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Peligro inminente para la Humanidad

Fuentes: Rebelión

Danny Alayón lo sabe. No es nada tonto. De haberlo sido nunca hubiera trepado, hasta el ansiado para muchos, puesto de jefe del Mossad, donde se concentra tanto poder e influencia en Israel. Él conoce bien a «sus enemigos», con los que lidió hasta retirarse de su cargo. Alayón sabe de muertes solapadas, de ataques […]

Danny Alayón lo sabe. No es nada tonto. De haberlo sido nunca hubiera trepado, hasta el ansiado para muchos, puesto de jefe del Mossad, donde se concentra tanto poder e influencia en Israel. Él conoce bien a «sus enemigos», con los que lidió hasta retirarse de su cargo.

Alayón sabe de muertes solapadas, de ataques en las sombras, de conspiraciones, secuestros, y de toda aquella vasta complejidad de acciones que se suceden en el mundo del espionaje. Más Alayón es cauto, no porque sea viejo, sino porque conoce bien a su contrincante. También porque sospecha la magnitud de la hecatombe que se avecina.

Mientras Bibi Nethanyahu y su actual Ministro de  Defensa apuestan por un ataque inmediato contra Irán, Alayón, como muchos de los viejos generales, y parte del parlamento, son cautos e, incluso, temerosos del resultado de la aventura.

Alayón sabe bien que una lluvia de misiles caerá de inmediato sobre Israel y, lo peligroso de la respuesta iraní no es solo su inmediatez, sino que esa respuesta vendrá desde todas direcciones. «El cielo se oscurecerá por el norte y por el sur», reza una profecía.

Irán tiene una capacidad de respuesta casi contada en segundos y ha dispersado su arsenal misilístico en el mayor secreto. Por otro lado, tanto Hezbollah como Hamas, cuentan con el potencial misilístico suficiente para repeler la agresión a su aliado principal. De esta forma, en cuestión de minutos, toda Israel sería sensiblemente arrasada por un ataque multidireccional, imposible de contrarrestar.

Con este temor, habló Danny Yatom a la radio oficial hebrea, Kol Israel. Con este temor llamó a la cordura a aquellos desenfrenados e ilusos que ignoran que Irán, aunque nunca será el primero en atacar, espera la más mínima señal para tomar la iniciativa. De ello depende su supervivencia como nación.

Es doloroso que los líderes sionistas hayan olvidado el penoso holocausto que vivieron los hebreos en la Europa de la Segunda Guerra Mundial. Es doloroso el caudal de muertos que provocaría una guerra para Israel, Irán, Gaza y el Líbano. Es doloroso que él, aunque no comparta la aventura, la acepte con total fatalismo, abriendo paso a un nuevo e inútil holocausto.

¿Quedará allí, microlocalizada, esta guerra que pretende desatar Israel? Nadie lo sabe. Lo cierto es que la Humanidad peligra, mientras Estados Unidos y las grandes potencias europeas, en su tradicional hipocresía, tratan de lavarse las manos, incitando a su alocado aliado contra Irán.

¡Ojalá que la muerte no caiga también sobre Nueva York, Londres, Paris, Roma o cualquier ciudad norteamericana, para lograr un poco de cordura en nuestro mundo actual! La guerra es así: la iniciamos los hombres y luego nos ignora. Es como un monstruo que liberamos y que después nos es imposible controlar.

Mientras tanto la Paz, irrespetada y vapuleada por todos, exige su legítimo derecho a existir.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.