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Para reflexionar sobre el 15M y empezar a valorar el proceso

Fuentes: Contramarcha

Entrevista a activista del 15M, aparecida en Contramarcha nº 58

«(…) llega un momento en el que los antidisturbios quedan prácticamente arrinconados delante de la fachada de uno de los edificios de la plaza. Y la gente nos sentamos en el suelo, mostrando nuestras manos, gritando, en silencio… Ellos están en formación, quietos, como esperando a algo. Permanecen bastante tiempo así. Y la gente allí sentada, rodeándoles y gritando que no tenemos miedo… Se sabía que había escenas parecidas en otras partes, en los alrededores de Sol. Se decía que había humo en alguna parte, que la policía había cargado en no sé dónde, que en Sol seguía habiendo gente… Al cabo de un rato los antidisturbios de la plaza se empiezan a ir, «rescatados» por lecheras que van accediendo y saliendo del lugar: se obtiene la victoria de echar a la policía de la plaza. Se celebra. Saltamos, nos aplaudimos, gritamos. Y esa victoria no basta, sale espontáneamente la idea, coreada, de tomar Gran Vía, sabiendo que la policía va volver, sin tener miedo a ello, y produciéndose muchísima complicidad entre gente totalmente desconocida…»

Por motivos de seguridad, preferimos no poner el nombre de la compañera entrevistada, llamémosle V., una persona que vivió en primera persona la Acampada de Sol, el inicio del paro de desahucios y las okupaciones que está realizando desde ámbitos relacionados con el 15M.

Nos parecía especialmente interesante entrevistarla en Contramarcha, ya que también participó activamente en el Eje de Precariedad de Rompamos el Silencio. El ReS era una iniciativa que okupó un INEM el 30 de abril, con vistas a hacer un 1º de mayo combativo, para luego lanzar de nuevo una Semana de Lucha Social, pero que decidió parar su actividad con la llegada de lo que se ha llamado movimiento 15M.

1 En el último comunicado de «Rompamos el Silencio» se leía «el 30 de abril, Rompamos el Silencio realizó una okupación de un antiguo edificio del INEM, haciendo un llamamiento a un mayo combativo. 15 días después Madrid despertó». ¿Como valoras ese intento del ReS de intervenir en lo laboral okupando un espacio público? ¿y cómo valoras después de todos estos meses el trabajo que se hizo desde esa red, ahora en parón indefinido?

La acción del RES de okupar el INEM surge de una idea del eje de precariedad, que ese año había estado llevando a cabo y poniendo en práctica distintas iniciativas, como por ejemplo unas jornadas sobre sindicalismo combativo con Diego Cañamero… La acción del 30 de abril nace del deseo de visibilizar, o de mostrar de alguna forma, que había gente que se estaba dando cuenta de la brutalidad de las reformas laborales, de los recortes sociales, del incremento bestial del paro… pero que además también veía la posibilidad real de plantarle cara a esos problemas y de pretender abordarlos y solucionarlos utilizando las herramientas y el modo de hacer que se han podido desarrollar en los últimos años en los movimientos sociales, en el sindicalismo alternativo, etc… Partiendo de la base de que es necesario y posible auto-organizarse masivamente mediante asambleas horizontales que se centren en la acción directa y la autogestión.

Con la okupación del INEM, apuntando a un lugar y una fecha tan simbólicas, se manifestaba un descontento, se evidenciaba la existencia de una oposición, se expresaba un sentimiento de cabreo y una voluntad de desobedecer, pero además, y sobre todo, lo que se pretendía era liberar un espacio céntrico durante un día, para que tuviera lugar en él un encuentro. Una jornada en la que se habían organizado charlas, debates, asambleas temáticas… a través de las cuales la gente pudiéramos vernos, hablarnos, decidirnos, y nos enfrentáramos de manera directa, en la medida que fuera, a esos problemas que a todas nos rodeaban por todas partes. Además de la acción política de visibilizar el problema, también estaba la acción más «práctica», imposibilitada por el repentino desalojo ilegal de la policía, de llevar a cabo un encuentro donde hablar de alternativas, de ver cómo organizarnos para afrontar las problemáticas que existen, de mostrar la existencia de una potencia propia y de una jovialidad desobediente y creadora.

Es cierto que se podría decir que esa acción frustrada, al final, tuvo lugar 15 días después de manera masiva en la puerta del sol. La gente se encontró, intercambió experiencias, y nos pusimos a hablar todas juntas. Supongo que gran parte de lo que se buscaba por ese momento con el RES era que sucediera algo no muy alejado de lo que sucedió a partir de la acampada, y que tiene mucho que ver con romper el silencio… y por ello se suspendió, muy alegremente, la semana de lucha social que se tenía pensado hacer pocas semanas después. Tras el 16 de mayo, yo creo que carecía de sentido llevarla a cabo, cuando ya había asambleas populares en todos los barrios y pueblos de Madrid… Ya se había conseguido mucho de lo que se perseguía con ello.

