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¿Por qué Ahora en Común carece de sentido?

Fuentes: Rebelión

Se entendía el exagerado interés de nuestra organización por integrarse en una candidatura de unidad popular distinta a Podemos (Ahora en Común) como esencia de una estrategia para ejercer presión y que Podemos cediera a confluir con Izquierda Unida en una candidatura unitaria. En Ahora en Común estaban EQUO y algunos simpatizantes de Podemos, el […]

Se entendía el exagerado interés de nuestra organización por integrarse en una candidatura de unidad popular distinta a Podemos (Ahora en Común) como esencia de una estrategia para ejercer presión y que Podemos cediera a confluir con Izquierda Unida en una candidatura unitaria. En Ahora en Común estaban EQUO y algunos simpatizantes de Podemos, el colectivo común crecía y a más lo hiciera, más posibilidades existían de que Podemos viese peligrar su electorado y transigiera mínimamente para que se pudiera producir la confluencia. El precio a pagar por confluir con Podemos en Ahora en Común era alto, ni más ni menos, que nuestra disolución, que el espacio histórico de la izquierda rupturista quedara huérfano, pero el contexto sociopolítico nos obligó a estar dispuestos a pagar ese precio por responsabilidad ante una situación insólita de emergencia social. No nos importó que nuestro posible aliado se trasladase al centro político, nuestro objetivo principal era construir la unidad popular a la izquierda del Partido Socialista Obrero Español. Mientras Pablo Iglesias hacía insistentes guiños a Alberto Garzón para que formara parte de su formación política, Cayo Lara, nuestro coordinador, advertía que había «una operación para cargarse a Izquierda Unida». El histórico dirigente Julio Anguita y otras personalidades destacadas del panorama político español, hacían de forma reiterada llamados al entendimiento entre ambas formaciones y pedían, en el caso concreto de El ‘califa rojo’ la construcción de un programa basado en acuerdos muy concretos. Mientras nuestro candidato a la Moncloa, Alberto Garzón, realizaba un impecable trabajo por implicar a colectivos, movimientos sociales y otras formaciones políticas en una lista única, Pablo Iglesias cerraba puertas al entendimiento y denominaba a su formación política única herramienta para aglutinar a la ciudadanía.

Actualmente y con la única experiencia en la que Podemos e Izquierda Unida han concurrido juntas a unas elecciones en Catalunya con un resultado desolador, Pablo Iglesias sigue dándole en las narices con la puerta a Alberto Garzón y éste sigue insistiendo cual amante desesperado.

No sólo fue desolador el resultado electoral de Catalunya Sí que es Pot, en el cual la suma de Podemos, Iniciativa e Izquierda Unida no superaba el resultado de las autonómicas anteriores de Izquierda Unida, sino que desde aquel 27 de septiembre se han venido sucediendo una serie de acontecimientos nefastos, los cuales hacen ridícula la existencia de una candidatura de unidad popular al margen de Podemos.

En Madrid en Ahora en Común se ha producido una gran ruptura interna y el sector afín a Podemos tiene la titularidad de la marca a nivel estatal y no está en disposición de cederla al colectivo. Unidad Popular en Común, será la nueva marca registrada a menos de tres meses de las elecciones.

EQUO, la formación con más peso en Ahora en Común después de Izquierda Unida decide abandonar el proyecto y poner a disposición de sus bases el futuro de su partido de cara a las elecciones generales (cosa que a nosotros no nos han permitido).

Estamos en una «candidatura de unidad popular» solos, ya no nos llamamos AeC (Ahora en Común), que al menos tenía un mínimo de popularidad aunque escasas posibilidades a nivel electoral, ahora somos UPeC (Unidad Popular en Común), marca totalmente desconocida, y no hemos conseguido confluir finalmente con nadie. Lo que sí hemos conseguido ha sido quitar nuestras siglas de la papeleta, la que conocen nuestrxs votantes, aburrir a nuestrxs militantes, marear a nuestro más fiel electorado con nuestros frustrados intentos de alianzas e integrarnos en una plataforma en la que sólo estamos nosotrxs y cumple la misma función que Podemos, unidad popular. Somos UPeC, una candidatura sin identidad, compitiendo con Podemos, sin apoyo mediático y posiblemente con un programa mediocre socialdemócrata. Si nos quisiéramos autodestruir adrede nos sale un plan peor que el que se ha gestado de forma natural, de estrategia debemos andar regular o algunas personas tienen interés en hacernos desaparecer porque si la situación no varía demasiado nuestra destrucción es inminente y nuestro fracaso estrepitoso.

Estamos en una «candidatura de unidad popular» solos, ya no nos llamamos AeC (Ahora en Común), que al menos tenía un mínimo de popularidad aunque escasas posibilidades a nivel electoral, ahora somos UPeC (Unidad Popular en Común), marca totalmente desconocida, y no hemos conseguido confluir finalmente con nadie. Lo que sí hemos conseguido ha sido quitar nuestras siglas de la papeleta, la que conocen nuestros votantes, aburrir a nuestros militantes, marear a nuestro más fiel electorado con nuestros frustrados intentos de alianzas e integrarnos en una plataforma en la que sólo estamos nosotros y cumple la misma función que Podemos, unidad popular. Somos UPeC, una candidatura sin identidad, compitiendo con Podemos, sin apoyo mediático y posiblemente con un programa mediocre socialdemócrata. Si nos quisiéramos autodestruir adrede nos sale un plan peor que el que se ha gestado de forma natural, de estrategia debemos andar regular o algunas personas tienen interés en hacernos desaparecer porque si la situación no varía demasiado nuestra destrucción es inminente y nuestro fracaso estrepitoso.

Izquierda Unida ha sido siempre un movimiento popular para integrar organizaciones de izquierdas, de hecho el objetivo al crear el colectivo fue sumar fuerzas. La candidatura de unidad popular en la que pretenden integrarnos no es más que un cambio de nombre perjudicial a nivel electoral. Hay un experimento político llamado Podemos socialdemócrata de centro que pretende captar cualquier tipo de voto y está nuestro proyecto nítidamente de izquierdas, republicano y anticapitalista. Podemos ha decepcionado a mucho voto de izquierdas y la puntuación de su líder está en caída libre. La indefinición ideológica y la deriva al centro ha hecho que la formación de Iglesias tenga cada vez peores resultados. Sin embargo las encuestas sitúan a nuestro candidato, Alberto Garzón, como uno de los políticos mejores valorados. Tenemos un contexto político muy cambiante, un régimen deteriorado, un bipartidismo moribundo, un candidato a Moncloa brillante con una de las popularidades más altas, la militancia más comprometida, unas siglas con una trayectoria de las que sentirnos orgullosos y no avergonzados como pretenden algunos y un programa electoral que si falta en la oferta muchísimas personas quedarían desamparadas políticamente el 20 de diciembre. Es nuestro momento, la oportunidad de hacer llegar nuestro mensaje, revindicar nuestra identidad y no ser la copia barata de ningún experimento político.

Se ha habilitado un sistema de recogida de firmas para que IU vaya a las generales son sus siglas. www.ahoraeniu.org

– Exigimos poder elegir el futuro de nuestra formación política.

– No queremos ser la imitación de ningún experimento político, ese no es nuestro proyecto.

– Es más que nunca el mejor momento para llevar nuestro mensaje con nuestra identidad. 

@jadronda

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.