Ayer tuvimos la oportunidad de asistir a una charla que ofreció el periodista Mikel Ayestaran en Azkoitia (Gipuzkoa). El título de la charla y que acompañaba al cartel, que él mismo decidió, era «Alepo Zona 0», bastante elocuente. La sala se abarrotó para escuchar sus impresiones. Hay que decir, antes de nada, que si alguien […]
Ayer tuvimos la oportunidad de asistir a una charla que ofreció el periodista Mikel Ayestaran en Azkoitia (Gipuzkoa). El título de la charla y que acompañaba al cartel, que él mismo decidió, era «Alepo Zona 0», bastante elocuente.
La sala se abarrotó para escuchar sus impresiones. Hay que decir, antes de nada, que si alguien quería averiguar o saber más sobre las claves que conforman toda la tragedia que está sucediendo en Siria, el resumen es muy sencillo. Uno; están los rebeldes por un lado, que ante el acoso del presidente se levantan para exigir cambios y hacer la revolución, dos; que hay dos bandos que tienen sus propios amigos, y tres; que hay dos países un poco más malos que los demás, como son Rusia e Irán.
Hubo claras justificaciones del comportamiento del Imperio, ataques al bloque de Putin, e incluso respuestas paradigmáticas para hacernos creer que las guerras no se realizan siempre para luego ser dueños de los recursos naturales, y un claro ejemplo, dijo, era que en Irak los Estados Unidos y los países que declararon la guerra no son los más beneficiados. Se le olvidó decir (es muy olvidadizo) que el Ejército estadounidense otorgó sin licitación a una división de Halliburton, la sociedad Kellogg, Brown & Root, el principal contrato para luchar contra incendios de pozos de petróleos iraquíes. En cuanto a la explotación de crudo, y siguiendo la hipótesis de una victoria de Estados Unidos sobre suelo iraquí, el predominio angloamericano -si no monopolio- aparecería como el horizonte más probable. Otra cosa es que posteriormente las cosas no salgan como uno quiere, pero los planes originales eran claramente para favorecer la explotación del crudo iraquí. También se le olvidó decir que antes de la invasión y ocupación de Irak, Estados Unidos y otras compañías petroleras occidentales (excepto Francia) estaban totalmente excluidas del mercado iraquí del petróleo, razón por la cual, no hay ningún motivo para que Estados Unidos tuviera que salir beneficiada, a no ser, como ha ocurrido, que tras la invasión hayan sacado su tajada.
Y así, toda una serie de razonamientos difíciles de asimilar.
Es sorprendente que a estas alturas todavía no se haya asumido que Estados Unidos exporta lo que vienen considerando «su democracia», como una mercancía del mundo capitalista que se desea imponer vía intervención humanitaria, porque antes, según ellos, había ausencia de ella. Y si hay que matar, se mata. La milicia norteamericana (o los esbirros que mandan para que les hagan el trabajo sucio) sirve para mantener el control estadounidense sobre las materias primas mundiales, y tan cierto es que en el «Informe Kissinger», el plan diseñado en 1974 por el que entonces era Secretario de Estado de los EE.UU., Henry Kissinger, aprobado en el Congreso como ley, se marca dicha política, dejando bien claro que el ejército de los EE.UU. está al servicio de su economía y que en los lugares donde estos «minerales críticos y estratégicos» se encuentren, los intereses económicos de los EE.UU. coincidirán con las consideraciones militares. La milicia norteamericana es experta en las injerencias (reconvertidas las más de las veces en guerras civiles para esconder los planes originales) que, casualmente, siempre giran alrededor del acceso a recursos naturales y a consolidar socios comerciales para expandir los efectos «colaterales» de la globalización. Las demás teorías son una forma clamorosa de aproximarse a la justificación partidista o al paroxismo.
