Estos meses de verano, en que la mayoría piensa en vacaciones y relajo, serán decisivos para el futuro de la Tercera región, en especial para los habitantes del valle del Huasco, que serán los primeros afectados si el gigantesco proyecto minero Pascua Lama, se concreta. Esto porque falta cada vez menos para saber qué resolverá […]
Estos meses de verano, en que la mayoría piensa en vacaciones y relajo, serán decisivos para el futuro de la Tercera región, en especial para los habitantes del valle del Huasco, que serán los primeros afectados si el gigantesco proyecto minero Pascua Lama, se concreta. Esto porque falta cada vez menos para saber qué resolverá la Comisión Regional de Medio Ambiente (COREMA) de Atacama respecto al polémico proyecto de la minera canadiense Barrick Gold, tras un año de tira y afloja entre la multinacional, la autoridad ambiental y diversas organizaciones ciudadanas y ambientales. Pese al pesimismo que cunde entre los opositores a la propuesta, existen pequeñas luces de esperanza, pues la COREMA ha exigido bastante más información de lo que la minera había entregado originalmente en su insólito y deficiente Plan de Manejo de Glaciares.
No obstante, lo realmente insólito es que se exija un Plan de Manejo de Glaciares, cuando tal manejo es impracticable. Barrick ha insistido en este punto, incluso llegando a absurdos como el de abril de 2005, cuando la minera sostuvo que su plan era posible, ejemplificando con situaciones donde el traslado de glaciares fracasó, ¿cómo se entiende esta contradicción? ¿si en otros lugares no tuvo éxito, por qué habría de resultar bien en Chile?
La estrategia de Barrick es tan poco auspiciosa para nuestro país como lo ha sido para el resto del mundo, pues en el tiempo que lleva la minera en Chile ha demostrado la misma falta de ética y oscuros manejos políticos que en el resto del planeta. De hecho, ex senadores chilenos han dicho que fue su poderosa maquinaria de lobby, la que logró la aprobación del Tratado Minero Chileno Argentino, que le permitirá eludir la tributación en este lado de la cordillera. Este acuerdo fue declarado inconstitucional y contó con el rechazo de varios parlamentarios, pero finalmente los votos de la Concertación jugaron a favor de la minera.
Otro ejemplo de la «estrategia Barrick» es el Protocolo de Acuerdo que firmó con la Junta de Vigilancia del valle del Huasco. De manera torcida, la minera comprometió a los propios afectados por Pascua Lama, para que respondieran las consultas realizadas por la COREMA. Además, el protocolo no fue aprobado por la mayoría de los regantes del valle, sino por quienes tenían más acciones. Así, bastó que seis socios (de más de 100) estuvieran a favor de la propuesta para tener el 96% de los votos.
El engranaje político de Barrick es avasallador y su estrategia de dinero y lobby hacen pensar en futuros protocolos y acuerdos que la favorezcan. Por lo mismo, con este sistema infalible de presiones políticas y jugosos acuerdos económicos, la minera no tendrá mayores obstáculos para concretar Pascua Lama, aún cuando existe toda una comunidad científica en su contra, junto a personas de todas las regiones del país y muchas organizaciones sociales que se han organizado en Vallenar para detener este megaproyecto.
Aunque falta poco tiempo para que se decida la suerte de Pascua Lama (y con ello la del valle del Huasco), aún existen interrogantes administrativas que no ha podido responder. Es así como frente a las exigencias ambientales, la respuesta de Barrick ha sido de una liviandad pasmosa, en cuanto a la intervención de comunidades diaguitas, el atropello a agricultores y habitantes del valle, la intervención de glaciares y la contaminación de aguas subterráneas. Ojalá ésta sea una pausa sin fin, ya que aprobar un proyecto como éste es a todas luces un error descomunal. Uno más de los tantos que hoy destruyen nuestro ecosistema.
Antonia Fortt Zunzunegui
Ingeniero Civil Ambiental de Oceana