Mucha de la ayuda internacional que llegó a Indonesia tras el terremoto de la isla de Java del pasado 27 de mayo ya hizo sus maletas y se marchó. Pero un equipo de médicos cubanos se ha vuelto tan popular que los locales piden que se queden por seis meses más. Más de dos meses […]
Mucha de la ayuda internacional que llegó a Indonesia tras el terremoto de la isla de Java del pasado 27 de mayo ya hizo sus maletas y se marchó. Pero un equipo de médicos cubanos se ha vuelto tan popular que los locales piden que se queden por seis meses más.
Más de dos meses después de ocurrido el terremoto, el grupo de 135 médicos cubanos atiende a más de 1.000 pacientes por día en dos hospitales provisionales levantados en la zona afectada, a unos 30 Km. de Jogyakarta.
En los alrededores se observan casas derrumbadas y escombros, lúgubres recordatorios de un movimiento telúrico que acabó con la vida de cerca de 6.000 personas y que destruyó unas 100.000 viviendas.
Los cubanos se han convertido en la última esperanza para muchos indonesios, debido a la escasa asistencia que reciben del gobierno de central.
Pero esto no pasa sólo en Java: los equipos de médicos cubanos han asumido calladamente un importante papel en las operaciones humanitarias globales, las cuales solían ser vistas como el dominio de las naciones más ricas.
El pasado octubre, el gobierno de la Habana envió más de 2.000 profesionales de la salud a Pakistán, e instaló unos 30 hospitales de campo luego del terremoto ocurrido allá, alcanzando a tratar a más de 1,5 millones de personas.
Sensitividad Cultural
Los dos hospitales de campo cubanos en Java están plenamente equipados con máquinas de rayos X, laboratorios, salas de operación y especialistas para poder atender huesos rotos y otras heridas comunes en las víctimas de terremotos.
En el hospital de campo Prambanan, el doctor Luis Sandoval dice que ha tenido algunos problemas para entender a sus pacientes.
«La comunicación es buena gracias a los traductores», explica el doctor, haciendo referencia a un grupo de intérpretes voluntarios, la mayoría estudiantes de medicina de Indonesia.
Dentro de la inmensa tienda que funciona de consultorio unos cuantos pacientes son examinados a la vez por un grupo de médicos,
De los 65 doctores cubanos cerca de la mitad son mujeres, una gran ventaja en países de mayoría musulmana, donde las mujeres pueden ser algo reacias a ser examinadas por hombres.
«Lo más importante es la relación entre pacientes y doctores», explica el médico cubano Oscar Putol, quien trabaja en la unidad de cuidados intensivos del hospital de campo Gantiwarno.
«Los pacientes confían en nosotros. Ellos entienden que no sólo somos doctores, somos seres humanos».
En esto está de acuerdo Khalida Ahmad, de UNICEF, quien fue testigo del trabajo realizado por los equipos de ayuda cubanos en la emergencia de Pakistán.
«Ellos tratan a los pacientes como a personas, no son sólo casos. Todos con los que hablé en las zonas afectadas se mostró muy agradecido. Ellos sentían que siempre podían acudir a los médicos cubanos a preguntarles algo, sin importar las diferencias de lenguaje.»
Muchos de los cubanos presentes en Java han tenido experiencia previa en Indonesia y Sri Lanka, ayudando a los sobrevivientes del inmenso tsunami que barrió las costas del Océano Índico en diciembre de 2004.
«Sorpresa»
El coordinador regional de salud de Indonesia, el doctor Ronny Rockito, es entusiasta acerca del impacto de la ayuda cubana.
«Tengo mucho aprecio al equipo de médicos cubano. Su estilo es muy amigable. Su conocimientos, muy profundos. Los hospitales cubanos son completos y gratuitos, sin contar con ayuda económica de nuestro gobierno. Quisiera agradecer especialmente a Fidel castro».
Muy pocas de las víctimas, tanto en Pakistán como en Indonesia, hubiesen esperado que Cuba llegara para brindar ayuda en su rescate.
«Nos sorprendió ver llegar doctores de un país pobre, un país tan lejano del que conocíamos muy poco», dijo Rockito.
«Podemos aprender mucho del sistema de salud cubano. Son muy rápidos para atender heridas y fracturas. Toman las placas de rayos X y sin perder tiempo, operan de una vez».
«La gente está viniendo desde Jogyakarta, muchos sin haber sido afectados por el terremoto, para recibir tratamiento gratis ya que son demasiado pobres para poder pagar por él. Están muy felices de que sea gratis», agregó el coordinador de salud local.
Luego de que uno de los doctores practicara una cesárea, los padres agradecidos decidieron nombrar a su hijo «Cuba» para mostrar su agradecimiento.
Todo un éxito
En la actualidad y sin que se diga mucho al respecto, Cuba tiene unos 20.000 doctores trabajando en unos 68 países a lo largo de tres continentes.
La Habana rechaza cualquier sugerencia de que exista algún interés detrás de toda esa ayuda.
«Estamos aquí únicamente por razones humanitarias. Esperamos que los gobiernos alrededor del mundo lleguen a comprender que la salud es lo más importante», señaló el doctor Putol.
Desde el inicio de la Revolución Cubana, en 1959, el presidente Fidel Castro ha dado prioridad a la educación y a la salud como pilares de la nueva sociedad de la isla caribeña, la cual cuenta con el mayor porcentaje de doctores por personas en todo el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Muchas cosas podrían cambiar en una Cuba post-Castro, pero la mayoría de los cubanos resistirán con fiereza cualquier intento de socavar el extraordinario éxito de su sistema de salud.