En la era de la propaganda y la pseudo democracia, los más fuertes oponentes al poder imperial son sujetos de los más feroces ataques. Uno de las consecuencias de esto es que muchas de las opiniones firmemente sustentadas sobre la democracia en Cuba y los Estados Unidos de América resultan en una relación inversa de […]
En la era de la propaganda y la pseudo democracia, los más fuertes oponentes al poder imperial son sujetos de los más feroces ataques. Uno de las consecuencias de esto es que muchas de las opiniones firmemente sustentadas sobre la democracia en Cuba y los Estados Unidos de América resultan en una relación inversa de los conocimientos relevantes. Como decía el científico canadiense William Osler: «a mayor ignorancia, mayor dogmatismo».
Los Estados Unidos emprendieron un poderoso e ilegal bloqueo contra Cuba por casi 50 años, luego que los privilegios de sus inversiones fueran revocadas. Ahora se difunde la propaganda sugiriendo que el pueblo de Cuba necesita la «democracia» estilo EE.UU. Bien, echemos un vistazo a la democracia en ambos países, incluyendo los derechos civiles, democracia participativa, así como la democracia representativa.
En la democracia representativa, Cuba está claramente a la vanguardia. Los cubanos tienen elecciones abiertas para su Asamblea Nacional (así como a las asambleas locales y provinciales); esta asamblea luego elige a los ministros, incluyendo al Presidente del Consejo de Ministros.
En los Estados Unidos hay una elección directa al Congreso e indirectamente al Presidente a través de los colegios electorales. Este Presidente del Estado luego nombra a los ministros. Una mayoría del Congreso electo de los Estados Unidos está imposibilitado para bloquear muchas «prerrogativas» presidenciales, incluyendo el ir a una guerra.
Entonces, aunque la mayoría de la gente y la mayoría del Congreso se opongan a la guerra, el Presidente puede aprobarla. En los Estados Unidos, por tanto, la asamblea electa no tiene realmente el mando.
En Cuba, la Constitución (Artículo 12) repudia las guerras de agresión y conquista y todos los ministros son parte de la Asamblea Nacional electa. El Presidente del Consejo de Ministros de Cuba (falsamente llamado «dictador» por el presidente imperial de Estados Unidos) no está por encima de la Asamblea Nacional y no tiene poder de «veto» a las leyes acordadas en la Asamblea Nacional. En los Estados Unidos, el presidente puede vetar las leyes del Congreso.
En los Estados Unidos, la elegibilidad para participar en una elección depende de la inscripción en uno de los dos grandes partidos y tener un fuerte patrocinio de los corporativos.
En cuba no hay partidos electorales y no hay patrocinio corporativo. El Partido Comunista Cubano es reconocido constitucionalmente para promover el debate y la política, pero no tiene un rol electoral. Los ciudadanos no necesitan pertenecer al PCC para ser electos y de hecho muchos no pertenecen al Partido. Los miembros de la Asamblea Nacional (que pueden pertenecer o no al PCC) no representan a ningún partido, sino a sus circunscripciones. El sistema cubano prohibe a los extranjeros la formación de partidos electorales o representativos. El gobierno de Estados Unidos, acostumbrado a la intervención extranjera, llama estas leyes como «antidemocráticas».
En los Estados Unidos, millones de personas son excluidas del voto, sea porque tienen antecedentes penales o porque pertenecen a un grupo de «ciudadanos de segunda clase» (por ejemplo, los puertorriqueños, que deben pagar impuestos pero no tienen representantes en el Congreso).
En Cuba muy pocos se quedan sin votar; dicho de otra manera: el 90% de los adultos (mayores de 16 años) actualmente votan en cada elección. En los Estados Unidos la participación del voto es frecuentemente cercana al 50%.
En ambos países existen derechos civiles constitucionales, pero este tipo de derechos son más avanzados en el sistema cubano. Los ciudadanos de Cuba tienen constitucionalmente derecho al empleo, a la alimentación, a la educación gratuita, a la atención médica gratuita, a la habitación (incluyendo la herencia familiar), a la participación política, libertad de expresión, propiedad personal y libertad de culto. El Estado cubano está constitucionalmente destinado a garantizar estos derechos.