2 ¿ Cómo viviste la Acampada de Sol, qué suponía el estar durmiendo ahí todas las noches y al día siguiente estar en acciones, movilizaciones etc?

Después del mes y medio en sol, me llegó el cansancio. Pero en esos días en los que no había tiempo para comer ni para dormir, lo que sí que había era una energía brutal que te permitía estar «haciendo». Fue una experiencia muy, muy positiva, para ver el límite, o mejor dicho, el no-límite de tu capacidad de hacer cuando lo que te impulsa es un deseo sincero del cual tú eres la única responsable, sin que haya nadie que te obligue a nada.

3 ¿ De qué manera se asumió y popularizó la manera de intervenir en manifestaciones desde el marco y la tradición de la desobediencia civil? ¿fue algo puramente intuitivo, o bien grupos y/o personas concretas tuvieron un peso determinante en que las cosas se desarrollaran así? hubiese sido muy fácil, por las actuaciones de la policía, que se reprodujeran episodios de guerrilla urbana y autodefensa tan fáciles de criminializar y desvirtuar en prensa como sucedió en la tardenoche del 15M.

No fue puramente intuitivo, pero sí algo parecido, que quizá tiene más que ver con la «casualidad», o algo así es lo que diría yo… Hay personas que tienen más experiencia, y que de alguna forma la palabra «reclama»[habla de un Reclama las Calles, tipo de pasacalles no legalizado ni pactado, nota de Contramarcha], por ejemplo, no les suena a chino… Hay gente, por otro lado, que fácilmente podría haber condenado en otro momento ese reclama que se hizo después de la mani, como por ejemplo seguramente sucedió en Madrid pocos meses antes con la manifestación del 27 de enero, o con la del 7 de abril… Pero se da que esas dos partes se encuentran a mitad de mayo en esa manifestación masiva, convocada por un movimiento ciudadano, sin partidos ni siglas, organizado de forma bastante espontánea… Esto posibilita que esa manera «desobediente» de hacer se establezca desde el minuto uno en la mani. No hay nadie por encima de ti que te vaya a decir qué tienes o no que hacer, qué gritar y qué no gritar, y ya ni siquiera cuándo empezar y cuándo y dónde terminar. Veías a gente que ya en el camino de sus casas a Cibeles «había empezado la mani», portando carteles, pintándose y vistiéndose de determinada forma, gritando, escribiendo con spray… Y obviamente, la manifestación no iba a tener un transcurso ni un final muy definidos, dependería totalmente de la espontaneidad y la voluntad de la gente. Y había bastante voluntad, de continuar con ello, de no hacer «una manifestación-espectáculo más».

Se había producido un encuentro muy potente, y había que aprovecharlo al máximo. Ese deseo se palpaba. Se llegó a Sol, y la mani continuó, por distintos sitios, con diferentes iniciativas autónomas y espontáneas. Una de ellas subió por la calle Preciados hasta Callao. Bastante gente que, al llegar a la plaza, tuvo que enfrentarse a cargas de la policía. Hay algunos momentos de confusión y pequeñas carreras, pero, una y otra vez, el grueso de la gente se mantiene unida, sin dispersarse y sin retroceder, e incluso avanzando lentamente hacia el centro de la plaza. Hasta el punto de que, sorprendentemente, llega un momento en el que los antidisturbios quedan prácticamente arrinconados delante de la fachada de uno de los edificios de la plaza. Y la gente nos sentamos en el suelo, mostrando nuestras manos, gritando, en silencio… Ellos están en formación, quietos, como esperando a algo. Permanecen bastante tiempo así. Y la gente allí sentada, rodeándoles y gritando que no tenemos miedo… Se sabía que había escenas parecidas en otras partes, en los alrededores de Sol. Se decía que había humo en alguna parte, que la policía había cargado en no sé dónde, que en Sol seguía habiendo gente… Al cabo de un rato los antidisturbios de la plaza se empiezan a ir, «rescatados» por lecheras que van accediendo y saliendo del lugar: se obtiene la victoria de echar a la policía de la plaza. Se celebra. Saltamos, nos aplaudimos, gritamos. Y esa victoria no basta, sale espontáneamente la idea, coreada, de tomar Gran Vía, sabiendo que la policía va volver, sin tener miedo a ello, y produciéndose muchísima complicidad entre gente totalmente desconocida… Se grita que «somos uno», nos sentamos en la calzada, «si viene la policía, nos agarramos y nos mantenemos unidos», «no tenemos miedo»… Había mucha gente también mirando desde las aceras.

