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Un lider sindical es el nuevo presidente del laborismo israelí

Peretz le ganó por izquierda a Peres

Fuentes: The Independent

Amir Peretz, el jefe sindicalista marroquí de llamativo bigote, es un viejo laborista y está orgulloso de ello. Habla, sin sonrojarse, sobre «solidaridad» y «explotación». Ataca la agenda económica «thatcherista» seguida por Benjamin Netanyahu como ministro de Finanzas de Ariel Sharon y ya anticipó que su partido abandonará la coalición con el Likud. Después de […]

Amir Peretz, el jefe sindicalista marroquí de llamativo bigote, es un viejo laborista y está orgulloso de ello. Habla, sin sonrojarse, sobre «solidaridad» y «explotación». Ataca la agenda económica «thatcherista» seguida por Benjamin Netanyahu como ministro de Finanzas de Ariel Sharon y ya anticipó que su partido abandonará la coalición con el Likud. Después de sorprender a los eruditos al derrotar a Shimon Peres, de 82 años, su objetivo no es tanto que los trabajadores recuperen el laborismo sino que el laborismo recupere a los trabajadores. Como Peretz, la mayoría de ellos son los hijos de los inmigrantes de los países de habla árabe. A diferencia de Peretz, la mayoría de ellos votaron consistentemente por el Likud nacionalista de derecha desde que Menajem Begin terminó con la hegemonía de 29 años del laborismo en 1977. Con el resultado de ayer, unas elecciones anticipadas parecen cada vez más probables. Sharon se reuniría el lunes con Peretz para tratar justamente esta opción.
«Hoy, una persona en Israel no se identifica como de derecha o de izquierda por sus opiniones sobre temas como impuestos, por ejemplo, sino por su opinión sobre un Estado palestino y un asentamiento de paz», dijo Peretz en una entrevista reciente con LabourStart, un sito web sobre sindicatos. «Como resultado, se creó una situación extraña en la que la clase trabajadora tiende a apoyar a los partidos de derecha, y la clase alta tiende a apoyar a la izquierda. Esta situación no sólo evita que la izquierda tenga una oportunidad decente de ganar las elecciones, sino que también provocó que el concepto de paz se convirtiera en un producto elitista que está identificado con los dueños de las fábricas y no con los obreros de las fábricas.»
La prioridad de Peretz será restaurar el orden natural. Si el partido se lo permite, abandonará su «política socio-económica de derecha que casi no difiere de la de Netanyahu y el Likud». Esta ruptura fuerza aún más la opción de unas elecciones adelantadas. Según la radio israelí, con este tema como eje se reunirían el próximo lunes el nuevo líder del laborismo y el primer ministro.
Peretz, que vino a Israel con sus padres marroquíes a los cuatro años, no es el primer líder judío oriental del laborismo. Binyamin Ben-Eliezer, nacido en Irak, y el tercer candidato en la primaria de esta semana, estaba ahí antes que él. Pero Ben-Eliezer entró en la política como un general retirado que pasó su niñez en un kibutz. Por el contrario, Peretz personifica lo que los israelíes llaman la perisferia, las ciudades y pueblos de inmigrantes olvidados en la década del 50. Son su distrito electoral. Después de que su pierna fuera aplastada en un accidente durante un entrenamiento en el ejército, éste le ofreció como compensación dirigir una estación de servicio. La rechazó porque no estaba preparado para ser el jefe de nadie. Por otra parte, entró en la política local y se convirtió en el alcalde de la ciudad de Sderot en la frontera de Negev, donde todavía reside.
Fue electo para el Parlamento en la lista de candidatos del laborismo en 1988, y desde entonces entra y sale del partido. Una nación, su facción que se abrió del partido que nunca ganó más de dos escaños, regresó al partido este año. Como presidente de la federación sindical Histadrut en 1955, peleó en campañas de alto nivel para los que tenían pagas bajas, por los pensionados y los padres solteros.
Pero Amir Peretz no es un político de un tema único. Es miembro de Paz Ahora y está en la junta de la Fundación antiestablishment Nueva Israel. Sostuvo recientemente que Sharon abandonó Gaza porque finalmente entendió que un ejército no podía derrotar a un pueblo. Peretz lo apoyó por principio. «Veo la ocupación como una acción inmoral», dijo. «Quiero terminar la ocupación, no por la presión palestina, sino porque la veo como un interés israelí.» Ahora, como recién llegado a la escena internacional, se esforzará para mostrarles al mundo y a los palestinos que puede cumplir. No será fácil, pero para el hombre del bigote caricaturesco nunca lo fue.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.