Los ciudadanos de Estados Unidos tienen derecho a la libertad de expresión, a la propiedad privada ilimitada y a cargar armas. También tienen derecho a participar en un «mercado» donde la educación, salud y el bienestar general están sólo disponibles para quienes puedan pagar.
Constitucionalmente nadie en Cuba puede ser encarcelado sin tener cargos, un juicio y el derecho a la defensa (Art. 59). Los «prisioneros políticos» en Cuba son aquellos que han sido encarcelados por recibir dinero del extranjero para subvertir el sistema constitucional.
En contraste, en Estados Unidos, miles de personas están detenidas sin cargos o juicio, incluyendo los miles que están presos en la base naval de Guantánamo, ilegalmente ocupada. La tasa de encarcelamientos en Estados Unidos, que tiene más de dos millones de prisioneros, es mucho mayor que la de Cuba (y realmente de cualquier otro país). Los afroamericanos son representados masivamente en las cárceles de Estados Unidos. Los prisioneros en Estados Unidos pierden muchos de sus derechos civiles; los prisioneros en Cuba mantienen la mayoría de sus derechos civiles.
La discriminación racial institucionalizada persistió en los Estados Unidos en los 60’s. Todavía en nuestros días la brecha entre los derechos formales y los efectivos es muy grande en los Estados Unidos, porque hay muy pocas garantías sociales.
Por otra parte, Cuba ha hecho grandes esfuerzos para hacer efectivos los derechos en el ámbito de lo racial. Las garantías cubanas para la universalización de la salud, educación y seguridad social gratuitas han demostrado ser una herramienta muy efectiva contra la marginación social. Los estándares de educación y salud en Cuba son similares -e incluso superiores en algunos aspectos- que los existentes en Estados Unidos. Esto es a pesar de que los Estados Unidos tienen un ingreso promedio per capita casi diez veces mayor al de Cuba. Los Estados Unidos tienen permanentemente riquezas y pobrezas. En Cuba hay más equidad porque todo se comparte.
En Estados Unidos «libertad de expresión» significa que un manojo de corporaciones privadas dominan los medios masivos de comunicación.
En Cuba, los medios todos (televisión, radio, revistas, periódicos) están en manos de las instituciones públicas y organizaciones de masas. Ni intereses privados o de grupos de inversionistas pueden adueñarse o dominar el debate público en Cuba. Tampoco hay insultos a la inteligencia conocidos como «anuncios comerciales».
En Estados Unidos los medios masivos de comunicación están dominados por el consumismo y programas que tratan asuntos superficiales sobre las celebridades; se dice que la política únicamente trata de individuos buscando un cargo público. En Cuba, los medios de comunicación están destinados a la educación, programas culturales; se dice que la política significa coordinar las responsabilidades sociales para resolver los problemas.
Cuba jamás usa el poder del Estado para intervenir en los asuntos de otros o para impulsar propaganda internacional, en cambio envía médicos a más de 60 países para asistir a las comunidades que carecen de servicios médicos. Este internacionalismo, reconocido por la OMS, contrasta con el intervencionismo de EE.UU.
El gobierno norteamericano mantiene emisoras para la propaganda de Estado (por ejemplo, Voz de América, Radio Martí), crea grupos políticos opositores (a través de la NED, el Departamento de Estado, USAID y la CIA), también crea centros académicos y «tanques pensantes» pro-Estados Unidos en todo el mundo.
El expediente de los derechos humanos de Cuba es muy superior al de Estados Unidos. Amnistía Internacional dijo en 2006 que «miles de detenidos, sin cargos o juicio, mueren por tortura bajo custodia o son desaparecidos durante el tratamiento de sus enfermedades…. No se pudo detener a los oficiales de alto nivel por crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad» Dentro de los Estados Unidos «61 personas murieron luego de ser golpeadas por la policía y 60 personas fueron ejecutadas». El reporte de Amnistía no incluyó a los miles de asesinados y mutilados en la ocupación ilegal de Irak.