Una de las cosas que más atención (y miedo) me suscita es comprobar cómo el mundo occidental ha parecido olvidar quienes son los Estados Unidos y cómo se posicionan en todos los tableros del juego. La propaganda anti-rusa es tan apabullante, que las mismas personas que lo tenían claro al señalar a los norteamericanos como imperialistas implacables en América Latina, ahora, siguiendo la misma política y los mismos métodos, parecen estar cegados para poder observarlo. Es todo un acontecimiento que nos traslada a una realidad inquietante.
Pero para hacer un trabajo exhaustivo de lo que sucedió ayer con la charla, voy a mostrar cuál fue mi interpelación, y cual la respuesta, para observar qué incidencia puede llegar a tener en un auditorio completó que se prestó a escuchar.
Esto es lo que intenté trasladar, con el único fin de hacer ver que en el periodismo actual se oculta información relevante, en claro beneficio de los Estados Unidos, Europa, Israel y la OTAN. Y mi deseo de hacer ver que Mikel Ayestaran no tomó en consideración asuntos de primer orden para hablar sobre lo que está sucediendo en Alepo.
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Sabemos que la mayoría de las veces no es importante lo que se cuenta, sino aquello que se esconde y se falsea. Hoy, hemos asistido a un nuevo capítulo donde el periodismo queda bloqueado por una información sesgada y, además, una información que cuadra perfectamente con los intereses de EEUU y de la OTAN. Preocupante y del todo desesperanzador…
Si hoy entrara por esta puerta Hilary Clinton y nos ofreciera su visión sobre Alepo, casi coincidiría plenamente con lo que aquí hemos escuchado. Claro, Hilary es la suministradora de armas para los rebeldes terroristas, del Frente Al-Nusra, Jabhat Fateh al-Sham o Jabhat al-Nusra.
He de explicar por tanto, qué es lo que hoy ha escondido Mikel, y qué es lo que no quieren que sepamos.
Del mismo modo que en Libia los rebeldes salieron a las calles para protestar por su presidente Muamar el Gadafi, en Siria hay también una «revolución» de la que el propio periodista ya nos está dejando constancia en su blog. En él nos cuenta muy bien cómo celebraban en las calles el asesinato del líder libio. Yo tengo muchos vídeos de Alepo, con los sirios celebrando la liberación de su ciudad y la expulsión de los terroristas. Pero Mikel no ha colgado ni un vídeo de esos, ni lo va a hacer. No es importante.
¿De quién es Alepo? ¿De los occidentales imperialistas que quieren derrocar a Bashar Al Assad, o de sus habitantes?
Pero sigamos con Libia. Allí también había rebeldes, como le gusta constatar a Mikel. Pero lo que no nos ha contado, ni a nosotros ni lo ha escrito en su blog, es la existencia de un informe muy importante. 5 años después, y Libia ya destrozada y Gadafi fuera de combate, sale, este septiembre, el Informe del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes sobre la intervención en Libia. El Informe es demoledor: el exprimer ministro británico David Cameron (y su amigo Sarkozy) es «responsable» en buena medida de la debacle de Libia y el ascenso del Estado Islámico. Es más, dice que el gobierno británico «no identificó a las facciones islamistas radicales existentes en el seno de la rebelión».
Pero Mikel está con los rebeldes, y pone sus vídeos en su blog, para celebrar el asesinato de Gadafi. Y del mismo modo, al principio de las «contiendas» tampoco identifica que en la oposición moderada hay cosas que huelen mal, muy mal (es decir, injerencias planificadas).
Así, tenemos que los rebeldes germinan con facilidad en Libia y ahora también en Siria, brotando de la tierra con una facilidad asombrosa, pero en vez de con flores salen ya con armas.
Prosigo. El año 2007 se revelan unos datos sorprendentes, que Mikel, ha vuelto a esconder.
Donald Rumsfeld, antiguo Secretario de Defensa de Estados Unidos, confiesa al general Wesley Clark, que su país va a invadir Irak, Libia, Siria, Sudán, Somalia, Líbano, y por último Irán. Esto no significa que lo vayan a hacer en el tiempo deseado, o que sus planes tengan éxito, pero sí que lo van a intentar, y en ello están. Los hechos comienzan a suceder en 2001, después de los atentados de las torres gemelas.
