es Israel?
Durante siglos judíos devotos se instalaron en Tierra Santa para honorar a Dios. Hubo un aflujo a fines del Siglo XIX, sobre todo a Jerusalén. En toda Palestina, esos grupos de judíos venidos de todo el mundo, fueron un ejemplo de buena vecindad con los árabes autóctonos.
¿Cuáles son sus relaciones con los judíos ortodoxos que han aceptado un papel político dentro del Estado de Israel?
Se trata de personas que comparten nuestro antisionismo pero que, por razones pragmáticas, practican el diálogo con las autoridades israelíes. Estamos de acuerdo en el fondo. Sin embargo, nosotros somos más rigurosos: nos negamos a servir en el ejército israelí, no aceptamos ninguna ayuda financiera del Estado israelí, nos negamos a participar en los procesos electorales. En todo caso, nos negamos a poner los pies en Israel.
Los sionistas de izquierda los combaten, los antisionistas los ignoran. ¿No tienen ustedes la impresión de predicar en el desierto?
La mismísima izquierda israelí ha perdido la fe en su efímera ideología. Vea por ejemplo la posición desilusionada de «nuevos historiadores» como Benny Morris que ataca vivamente los mitos fundadores del Estado de Israel.
En cuanto a la derecha israelí: ¡califica de traidores a los dirigentes israelíes! Los unos y los otros no ven salida al enredo político y militar – un verdadero caldero de odio – que ha generado el Estado de Israel. Hay que destacar que los propios «religiosos sionistas» consideran, ahora, que el Estado israelí ha traicionado el «verdadero sionismo». Todo esto demuestra que están buscando una nueva ubicación.
¿Así que, según ustedes, el judaísmo no es un asunto de etnia o de cultura?
De ninguna manera. El judaísmo es exclusivamente una comunidad de fe, y lo ha sido desde la época de Moisés. La promesa divina revelada sobre el Sinaí, de la posibilidad de que los judíos vivan en Tierra Santa, no tenía nada que ver con un privilegio incondicional. Al contrario, sus pecados debían conducirlos al exilio y a crueles castigos.
¿Por lo tanto los judíos han fracasado en su misión?
Han fallado dos veces. Por eso el Templo de Jerusalén fue destruido dos veces. Y viven actualmente su segundo exilio. El exilio tiene por objeto menguar nuestro orgullo y hacernos tomar conciencia de nuestros pecados.
¿Pero el exilio terminará por llegar a su fin?
Los únicos medios eficaces para terminar con el exilio son de orden espiritual: el arrepentimiento y las virtudes que son indisociables: la plegaria, el estudio de la Tora y las buenas acciones.
Ni la potencia militar ni las presiones políticas pondrán fin al exilio. La agresión hacia otros pueblos es catastrófica.
A nivel mundial, actualmente, el sionismo lleva a numerosos musulmanes a considerar a los judíos como enemigos. Y también a ver a Estados Unidos como su enemigo, siendo que antes de 1948 era todo lo contrario. El resentimiento de gran parte del Tercer Mundo contra Estados Unidos proviene de su apoyo político y militar a la causa sionista.
Todos los judíos solían reconocer el exilio como un justo castigo. Fue así durante dos mil años, y esta conciencia constituía, precisamente, el remedio frente al exilio.
¿Cuáles son sus relaciones con los diferentes pueblos con los que ustedes conviven?
Samson Raphael Hirsch, dirigente de la comunidad judía alemana en el Siglo XIX, insistía en nuestro deber de vivir y trabajar en cada país como verdaderos patriotas de los sitios en los que residíamos. Eso, para que nuestras energías, materiales, físicas, espirituales, fueran puestas al servicio de las naciones que nos ofrecen su hospitalidad.
Por eso Dios nos exhorta a no buscar jamás nosotros mismos el restablecimiento de nuestra nación y a no carecer jamás de lealtad hacia aquellos que nos aceptan.
¿El antisemitismo: sigue siendo un peligro en nuestra época?