En contraste. la crítica de Amnistía sobre Cuba en 2006 fue benigna. Hubo algunas «restricciones a la libertad de expresión, asociación y movimiento, cerca de 70 prisioneros de conciencia, el gobierno procuró suprimir la iniciativa privada. Más de 30 prisioneros fueron condenados a la pena de muerte, pero ninguno fue ejecutado»
Amnistía (cuya oficina en Estados Unidos es la responsable para hacer los reportes sobre Cuba) no observó que «setenta prisioneros de conciencia» han sido condenados a penas específicas por aceptar dinero de una potencia extranjera para subvertir el orden constitucional cubano. La mayoría fueron arrestados en 2003, durante una ola de secuestros de embarcaciones, y muchos ya han sido liberados.
El Departamento de Estado de EE.UU. -feroz oponente ideológico de Cuba- fue forzado a reconocer en 2004 que en Cuba no hay «asesinatos políticos o desapariciones por motivos políticos», ni represión religiosa, poca discriminación, educación obligatoria y gratuita, sistema universal de salud, libertad artística substancial y que no hay tortura. Esto contrasta fuertemente con los escuadrones de la muerte y tortura de los regímenes dictatoriales entrenados y apoyados por Estados Unidos en América Latina, por ejemplo en Chile, Guatemala, El Salvador y Colombia.
Los movimientos cubanos contra la homofobia y en apoyo a los derechos de los homosexuales han sido más efectivos que en Estados Unidos. Hay una mayor tolerancia hacia la diversidad sexual en Cuba que en la mayoría de los países latinoamericanos y las iglesias que sustentan dicha discriminación tienen menor influencia política en Cuba que en los Estados Unidos.
El Centro Nacional para la Educación Sexual de Cuba (CENESEX) ha impulsado desde 1989 la tolerancia sexual, incluyendo la aceptación y apoyo a los transexuales. Campañas de educación apropiadas y pruebas efectivas han demostrado que Cuba tiene el menor índice de infección por VIH en la región del Caribe, más bajo que EE.UU. Desde 2001 cada cubano infectado por VIH ha tenido acceso gratuitamente a los tratamientos retrovirales altamente activos (HAART). Los Estados Unidos han desarrollado fuertes programas sobre el Sida-VIH como resultado del cabildeo de grupos de presión, pero el acceso a los servicios médicos no está garantizado.
Estados Unidos promueve a los activistas del exilio cubano «pro-democrático» cuyos integrantes son mayoritariamente terroristas, según concierne a los propios cubanos. Por ejemplo, en Marzo de 2007 el gobierno municipal de Madrid otorgó al exiliado cubano Carlos Alberto Montaner el «Premio Tolerancia» por sus escritos sobre Cuba. Actualmente Montaner es un residente europeo fugitivo de la justicia cubana; estuvo en la nómina de la CIA por muchos años. El está buscado por la justicia cubana debido a los bombazos ocurridos en Cuba hace algunos años y por sus vínculos con la Fundación Nacional Cubano Americana radicada en Miami y que abiertamente reconoce sus ataques terroristas contra Cuba.
El gobierno cubano no ha hecho nada contra el reconocido activista «pro-democrático» Osvaldo Payá, a quien le ha sido otorgado el Premio Andrei Sakharov en 2002 por «Libertad de Pensamiento» al crear su «Proyecto Varela», que consiste esencialmente en una petición para modificar las leyes y permitir pequeños negocios privados. Sin embargo, en Diciembre de 2005, la televisión cubana demostró que Payá estuvo recibiendo $1,000 dólares por cada sesión en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para hablar sobre la posibilidad de una «transición en Cuba» respaldada por Estados Unidos. En las legislación cubana, esto es un delito, pero Payá no ha sido arrestado.
En 2005 el periodista australiano Paul McGeough elogió a otro activista «pro-democrático» respaldado por la FNCA y la mafia de Miami, Raúl Rivero. McGeough dijo que el arresto de Rivero en el 2003 «revivía las memorias de los peores abusos cometidos contra los derechos humanos por la Unión Soviética» y clamó que el doble crimen de Rivero era «tener una máquina de escribir y un deseo de soñar». McGeough omitió que Rivero fue apresado por recibir dinero de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos y de la FNCA como parte de un plan explícito para subvertir el orden constitucional e instalar un régimen respaldado por una potencia extranjera. Esta actividad es considerada un crimen en cualquier país del planeta.
