Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Sede de la UNESCO en Beirut.-
La antigua ciudad de Palmira (Tadmur) tiene más de treinta siglos de existencia y es uno de los lugares más apreciados del patrimonio cultural y arqueológico mundial. ¿Dejará de existir en los próximos treinta días?
Según Da’esh (también conocido como ISIS, Estado Islámico o EI), la respuesta es sí y a ello se aprestan. La destrucción de esos ídolos paganos preislámicos, que ellos consideran similares al culto diabólico, es una obligación religiosa para su insensible y atrofiado punto de vista.
Según algunas autoridades del gobierno sirio, así como Irina Bolova, la Directora de la Lista de Lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO (Palmira entró en esta lista en 2013), la respuesta es también sí, a menos que… Quiere decir que a menos que la ONU emprenda acciones inmediatas bajo el Capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas y actúe ya, con la fuerza si es necesario (y lo es), para salvar a Palmira.
«La situación es muy grave», dijo ayer a los periodistas el director de antigüedades de Siria, el Dr. Mamun Abdel-Karim. Tan sólo con que cinco miembros del EI lleguen hasta las antiguas construcciones, pueden destruirlo todo. Tememos también por el museo y los grandes monumentos que no pueden trasladarse». El Dr. Abdel-Karim está haciendo un llamamiento a la coalición militar liderada por EEUU contra el EI para que impida que el grupo destruya ese antiguo enclave. «Esta es una batalla de todo el mundo», exclamó.
Así es.
El 20 de mayo, los empleados del museo de Palmira embalaron más objetos. A lo largo de los últimos tres años, junto con otros 27 museos nacionales sirios, han trasladado miles de objetos arqueológico irremplazables a cámaras de seguridad de temperatura controlada. En una breve conversación telefónica, el director de antigüedades de Siria declaró a Reuters que cientos de objetos de Palmira estaban siendo trasladados a lugar seguro. El Dr. Jalil al-Hariri, director del museo de Palmira, con quien este observador estuvo el año pasado y a quien proporcionó información detallada sobre el museo y las antiguas ruinas, dijo ayer al New York Times: «La situación está hoy fatal», mientras un empleado del museo decía: «Recen por nosotros».
La directora general de la UNESCO, la Sra. Bokova, advertía de nuevo hace dos días al Consejo de Seguridad de la ONU. «Estoy profundamente preocupada por la situación del sitio de Palmira. Los combates están poniendo en peligro uno de los lugares más importantes del Oriente Medio, así como a su población civil», dijo. «Reitero mi llamamiento al cese inmediato de hostilidades contra el lugar. Pido al Consejo de Seguridad que haga cuanto esté en su poder para proteger a la población afectada y salvar el patrimonio cultural único de Palmira».
La noticia de la caída de Palmira llegaba poco después de que un funcionario del Departamento de Estado anunciara que la pérdida de Ramadi el fin de semana anterior había impulsado a EEUU a «revisar de forma muy dura» su estrategia combatiendo a los extremistas. Esta mañana, Da’esh ha subido a la red una serie de videos que muestran cómo se eleva humo sobre Palmira. Resulta irónico que haga sólo dos meses desde que Da’esh se replegó de la ciudad iraquí de Tikrit y Obama anunció que tal retirada era un punto de inflexión y que Da’esh estaba ya abocado al colapso.
Un portavoz de Da’esh acaba de informar a los contactos de este observador que el EI no necesita de más combatientes por el momento. Aunque ha tomado el control de la prisión Tadmur de Palmira, vaciándola y dando la bienvenida a sus filas a todos los liberados, Da’esh está teniendo en estos momentos problemas logísticos para poder controlar y formar a los miles de voluntarios que cada mes intentan unírseles. A pesar de las recientes aseveraciones e informes felices de las capitales occidentales, los efectivos de Da’esh continúan aumentando. A fecha de 21 de mayo, el Estado Islámico se está convirtiendo en una realidad con fronteras en constante expansión.
El secretario de estado John Kerry parece entender y preocuparse por lo que se juega Siria y nuestro propio patrimonio cultural. A diferencia de la mayoría de nosotros, Kerry y la administración de Barack Obama, si trabajaran con la ONU, están en situación de poder hacer algo de inmediato sobre la crisis.
John Kerry, durante su discurso del 22 de septiembre de 2014 en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, prometió enérgicamente que EEUU defendería los sitios culturales sirios del Estado Islámico. Dijo Kerry: «¡Qué impactante e históricamente vergonzoso sería que no hiciéramos nada mientras las fuerzas del caos destruyen la cuna misma de nuestra civilización. Los extremistas quieren robar a las futuras generaciones cualquier vínculo con ese pasado. Eso es, profundamente, lo que está en juego. Y si no los detenemos, si no nos levantamos, todos somos cómplices. Quiero que sepan que el presidente Obama y nuestra administración están especialmente decididos a proteger ese patrimonio cultural». Kerry añadió que «nuestro patrimonio en Siria está literalmente en peligro en este momento y creemos que es imperativo que actuemos ya». Según un antiguo ayudante de Kerry, que fue miembro de su equipo durante muchos de sus 29 años en el Senado estadounidense: «John siente mucho más pasión e interés por el patrimonio cultural y escultural de Siria e Iraq que por otros temas a los que se enfrenta, por ejemplo, la cuestión nuclear iraní, que encuentra agotadora».