Hay amenazas reales. Hay amenazas que sólo parecen ser reales. Y hay también amenazas fomentadas por los sionistas. No hay que sorprenderse de que susciten un inmenso resentimiento entre los «gentiles». Tanto musulmanes como cristianos.
¿Considera por lo tanto el sionismo como negacionismo ante la voluntad divina?
Exactamente: es una negación de la esencia espiritual del pueblo judío y de la providencia divina en cuanto a los asuntos humanos. El sionismo es una consecuencia de las frustraciones de judíos no-creyentes como Teodoro Herzl. Esa gente renegaba de la Tora y renegaba de Dios.
Predicaban un baño de sangre y han hundido a los ingleses, a los árabes y a los judíos en una espiral de violencia.
El sionismo es un revisionismo desfachatado en relación con el sentido dado tradicionalmente a nuestro exilio. Desde el comienzo, los sionistas han considerado la provocación de ríos de sangre para lograr sus objetivos. El terror y el contraterror, las expropiaciones, una guerra en cuanto otra termina, en eso se ha convertido la vida diaria de judíos y árabes.
Los inocentes, y demasiado a menudo mujeres y niños, pagan por esta tragedia. EE.UU. y todo Occidente están arraigados en el sionismo. Si no participaran en el baño de sangre en Medio Oriente no existiría ningún problema con el Tercer Mundo, ni ningún «terrorismo».
Los tentáculos del sionismo son tales que los países occidentales son sus lacayos, lo que da una dimensión mundial al conflicto.
Todo esto había sido perfectamente previsto en el Talmud, que multiplicó las advertencias.
¿Se trata de una oposición entre materialistas y espiritualistas?
Los sionistas cometen el espantoso error de negar el Espíritu. Creen que obtendrán la salud por medios materiales, de ahí la agresión. Se enorgullecen de subrayar su estructura política reforzada por un ejército; quisieran imponer a todos los judíos sus proyectos y amenazar a los que se oponen. También hacen todo lo posible por destruir a políticos y autores no-judíos por poco que pongan en duda sus reivindicaciones.
¿Es susceptible el sionismo de envenenar las relaciones entre judíos y no-judíos?
Exactamente. Porque sus nefastos efectos van muy lejos. Para muchos judíos en el mundo, el sionismo ha reemplazado trágicamente la antigua fe. Llega al punto en el que ya no se comprenden ellos mismos, desde el instante en el que una lealtad nacional sin sentido se convierte en la única ley que rige su vida.
La agresión permanente de los judíos, en guerra perpetua contra sus vecinos no-judíos, es inmoral. Han creado organizaciones judías que pretenden controlar a los pueblos, a las naciones y a las otras religiones, con el pretexto de defender los intereses judíos. Pero, en realidad, son ellos los que los ponen en peligro.
Hay sionistas que se dedican a dictar a grupos raciales o étnicos lo que deben o no deben decir, creer o no creer y que pasan su tiempo humillándolos y exigiendo excusas.
Desde los clérigos a los nacionalistas negros, deben todos pedir perdón incansablemente a los judíos, por agravios reales o imaginarios. Y no hablemos del acoso financiero que hacen pesar sobre alemanes o suizos, a quienes exigen constantemente que paguen «reparaciones».
Reparaciones financieras, en el caso suizo, sin relación con el más mínimo daño real. Ese chantaje va del boicot económico a las puestas en cuarentena diplomáticas.
¿Por lo tanto considera que el sionismo es una amenaza?
Escuche, los sionistas influencian a los gobiernos. Los llevan a conducir guerras y a organizar embargos en función de las eventuales consecuencias para Israel. Y los políticos estadounidenses son sometidos a presiones o amenazados con toda clase de calumnias si no son suficientemente leales… ¡a Israel!
Si antes los judíos eran la humildad personificada, e inspirados por la fe, ahora se caracterizan por su triunfalismo secularizado. La enorme acumulación de riquezas y poderes por el sionismo hace difícil la transmisión del mensaje de la Tora.