El activista «pro-democrático» respaldado por Estados Unidos que es más notable es Luis Posada Carriles, actualmente detenido en EE.UU. por el delito de inmigración ilegal. Estados Unidos rechaza extraditar a Posada hacia Venezuela, donde se le solicita por colocar una bomba en un avión cubano en 1976 y asesinar a 73 pasajeros civiles. Posada confesó públicamente, en los Estados Unidos, haber colocado bombas en los hoteles cubanos en 1997, pero nunca fue condenado. El fue arrestado y condenado cuando intentó asesinar a Fidel Castro en Panamá en el año 2000, pero fue perdonado y liberado en 2004 por la saliente Presidenta de Panamá Mireya Moscoso, una aliada de Estados Unidos. el gobierno norteamericano, en medio de su autoproclamada «guerra contra el terrorismo», se niega a considerar a Posadas como terrorista. Así es el apoyo de Estados Unidos para democratizar a Cuba.
El gobierno de EE.UU. crea «sociedades civiles», «pro-democráticas» y grupos de derechos humanos para promover su imagen ante el mundo. Por ejemplo, el grupo francés «Reporteros Sin Fronteras», respaldado por la NED, exclama que Cuba es el peor (y único) violador de la «libertad de prensa» en las Américas. Sin embargo el Instituto Internacional para la Seguridad de la Información Noticiosa reconoce que mientras en Cuba no se ha asesinado a ningún periodista en el periodo de 1996 a 2006, en Estados Unidos han sido asesinados 21 periodistas. Pongamos a un lado a los 72 asesinados en Colombia, 31 en México, 27 en Brasil, 16 en Perú, 13 en Guatemala, etc.
En democracia participativa, los Estados Unidos tienen una pobre calificación. La economía política está considerada como algo «técnico» que debe ser manejada por expertos o por las corporaciones privadas que dominan la vida social y política de Estados Unidos. Consecuentemente hay pocos debates o iniciativas de participación en los asuntos que conciernen a la mayoría de las personas, como el cuidado de la salud, acceso a la educación y gasto militar.
En Cuba, contrastando, hay debates sustanciales sobre los asuntos de política pública a través de las asambleas electas y las organizaciones sociales. Por ejemplo, en la crisis económica de Cuba de los años 90’s, hubo 18 meses de debate sobre la introducción de cambios mayores en la economía como la introducción de inversión extranjera regulada, el desarrollo del turismo masivo, ajustes a los servicios e impuestos, preservación de la salud y educación gratuitas.
En Estados Unidos, el «ajuste estructural» es la fórmula desarrollada por los bancos privados para su aplicación local y en los países acreedores. Esta fórmula «técnica» que comprende privatizaciones, altas tasas de interés, reducción a los servicios sociales, regímenes de pago y privilegios para los inversionistas privados se presenta como un hecho ineludible. No hay inclusión de la gente en un debate público, así que las comunidades se ven forzadas a reaccionar a la defensiva ante estas políticas económicas «técnicas».
Hay un último argumento muy importante por la cuál Estados Unidos no puede ser una democracia. La ambición imperialista los lleva a dominar, invadir y explotar los recursos naturales de otras naciones. Las «fuerzas de defensa» de los Estados Unidos se despliegan casi exclusivamente al exterior y la política de «seguridad nacional» contempla condiciones preferenciales de huelga para sus militares que se encuentran en más de sesenta países.
Al igual que en otros imperios, las ambiciones de Estados Unidos son para beneficio de unos cuantos inversionistas privados, a expensas de millones de pobres y marginados en los Estados Unidos. Tal como el escritor norteamericano Gore Vidal dijo: ningún proyecto imperialista puede subsistir con una democracia genuina, o una república genuina.
Cuba, por otra parte, jamás ha invadido a otro país. Sólo ha empleado sus fuerzas de defensa para defender a su propio pueblo o para apoyar a otros pueblos cuando están bajo ataque, como la defensa de los pueblos de Angola y Namibia frente al apartheid de la armada sudafricana en los 80’s.
Cuba ha empleado sus servicios médicos de clase mundial para asistir a otras naciones. Mientras los Estados Unidos envía miles de tropas a otros países, Cuba envía miles de médicos. Además, más de 20,000 estudiantes extranjeros están estudiando medicina en Cuba con becas completas. Esto incluye a 100 estudiantes norteamericanos. Esta es una razón más por la cual, si la palabra tiene algún significado, Cuba es una democracia y Estados Unidos no lo es.