Cuando me enteré que tocarías en Israel en el mes de mayo decidí no concurrir a escucharte en Tucumán, cuando el próximo 6 de marzo te presentes en esta cálida provincia norteña que siempre te ha acogido con los brazos abiertos. Y no lo haré esta vez porque no quiero contribuir con mi entrada a […]
Cuando me enteré que tocarías en Israel en el mes de mayo decidí no concurrir a escucharte en Tucumán, cuando el próximo 6 de marzo te presentes en esta cálida provincia norteña que siempre te ha acogido con los brazos abiertos. Y no lo haré esta vez porque no quiero contribuir con mi entrada a pagar parte de tu viaje a Israel. Si al menos tuvieras la valentía de llevar tu música a los territorios ocupados de Palestina y tocar, por ejemplo, «Para la Libertad» en Gaza, honrarías tu espíritu de juglar y podrías reivindicarte con un público que espera que sus artistas se jueguen por las causas justas.
Para la libertad los palestinos están sangrando, luchando y perviviendo. Para esa libertad que no te has cansado de cantar con tu voz temblorosa en momentos en que las dictaduras latinoamericanas hacían desaparecer gente. Y el campo popular agradeció tu grandeza. Pero esta vez, Juanito, lamento no poder acompañarte. Creo que un músico debe ser coherente cuando levanta las banderas de los derechos humanos e ir a tocar hoy en Israel es acompañar a un Estado Terrorista, como lo fue el Estado argentino en buena parte de los ’70. Conoces muy bien lo que es un Estado Terrorista pues tu música era prohibida por el franquismo y era prohibida en nuestras tierras latinoamericanas, cuando las violentas dictaduras asolaban a nuestros pueblos.
Podrías decidir hoy mismo no llevar tu música a Israel y explicar que suspendes tus recitales allí en solidaridad con el pueblo palestino, por los ataques, bloqueos y violación sistemática de los derechos humanos que sufren los palestinos desde 1948. Podrías asumir una actitud militante con la vida y honrar alguna de tus canciones, esas que buscan el camino del caminante, esas que expresan el sentir popular sobre la vida y la necesidad de defenderla. Deberías asumir que una voz de protesta tuya sería muy importante no sólo para la causa palestina sino para todos aquellos «pueblos blancos» hoy sometidos en el mundo. Podrías, Juanito, levantar tu voz en cada concierto y dedicarle una canción al pueblo palestino. Podrías cambiar tu agenda y en vez de tocar en Tel Aviv hacerlo en Cisjordania o en Gaza, cantando en alguna plaza pública. Podrías elegir algún artista popular palestino para que te acompañe y llevar tu música al pueblo, aquel pueblo que espera de los «juglares» una actitud militante con la vida, esa vida que sigue viéndose vulnerada en los territorios palestinos. Podrías tocar en Gaza a favor del 20 por ciento de la población de origen palestino que vive en Israel y sufre la discriminación de ese Estado que se autodenomina «judío».
Juanito, «Caminante son tus huellas el camino y nada más», y si decides que ese camino te conduzca a Palestina rendirías un gran homenaje al pueblo palestino. «Sería fantástico» Juanito que cambiaras tu cronograma de conciertos y reemplazaras Israel por Palestina en tu agenda, «sería fantástico» y conseguirías que ese sea un «gran día» para los palestinos, que se verían acompañados en su lucha «por la libertad» de un trovador mundial, tu canción sería oída más allá de las fronteras y el mundo prestaría mucha mayor atención al grito de los «condenados de la tierra». Hoy, Juanito, el «cristo de los gitanos», por aquel a quien tú le has dedicado una saeta, vive en Gaza, ha cambiado de domicilio y busca «bajarse de la cruz» para lo cual pide que tú también le ayudes a quitarle los clavos del madero. Por todo esto, Juanito, he decidido no acompañarte el próximo 6 de marzo en Tucumán. He decidido, Juanito, no aportar con mi dinero para que vayas a tocar tu música en un país opresor.
Sé que tal vez nunca leas esta carta, pero si sirve para generar conciencia en tus seguidores y convencerlos que hoy no es Israel quien necesita tu canto sino Palestina y su sufrido pueblo, sometido a las políticas criminales de Israel, entonces habrá valido la pena, habrá valido la pena decirte y decir que no iré a escucharte, que esta vez te daré la espalda esperando, con mucha esperanza, que aquel camino con el que trazarás tus huellas se redirijan a Gaza. El Machado, el Miguel Hernández y el Mario Benedetti a quienes has musicalizado también estarán clamando que lleves sus poemas a Gaza. Para honrar tu profesión de trovador.
Para honrar la vida y por la libertad del pueblo palestino, aquel que hoy sangra, lucha y pervive.
http://www.deigualaigual.net/es/opinion/firma/3323-carta-abierta-a-joan-manuel-serrat