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¿Por qué está tan callado David Cameron tras la recuperación de Palmyra de las garras de Isis?

Fuentes: The Independent

Traducido para Rebelión por S. Seguí

Al final, fue el ejército sirio -y sus aliados libaneses de Hezbollah, y los iraníes, y los rusos- quienes echaron a los asesinos de Isis de Palmyra.

La mayor derrota militar que Isis ha sufrido en más de dos años. La recuperación de Palmira, la ciudad romana de la emperatriz Zenobia. Y estamos en silencio. Sí, amigos, los malos ganaron, ¿no es así? De lo contrario todos estaríamos celebrándolo, ¿no es cierto?

Menos de una semana después de que las almas extraviadas del «Califato islámico» destruyeran las vidas de más de 30 seres humanos inocentes en Bruselas, deberíamos -¿o no deberíamos?- estar aplaudiendo el revés militar más demoledor en la historia de Isis. Pero no. Cuando los siniestros maestros de ejecuciones huyeron de Palmyra este fin de semana, los señores Obama y Cameron siguieron tan silenciosos como la tumba a la que Isis ha despachado a tantas de sus víctimas. Aquél que arrió la bandera nacional en honor del rey decapitador de Arabia (estoy hablando de Dave , por supuesto) no dijo una palabra.

Como solía decir mi colega ya fallecido hace tiempo John Gordon, del Sunday Express, hace que uno dé un cierto respingo ¿no es cierto? Aquí tenemos al ejército sirio, apoyado, por supuesto, por los rusos de Vladimir Putin, arrojando a los payasos de Isis de la ciudad y no nos atrevemos a pronunciar una sola palabra de reconocimiento.

Cuando Palmyra cayó el año pasado, predijimos la caída de Bashar al-Assad. En silencio, hicimos caso omiso de la gran pregunta que se hacía el ejército sirio: ¿por qué, si los estadounidenses odian tanto a Isis, no bombardearon los convoyes suicidas que irrumpieron a través de las líneas avanzadas del ejército sirio? ¿Por qué no atacan a Isis?

«Si los estadounidenses querían destruir Isis, ¿por qué no bombardeó cuando apareció ante su vista?», me preguntó un general del ejército sirio después de la derrota de sus soldados. Su hijo había muerto defendiendo Homs. Sus hombres habían sido capturados y les habían cortado la cabeza en las ruinas romanas. El funcionario sirio encargado de las ruinas romanas (de las que tanto nos preocupábamos, ¿recuerdan?) fue asimismo decapitado. Y luego incluso le pusieron de nuevo sus gafas en la parte superior de la cabeza extirpada, para más diversión. Y nosotros mantuvimos silencio.

Putin se dio cuenta de esto y habló de ello, y predijo con exactitud la recuperación de Palmyra. Su aviación atacó a Isis -cuando los aviones de Estados Unidos no lo hacían- como paso previo a la conquista por el ejército sirio. No pude evitar sonreír cuando leí que el mando estadounidense realizó dos ataques aéreos contra Isis, en la zona de Palmyra, en los días anteriores a su captura por el gobierno sirio. Realmente, esto nos dice todo lo que necesitamos saber acerca de la «guerra contra el terrorismo» de Estados Unidos. Ellos querían destruir Isis… un poquito.

Así que al final, fue el ejército sirio y sus aliados libaneses de Hezbollah y los iraníes y los rusos, quienes expulsaron a los asesinos de ISIS de Palmyra. Y son ellos quienes pueden -y que el cielo nos libre de tamaño éxito- llegar a asaltar la capital siria de Isis, Raqqa. He escrito muchas veces que es el ejército sirio quien decidirá el futuro de Siria. Si se apoderan de nuevo de Raqqa -y de Deir el-Zour, donde el Frente al-Nusrah destruyó la iglesia del genocidio armenio y arrojó a las calles los restos de las víctimas cristianas muertas en 1915- tengan por seguro que mantendremos silencio de nuevo.

¿No se supone que queremos la destrucción de Isis? Olvídenlo. Esa es tarea de Putin. Y de Assad. Recen por la paz, amigos. Es de lo que se trata, ¿no? Y Ginebra. ¿Dónde cae eso, exactamente?

Fuente: http://www.independent.co.uk/voices/why-is-david-cameron-so-silent-on-the-recapture-of-palmyra-from-the-clutches-of-isis-a6955406.html