Recomiendo:
0

Perplejidades

Fuentes: Liberación

En las semanas recientes la prensa internacional ha dado cuenta, por cierto que en tono menor si se tiene en cuenta la habitual «sensibilidad» por los derechos humanos según sea quien los viole, de una serie de hechos de extrema gravedad, especialmente en países de América latina. Dejando aparte a Estados Unidos que se sitúa […]

En las semanas recientes la prensa internacional ha dado cuenta, por cierto que en tono menor si se tiene en cuenta la habitual «sensibilidad» por los derechos humanos según sea quien los viole, de una serie de hechos de extrema gravedad, especialmente en países de América latina. Dejando aparte a Estados Unidos que se sitúa en el primer lugar entre los campeones de la perversidad contra los prisioneros de Guantánamo y las cárceles de Irak, veamos algunos de esos hechos.

1.- En un suburbio de Rio de Janeiro, 30 personas, mujeres y niños entre ellos, fueron acribillados a balazos por fuerzas de la policía militarizada. Al parecer se trató de una venganza por el procesamiento de ocho integrantes de ese cuerpo represivo. El suceso provocó fuertes reacciones populares, exigencia de justicia y el presidente Luda da Silva prometió hacer justicia. Este tipo de crímenes son habituales en Brasil, tanto en dictadura como en democracia capitalista, con elecciones y «libertad de expresión», especialmente para los partidos  propietarios o vinculados a los grandes medios de comunicación, que condicionan, como es sabido, el com portamiento del electorado. Los meninos da rua (niños de la calle) que la democracia brasileña  ha producido permanentemente, no solamente son víctimas del sistema,  sino también de los escuadrones de la muerte que los eliminan sistemática y literalmente.

El 29 de agosto de 1993 se produjo otra masacre similar  en una favela de Rio cuando ágentes policiales  asesinaron  a 21 personas en una noche.

En este mismo país, días antes de la masacre de los 30,  fue asesinada la monja norteamericana Dorothy Stang y tres campesinos con los cuales trabajaba en defensa de la Amazonia. En ambos casos las autoridades del país han prometido sancionar a los culpables. Como se recordará otros defensores del medio ambiente y activistas de derechos humanos han sido asesinados en distintos Estados de Brasil, donde el poder de los terratenientes no tiene límites.

2.- En una cárcel de República Dominicana murieron 132 reclusos al ser reprimido un enfrentamiento entre grupos rivales de presos. Este es un fenómeno habitual en las cárceles de las democracias capitalistas de América latina, cuyas condiciones no son la antesala del infierno sino el infiermo mismo. Los medios democráticos internacionales dedicaron  al asunto 10 líneas sin mencionar derechos humanos, ni lo que está escrito en todas las Constituciones de esos países. Que «las cárceles serán establecimientos para la recuperación de los que hayan delinquido, nunca para maltratarlos».

3.- El 27/03/05 la corresponsal   de la BBC en México, María Esperanza Sánchez,  informaba que el cadáver de una mujer había sido encontrado en Ciudad Juárez. Era el décimo en lo que va de este año y el número 300 desde 1993. Nunca se ha encontrado y presumiblemente buscado a los asesinos.

Desde esta misma democracia mexicana, se informa estos días que el Coordinador del presidente Fox, ha sido trasladado a un prisión de alta seguridad, por sus «vinculaciones con el crimen organizado».

La lista de sucesos de esta naturaleza  en países con el sistema democrático capitalista, elecciones periódicas, y varios partidos, sería interminable y terrorífica. Además de cotidiana.  Mi perplejidad nace del hecho de que nada de esto ocurre en Cuba, donde la democracia funciona con efectiva participación popular y a la  que todos esos medios califican de dictadura. No solamente no ocurre sino que es impensable que ocurra. Porque allí hay un gobierno, con respaldo popular, y no varios «gobiernos» como ocurre en casi todas las democracias. Uno se pregunta, talvez ingenuamente, cómo es que ni Estados Unidos ni la Unión Europea han condenado esos asesinatos perpetrados bajo gobiernos que gozan de prestigio «democrático». Y la mayor perplejidad es porqué se quiere condenar a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra. Un país acosado en todos los frentes desde hace medio siglo por la nación militar más poderosa del mundo, con abundantes medios para financiar   a conspiradores  internos   contra el gobierno legítimo elegido por la mayoría abrumadora de su pueblo.   

06-04-05