Muchas móviles grabando. Cámaras. Y la policía viene a los pocos minutos. Se acercan mientras gritamos que no tenemos miedo. Y cargan. Y la gente resistiendo en la medida de lo posible… Y el resto mirando la escena. Una escena con buena dosis de brutalidad. Para mí ese momento fue clave. Porque, después de haber pasado por esa experiencia, después de haberse enfrentado colectivamente tanta gente a esa (o esas) situación «bélica», con una injusticia tan descarada, y con una desproporción tan grande, no era de extrañar que estuviera muy presente el sentimiento de que las detenciones que había habido no podían quedar impunes. Y al rato, de hecho, de forma espontánea, volvimos a Sol, para ver qué hacer… Y, con esa forma, la manifestación no termina. Continúa, y ya desde ese mismo momento continúa mediante la desobediencia, a través de ella, como recurso necesario: había que hacer algo después de todo lo que había sucedido, bastantes detenciones, y bastante violentas, y la única manera de hacerlo era continuar reunidos en un lugar, establecer un espacio, liberado, en cierta forma okupado, en el que poder hablar y autoorganizándonos en él para dar forma a nuestra voluntad. Quedarnos allí. Acampar. Eso era ya ilegal, y hacerlo, tal y como se percibía que era necesario, pasaba ya por desobedecer la ley. Para mí, con todo esto, como en realidad ha venido sucediendo constantemente desde mayo con muchos temas, se produjo un pequeño cambio en la manera de percibir de «la opinión pública», en cuestiones como la acción directa, la violencia, la desobediencia… Cuando llegamos a Sol, también nos encontramos con la misma situación que antes. Gente a la que la palabra asamblea le sonaba un poco a chino, y otra que ya tenía cierta experiencia con la organización horizontal, en la que no había representantes. El moderador de aquella primera asamblea, era posiblemente de aquellos a los que esa palabra les sonaba un poco a chino. Pero finalmente, todas las voces suenan con el mismo volumen.

4 ¿ Crees que se tendría que haber levantado antes la Acampada, después, no haberla levantado…? Vivimos con un ritmo frenético, y eso cada vez estaba calando más y más en la acampada. Era imprescindible llegar a consensos, soluciones… ¿pará qué? ¿Para cambiar qué?

Estábamos viviendo un experimento. Sol era un lugar en el que se reproducían todas las problemáticas del mundo capitalista, y teníamos la oportunidad de no solamente hablar de esos problemas, sino también de tratarlos y erradicarlos nosotras mismas. Mi opinión es que me habría quedado más tiempo en la acampada. Porque no sólo veía a sol como una herramienta con la que poder coordinar mentes e ideas, una herramienta que se puede romper… sino también como un fin en sí mismo. Desde ese punto, sol, extendernos… a donde sea, pero de una manera mucho más coherente. No quedándonos en palabras… sino enfrentándonos con la materia. De tal forma que, a las conclusiones a las que se llegase no sólo pudieras llegar a ellas leyendo las actas, sino paseándote por la puerta del sol.

5 Un tema muy polémico fué el de la toma de decisiones. ¿Cuál es tu postura, no se ha confundido constantemente consenso con unanimidad?

Unanimidad, tal como yo lo entiendo, es precisamente lo que se da cuando tú lanzas una propuestas cerrada y todo el mundo está de acuerdo. Esto sigue dentro de la lógica del voto. La decisión por consenso sigue otras reglas de juego: el asamblearismo, la horizontalidad, y la inteligencia colectiva. Esto puede que se convierta en un tema polémico cuando no sólo se hablan de teorías sino de acciones prácticas. En lo que yo me posiciono es en que el consenso se da cuando esa acción se lleva a cabo, es decir, que tiene que ver con la autonomía.

6 Las acciones más visibles en la actualidad son el paro de desahucios, la liberación/okupación de espacios y la aparición de una Oficina de Vivienda. ¿Piensas que desde el 15M se debería estar incidiendo en otros temas además de los relacionados con la vivienda¿ ¿por qué no hay una Plataforma de Afectados por los desdidos, por los EREs, por la represión sindical…? ¿que falla para que el 15M se quede a las puertas de los centros de trabajo?