El sionismo lleva a comunidades de todo tipo a enfrentarse las unas contra las otras, a enfrentarse contra aquellos que consideran, erróneamente, como representantes del judaísmo. Pero esas tensiones son alentadas por el sionismo.
A través de la arrogancia contra los no-judíos, por etapas sucesivas: «primero os vamos a instruir; luego os combatiremos; finalmente seréis arrestados», los sionistas han revelado su insensibilidad hacia sus vecinos y su total desdén por sus derechos humanos. Así alimentan el antisemitismo y exasperan los espíritus. Vale decir que los sionistas necesitan el antisemitismo.
Donde no existe antisemitismo, lo fabrican. Así y por ese motivo, Israel se ha convertido en el país más peligroso del mundo para los judíos. Después de cinco sangrientas guerras, todo el mundo vive con el terror.
Contrariamente a la imagen «machista» del sionista, los judíos son actualmente más débiles que nunca. En cantidad, somos insignificantes.
La Biblia nos llama a ser «un reino de sacerdotes y una nación santa», y las posesiones materiales no deberían ser más que medios para hacer reinar la justicia y el amor hacia todos los seres humanos.
La Tierra Santa, como toda tierra, nos rechaza en cuando pretendemos ejercer nuestra dominación.
¿Está a favor de la autodeterminación de los palestinos en toda la Palestina histórica?
Seguro. Los palestinos deben poder apoyarse sobre su propio gobierno. Nos está prohibido robarles, expulsarlos, someterlos, como lo hace Israel. Es trágico que todos estos abusos se practiquen en nombre del judaísmo.
Hemos venido a Francia a expresar nuestra solidaridad al presidente Arafat y a su familia.
Los árabes no nos odian en absoluto. En Hebrón hemos vivido siempre en total armonía con ellos.
La Intifada (la insurrección palestina) no es una enfermedad, es una reacción. Judíos y árabes se han llevado bien durante siglos. El único problema apareció con la creación de Israel y la ocupación de las tierras de los palestinos. Los derechos de los palestinos deben depender de la comunidad internacional y no de Israel. Hay que terminar con esta prolongada tragedia.
El sionismo es una deformación de la religión judía. El sionismo es lo que provoca actualmente, como en el pasado, el antisemitismo.
Se les ha visto quemando banderas israelíes en manifestaciones. ¿Quiere decir que ponen la idea del retorno de refugiados palestinos al centro del debate?
Seguro, porque Palestina pertenece a los palestinos. La idea de una solución provisoria de dos Estados lado a lado no es ni justa ni viable. Y los sionistas no son representantes de los judíos. ¡Son impostores!
Una vez desmantelado el Estado de Israel, estamos seguros de que los ciudadanos de todas las confesiones tendrán su lugar en el nuevo Estado, si respetan las leyes.
¿Cuáles son sus relaciones con los musulmanes?
Uno de nuestros dirigentes, el rabino Yosef Chaim Sonnenfeld, ha mantenido relaciones de amistad y confianza con dignatarios árabes, a los que rendía visita con toda humildad. Con los árabes cristianos, nuestras relaciones son igualmente amistosas.
¿Pero no le parece que ahora esta armonía es más bien utópica?
El sistema soviético se derrumbó en una noche. Lo mismo ocurrirá con el sionismo. El Estado de Israel debe ser desmantelado pacíficamente y sin tardanza. El espíritu, la plegaria, lo logrará.
Pediremos perdón a los palestinos, y después les pediremos humildemente autorización para vivir entre ellos.
(1) www.nkusa.org
<>Sobre los orígenes del movimiento, vea: Exile and Redemption : the Torah Approach, Neturei Karta, P.O.B. 81, Monsey N.Y. 10952. y Yeshivas Bais Yehudi, 102 Saddle River Rd, P.O.B. 256, Monsey, N.Y. 10952. An introductory Exploration of Zionism, Jewish-Gentile Relations and the Recent Dialogue With the Nation of Islam, By a Friend of Neturei Karta.
[email protected]
21 de noviembre de 2004