El secretario de estado John Kerry y la embajadora de EEUU ante la ONU Samantha Power juegan ambos papeles clave en las consultas con la administración Obama y también con el Consejo de Seguridad. Según la información de que se dispone, ambos han manifestado que la ONU protegerá Palmira. Al parecer, lo que Kerry y Power han acordado, como informaron dos miembros del Congreso el 20 de mayo de 2015, es que, bajo el imprimátur de la Casa Blanca, se urgirá al Consejo de Seguridad de la ONU a que trace la «línea roja» del Capítulo 7 alrededor de los lugares arqueológicos de Palmira y los defienda con toda la fuerza y todo el coste que sean necesarios.
Si esta información, confirmada por un congresista del Comité de Relaciones Exteriores, es exacta, sería de gran importancia para todos nosotros y más especialmente para el pueblo de Siria.
Según lo que se cuenta, el plan de la administración Obama sería el siguiente: Por razones políticas, Malasia, actual miembro del Consejo de Seguridad cuyo mandato termina en 2016, presentará la resolución preparada por EEUU. Se espera que el gobierno sirio, a través de su embajador ante la ONU Bashar Yafari (con quien los mediadores de EEUU de Europa han estado al parecer en contacto), impida una potencial amenaza de veto de Rusia. El ministro de asuntos exteriores sirio, Walid Moalem, con quien Kerry tenía una excelente relación antes de las actuales crisis y es respetado por su habilidad diplomática tanto en Washington como en Moscú, jugaría un papel clave entre bambalinas: asegurar la cooperación del gobierno Asad de forma similar a la que permitió los ataques aéreos de la coalición liderada por EEUU en Raqqa, Kobani y más lugares aunque sin endosarlos públicamente. Los miembros del Consejo de Seguridad Francia, China y el Reino Unido apoyarán la resolución y el resto de miembros del CS, Angola, Chad, Chile, Jordania, Nueva Zelanda, Nigeria, España y Venezuela están ya a bordo.
El Consejo de Seguridad y la Casa Blanca, en vez de armar otra coalición, han comprendido que tras las semanas o meses que tardarían en configurar esta nueva fuerza, quedaría muy poco ya de Palmira. El CSNNUU querrá que la coalición dirigida por EEUU, denominada Operación Determinación Firme (OIR, por sus siglas en inglés) haga el trabajo en Palmira y que lo haga rápido. Al parecer la Casa Blanca cree que la OIR está ya preparada.
Además, miembros clave del comité del congreso están también sosteniendo ante la Casa Blanca que no hay tiempo suficiente para formar una nueva coalición. Fuentes del Congreso estadounidense informaron a este observador el 20 de mayo de 2015 que destacados dirigentes del gobierno y del Congreso están instando a la coalición liderada por EEUU a trasladar más hacia el sur y el oeste sus once meses de bombardeos, en gran medida ineficaces, sobre el EI y sus aliados en Iraq y Kobani y Raqqa en Siria, para poder establecer un círculo alrededor de Palmira. Esto comprometería el avance de los yihadistas y permitiría apoyar a las tropas sobre el terreno para expulsar a Da’esh de las ruinas arqueológicas.
Desde que el presidente Obama autorizó al Mando Central de EEUU para que trabajara con países socios y lanzara ataques aéreos específicos para debilitar y finalmente destruir a Da’esh, la Operación Resolución Inherente ha aumentado hasta agrupar a 62 naciones. Entre los Estados que están llevando a cabo activamente ataques aéreos en Siria (y que han estado estudiando los planes del CENTCOM para atacar a Da’esh en Palmira) figuran EEUU, Bahréin, Jordania, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Si fuera necesario, los siguientes socios, que ahora sólo actúan en Iraq, están de acuerdo en reforzar el círculo rojo de Palmira: Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Holanda y el Reino Unido.
Si la comunidad global actúa con rapidez a través del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger y preservar Palmira de inmediato, se establecerá un importante precedente para proteger nuestro patrimonio cultural mundial en otros lugares. También ayudará a evitar que se repitan los ataques de los últimos meses del Estado Islámico sobre otros famosos lugares antiguos. Esa acción del Consejo de Seguridad ayudaría también a resucitar de algún modo la Organización de las Naciones Unidas. Incluso podría crear un impulso internacional para llevar la paz a Siria.
N. de la T.:
La traducción de este artículo no implica necesariamente que se compartan todos los puntos de vista expuestos por el autor.
Franklin Lamb es en la actualidad profesor visitante de Derecho Internacional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Damasco.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/05/21/the-fall-of-pamyra/