Yo creo que el 15M llega a muchos sitios, y ahora el foco está en el tema de la vivienda, los desahucios y la okupación. Puede que en un futuro las okupaciones, o la lógica de las okupaciones no se usen sólo para vivir, sino también para, por ejemplo, llevar a cabo proyectos de autoempleo, con lo que ya se entraría en el terreno de lo laboral. Las cosas van muy lentamente. El 15M es una marca. Y los medios de comunicación nos utilizan. Estamos en una fase de legitimación de la okupación, y jugamos, no ellos con nosotras, sino nosotras con ellos, y hemos descubierto que decir que se okupa para familias desahuciadas legitima la okupación. Pues sigamos por esa vía, que es un proyecto muy necesario y súper interesante, y en unos meses vemos qué otras funcionalidades le podemos dar a la okupación. Y cómo podemos entrar en el terreno laboral, no por el lado de las protestas, sino creando alternativas, como se está haciendo ahora, por ejemplo, desde este ámbito, con la oficina de vivienda, con algunas de las asambleas de barrio… Aún así, yo sí que diría que se está trabajando en el terreno laboral, como en todo lo demás… Porque todo está igual de jodido. De lo que se trata es de producir un cambio global. Hay que inventarse otra cosa, radicalmente nueva…

7 ¿ Qué va a cambiar con el PP en el poder respecto al 15M? ¿va a aumentar mucho la represión?

¿Qué va a cambiar con el PP? Ya ha aumentado la represión.

8 ¿ Cómo ves a la red del 15M pongamos en un año? ¿va a estar más estructurada o reforzada? ¿o bien es posible que haya un reflujo a redes y colectivos que existían antes de la explosión de Sol?

No soy pitonisa. Y, además, no es una pregunta que me interese.

9 ¿ Como ves el papel que juegan los partidos políticos respecto al 15M? los guiños de partidos como IU o Izquierda Anticapitalista son constantes…

Serán constantes, pero depende de las asambleas de cada sitio el que la gente quiera ser manipulada o no. Yo, en las asambleas en las que participo, trato de impedirlo. En mi barrio nadie quiere que suceda, y la gente lo impide.

10 ¿ Y la relación del 15M con los sindicatos? ¿se implicaría el 15M en una Huelga General si la convocan CCOO y UGT? ¿y convocada sólo por los sindicatos llamados minoritarios?

Es un tema que parece difícil. No es el terreno en el que más avances se haya conseguido, pero también ha habido trabajo en él. Por ejemplo, a mitad de junio surgió un grupo de trabajo en Sol sobre huelga general. Este tipo de espacio también surgió por esas fechas en otras asambleas de barrios y demás. Allí, pese a que en un principio había posturas escépticas con respecto a la utilidad de los sindicatos, y pese a que había gente de CCOO y UGT que siempre tiraban hacia su terreno, el sentir general era ir hacia una HG conjuntamente con los sindicatos alternativos y combativos que se quisieran sumar a este propósito. Ya desde el principio no se veía nada claro el hacer algo con CCOO/UGT… También circulaba la idea de hacer algo así como «sindicalismo sin sindicatos», que no llegó a desarrollarse mucho, y otra postura que iba más en la línea de valorar la idea que desde las asambleas populares se lanzara la convocatoria a la que, después, se pudieran sumar los sindicatos que quisieran, simplemente para legalizarla y para aportar sus resursos, pero manteniendo el peso de la convocatoria en las asambleas. Acompañando esto de algún tipo de llamamiento a la extensión de las asambleas a los centros de trabajo… Pero la postura que más caló y que más se desarrolló finalmente durante el verano fue la de trabajar «junto con» el sindicalismo alternativo. Llegó septiembre, y toda una serie de programa de acciones posibles que abrieran este terreno de actuación.

Y surgió la convocatoria de jornada de lucha del 29S. Esa fue la primera experiencia de ese trabajo conjunto entre asambleas del 15m, asambleas de trabajadores de pueblos y barrios, CNT, CGT, SO… Y a mi juicio la experiencia fue un poco desastrosa. Muy buena en algunos aspectos, pero hubo algo que fallaba. Por ejemplo, en un principio una propuesta era hacer la mani de manera descentralizada, en los barrios, junto con acciones directas locales. Pero, al final, lo que salió fue, un poco, «una mani más», centralizada en el manifestódromo de Cibeles-Sol. No mucha gente. Aburrida. Con principio, y con fin. Creo que el problema tuvo que ver con dejarnos llevar demasiado por «viejas formas», en todos los sentidos. Tanto en el tipo de acciones, como en el tipo de lenguaje, el tipo de «sujetos» a los que se apela… Creo que hay algo de fondo que no conseguimos tratar en ese momento.

11 ¿ Algo más que añadir?

Sí. Todo.

Fuente: http://www.solidaridadobrera.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2191:contramarcha-58&catid=67:contramarcha&Itemid=334