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Sin lugar a dudas Live Earth creará ruido e interés por el cambio climático

Por qué el rock no salvará al planeta

Fuentes: The Guardian

Traducido por Félix Nieto y revisado por Fran Vico

Este fin de semana se celebraran los conciertos de Live Earth en todo el planeta. Sus objetivos son admirables, pero si somos serios sobre el cambio climático, entonces decir a los que asistan a los conciertos que viajen en autobús una vez a la semana, no es suficiente.

Este sábado, Live Earth, una serie de mastodónticos conciertos por todo el Mundo, utilizarán la música y las nuevas tecnologías, para, según los organizadores, «comenzar un movimiento global para resolver la crisis climática».

Sinceramente espero que funcione, pero me temo que nuestra objeción para asumir el cambio climático tiene unas raíces muy profundas, demasiado profundas para ser acometidas por conciertos donde todos nos sintamos bien. Después de todo, sabemos cosas sobre el cambio climático desde hace un tiempo sorpresivamente largo. Los primeros avisos serios llegaron en 1965 y el cambio climático ha estado en las agendas políticas desde hace 15 años.

Durante años, la presunción ha sido que si la gente supiese más sobre la seriedad del asunto, actuarían. Hemos tenido una década de incesante investigación, voluminosos informes, poderosos pronunciamientos políticos, webs interactivas, suplementos dominicales y titulares impactantes.

Ahora estamos mejor informados, el 85% de la gente dice que el cambio climático es uno de los mayores problemas, pero parece ser que hemos adoptado la habilidad de separar lo que sabemos de lo que hacemos. Sería peligroso decir que no hemos hecho nada. Es peor que eso. Hemos hecho todo lo que hemos podido para acelerar hacia el desfiladero: coches más grandes, casas más calientes o más frías y un apetito insaciable de volar.

Por lo que Live Earth intenta otra táctica. Reconoce que si no podemos producir un cambio con los hechos estadísticos, puede que podamos capturar la imaginación de la gente haciendo que el cambio climático sea accesible, enrollado, sexy y divertido. Es una lógica de mercado que funciona para vender productos de consumo, y admitámoslo, conciertos globales de rock no van a cambiar ningún producto. Si Live Earth fuese Live Knitwear, Pringle entraría en el top 100 del FTSE.

Sin lugar a dudas Live Earth hará que se hable del cambio climático. Pero no creo que produzca un cambio significativo porque fundamentalmente no entiende la confrontación. El motivo por el que no estamos haciendo lo suficiente sobre el cambio climático no es porque no tengamos conocimiento, o porque no sea una moda, o que no nos importe. El problema es que estamos sujetos a unas pautas de comportamiento de una negación colectiva y hemos adoptado una amplia variedad de estrategias para evitar aceptar nuestra responsabilidad personal.

Decimos que la mayor responsabilidad para resolver problema siempre la tiene otro- El tío Alberto, los ricos, o cada vez más, los chinos. O como algunos periodistas cínicos suelen decir, son esos hipócritas de la jetset en escenarios de conciertos como el Live Earth. También hay mucha gente que no culpa a otros; solo esperan que alguien lo solucione.

Los psicólogos observan que cuantos más testigos hay en un crimen, hay menos posibilidades que alguno de ellos intervenga. Los robos pueden ocurrir en calles comerciales y nadie hace nada porque están mirando a sus relojes y diciendo «¿Cuanto tardará en llegar la policía?». Me temo que Live Earth puede caer en una trampa parecida. Creará 2 billones de espectadores excitados por los ritmos del clima y demandando cuándo va a hacer algo alguien sobre esta horrible cosa del cambio climático.

Live Earth también juega un papel en la estrategia de la negación: la adopción de comportamientos mínimos y de cara a la galería como prueba de nuestra virtud. Una preocupación es que la gente que participe en los conciertos piense que esto es una acción contra el cambio climático.

De una cosa podemos estar seguros y es que la industria de la música tiene un sentido de desmesurado ego sobre su propia importancia y que puede llevar el mensaje en cualquier oportunidad. «Aquí estamos», gritarán por los altavoces «Las bandas mas grandes de rock hombro con hombro con 2 billones de personas demandando que se haga algo sobre el cambio climático, Guau!»

Esto podría ser una revolución si se produjera una concentración con objetivos políticos claros. Imagina que millones de personas salen a las calles en todo el mundo con una agenda coherente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero no es así. Es un concierto con anuncios informativos entre grupos cantando para la gente que les gustan. La música prácticamente no hará mención sobre el cambio climático y carecerá de la rabia, el miedo y la agresividad que se necesita para galvanizar el cambio.

Las 80.000 personas en Wembley no marcharán hacia el Parlamento, marcharán hacia el aparcamiento y conducirán de vuelta a casa, contentos al saber que han hecho algo sobre el cambio climático y han pasado un buen día para recordar.

Para ser justo con Live Earth, llama a que la gente «responda a la llamada» y firme una promesa. Pero esto no es el objetivo principal de los conciertos- es algo que te acompañará siempre. Cuando entras en la promesa, te dicen que las acciones que cuentan son apagar las luces más frecuentemente que lo que haces y que uses el autobús una vez a la semana. Eso está bien como punto de partida, pero me temo que la gente se detendrá ahí.

Tenemos que ser honestos con nosotros mismos, reconociendo que una economía basada en emisiones bajas, simplemente no permitirá vacaciones a lugares lejanos, viajar en coche, al consumismo masivo y a la continuidad en la construcción y mantenimiento de casas con insuficientes niveles de eficiencia.

En lugar de concentrarse en pequeños pasos de abstinencia personal, Live Earth podría haber promovido una visión mucho más excitante del mundo sostenible que necesitamos crear, un mundo basado en la salud pública, derechos sociales y de los animales, justicia para los pobres, buenas casas para todos y la promoción de la felicidad en lugar del consumismo. Esto es lo que inspiraría un cambio social y político real.

George Marshall es el fundador del Climate Outreach Information Network y del blog climatedenial.org.

Articulo Original:
Why rock won’t save the planet
Live Earth will undoubtedly create a buzz and interest around climate change.

Thursday July 5, 2007
George Marshall
The Guardian
http://environment.guardian.co.uk/climatechange/story/0,,2118989,00.html