Wesley Clark es un militar retirado del ejército de los Estados Unidos, fue Comandante Supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte durante la guerra de Kosovo, donde dirigió el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia. En el año 2003 se postuló como precandidato del Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos.
Así, sabemos desde el año 2007 que EEUU tiene la clara intención de destrozar Irak, Libia y Siria. Sucede, pero Mikel no le da importancia, es una casualidad, porque lo importante, son los rebeldes que luchan contra Bashar Al Assad.
También sabemos, por filtraciones de wikileaks, que Hillary Clinton también tiene maravillosos planes. Pero créanme, para un periodista de guerra son una nimiedad. Lo primero que podemos leer en un email de dicha filtración es lo siguiente. «La mejor manera de ayudar a Israel a lidiar con la creciente capacidad nuclear de Irán es…, tachín…, ayudar al pueblo de Siria a derrocar al régimen de Bashar Assad».
¿Alguien puede creerse que por nacimiento espontáneo surge una rebelión allí donde hay claros signos de premeditación y alevosía, y claros movimientos estratégicos para que así suceda? Si, Mikel Ayestaran y gran parte de la población contaminada.
Otro ejemplo de lo que nos esconden. Un ejemplo en el que además, él (Mikel Ayestaran) es el protagonista.
El 15 ó 16 de diciembre, si creo recordar bien, está cubriendo los acontecimientos desde Alepo, y es el momento de darnos noticias sobre la evacuación y la victoria del presidente sirio. Ocurre un hecho fundamental; y me llega esa misma noche información de que el Ejército Libre de Siria ha detenido a unos agentes internacionales. Al día siguiente o a los dos días, no puedo precisar muy bien, entra en directo para EITB, pero se olvida por completo de dicha noticia, y los telespectadores vascos nos quedamos sin parte importante de lo que acaba de suceder.
¿Era importante ésta información? Para Mikel no, para el mundo importantísima. Hasta tal punto que en apenas unas horas se convoca una reunión urgente de la ONU. Francia presenta una primera resolución que no es aceptada por Rusia, pero la jornada del domingo día 18 se reúnen a puerta cerrada, para más tarde, en una reunión del «Grupo de los 15» votar a mano alzada unánimemente a favor del proyecto de resolución 2328, que añade nuevas precisiones. ¿Por qué tanta urgencia? Porque esa resolución está relacionada con las detenciones arriba mencionadas.
Bashar Jaafari, representante de Siria ante la ONU lo confirma y da sus nombres en una rueda de prensa. «Oficiales extranjeros de inteligencia militar que estaban en Alepo Este con los terroristas son detenidos mientras estaban intentando salir de allí. Un turco, un estadounidense, un israelí, un qatarí, un jordano, un marroquí y seis saudís. Es por ello que hemos vivido escenas de histeria en el Consejo de Seguridad de la ONU, porque el objetivo principal era rescatar a estos agentes» y no ayudar al pueblo sirio.
Nadie hasta ahora, y han transcurrido casi dos semanas, ha desmentido esta información, que Mikel Ayestarán esconde, porque no es importante.
Pero más sorprendente es aún para comprender el contenido de la charla, su propia posición y su propia mirada a lo largo del tiempo. Y expongo, que el 28 de julio de 2010, poquito antes de las multitudinarias protestas contra Basher Al Assad, «porque su pueblo está más que harto de él», Mikel Ayestarán nos regala un pequeño reportaje, que es emitido en el canal vasco de televisión. Dicho reportaje lleva el siguiente titular: «Siria, ejemplo de convivencia entre chiís y sunís». Entre otras cosas, expresa que «… a diferencia de lo que ocurre en el resto de la región, la buena convivencia entre sectas parece garantizada en este país». Para terminar observando que «Siria es un ejemplo de convivencia en una región marcada por las constantes guerras sectáreas».
Esto no tendría especial relevancia si seguimos el discurso de este periodista, que actualmente tiene claro que la guerra tiene un importante componente religioso (entre sunís y chiís), y tiene aún más claro que la vida en Siria era un desastre para la mayor parte de la población, razón por la cual comenzaron las manifestaciones pidiendo más libertad, más democracia, y más apertura.
Y la pregunta, viene por sí sola. ¿Alguien me puede explicar como un país que a mediados de 2010 representa casi un oasis (como deja constancia el propio periodista) en medio de una zona agrietada por todos lados, y de repente, unos meses después está inmerso dentro de una convulsión social que termina en seguida en una batalla campal?
La respuesta no deja lugar a muchas dudas. Porque hay una intervención externa, con una inmensa ayuda militar y económica que hace posible que estallen las revueltas y, con ellas, el caos y la mayor de las tragedias.
Pero no. Tampoco aquí hay respuesta digna de tener en consideración. El silencio solo acompaña al discurso único que planea durante toda la charla. Todo comienza con los rebeldes, que ante la situación que viven, deciden salir a protestar. Y lo dice el mismo periodista que meses antes nos estaba hablando de un lugar al que acudía el turismo religioso en masa porque las cosas estaban muy bien. Es, cuando menos, sorprendente, por no utilizar otros términos.
Destruida la convivencia que había en pocos meses, se constata que los humanos somos así, nos gusta matar y guerrear y no perder el tiempo en tonterías como vivir la vida. Lo mismo sucedió en Panamá, Yugoslavia y en Libia. Pero no importa. Lo que importa es aquello que nos dicen todos los medios y Mikel Ayestaran, insistiendo en los rebeldes, seres idolatrados a los que pronto subirán a un altar.
Para terminar abro un interrogante manifestando que para comprender lo que está sucediendo en Siria es poco probable que atinemos si solo nos quedamos con la teoría de las primaveras árabes y las revoluciones de colores. Y por si fuera poco todo lo expuesto, insisto en que es fundamental considerar otras opciones y otros análisis (como las de Nazanin Aramanian) para comprender un poco más todo.
Deseo terminar haciendo una pregunta, aunque ya en mi exposición hay muchas que se pueden entender como tales, pero todas ellas, acaban sin respuesta alguna. Un vacío absoluto cubre mis palabras, y me quedo encogido, con ganas de salir de allí e incluso pensando que no debería haber ido.
Después de mi intervención, en el debate con el público no cambiaron mucho las tornas, y al hablar de la complejidad para saber qué está ocurriendo, nos hizo ver que información hay de sobra, que también hay material con teorías conspiranoicas, pero que hoy en día no hay censura. Eso, tampoco lo sabe… Casi me da un síncope y doy este resumen por terminado.
Aplausos, y cierta desorientación. La mayoría allí presente cree haber llenado el zurrón con noticias frescas y se va a casa comentando las mejoras jugadas.
Creo que la presión de cómo funciona el proceso de desinformación y la propagación informativa de un discurso único dificulta sobremanera cualquier posibilidad de ser bien escuchado y entendido. Tengo claro que yo no tengo la razón, y de que estoy incapacitado para llegar a comprender todo lo que sucede en el mundo. Pero creo que hay algo que ayer quedó huérfana, la información. El ponente no hizo mención alguna a todos mis interrogantes, y ni tan siquiera se alteró porque él mismo dijera que en Siria se vivía bastante bien, y al poco tiempo eso fuera un infierno.
A mí me cuesta enormemente comprender todo ello. Tengo mi propia opinión al respecto, pero yo no estoy aquí para meter el dedo en el ojo de nadie ni boicotear la labor de ninguna persona. Solo procuro dejar sobre la mesa información que creo se oculta deliberadamente (bien por ideología, bien por miedo a perder el trabajo, bien por presiones, bien por cualquier otra circunstancia). Es más, invito al propio periodista y a todas las personas que estuvieron allí a que puedan leer este artículo y cada uno de los enlaces que lo acompañan, y me hagan ver que mi postura está muy alejada de la realidad, o en su caso, si miento.
Gracias, y hasta más ver!
José Luis Vázquez Domènech, sociólogo
Blog del autor: www.undominiopropio.com