Traducido para Rebelión por J. M.
Nos estamos manifestando frente a la universidad de El Cairo en Giza para defender el imperio de la ley: lo que llamamos «Shar’iyya» o legitimidad. Esto podría ser fácilmente confundido por algunos medios de comunicación occidentales con ‘sharia’ o ley islámica.
No es noticia que Morsi está ahora en el edificio de la Guardia Republicana retenido por el general Mohsin Shazly. Pero ayer hubo noticias de Abdel Bari Atwan, editor del diario londinense Al Quds Al Arabi, quien informó de las fugas de los adjuntos del Jefe de Defensa y líder del golpe, el general Abdel-Fattah al-Sisi, en su página de Facebook. Allí se muestra que el último baño de sangre enfrente del edificio de la Guardia Republicana fue planeado con el fin de debilitar la resolución de Morsi. El jefe de Estado Mayor Sidqi Subhi había visitado varias veces la célda de Morsi en vano, con el fin de intimidarlo para que aceptara formalmente renunciar o ser restaurado como presidente figurón con poderes simbólicos.
Los Hermanos Musulmanes generalmente aparecen en los medios de comunicación como una especie de organización satánica que tiene mucho interés en imponer la ‘sharia’ en Egipto, cuando en realidad se trata de un programa salafista. Hay quizás una falta de comprensión en Occidente de la diferencia entre los Hermanos Musulmanes y los salafistas. Los Hermanos Musulmanes no es una organización religiosa en el sentido tradicional, y su objetivo principal ha sido promover la democracia y las libertades políticas de los ciudadanos de Egipto, así como los programas sociales y de caridad entre los pobres y la clase trabajadora del país.
La demonización de los Hermanos Musulmanes ha sido la política del régimen Mubarak durante más de treinta años con el fin de justificar su régimen represivo. Este régimen corrupto ha sido el destinatario de 1,5 millones de dólares de los contribuyentes de Estados Unidos cada año. Pero sin importar lo que uno piensa de los Hermanos Musulmanes, que es un pequeño grupo dentro de la población egipcia en su conjunto, y sin embargo alrededor del cual se congregan egipcios de todas las clases sociales están presentes hoy en las manifestaciones en todo el país contra el régimen militar, en apoyo del ejercicio de la ley.
Baltagies o «matones» pagados y reclutados por los aparatos de seguridad corruptos de Egipto son una característica de todos los días de nuestras vidas. Muchos de estos matones son presos en libertad condicional que también están controlados por la policía y pagados para provocar el caos y la destrucción, incluso cometiendo violaciones y asesinatos. En los últimos tiempos muchos se reunieron en la Plaza Tahrir y cometieron al menos 100 violaciones, según ha informado el Ministerio de Salud. También se les pueden ver acercarse lentamente a las manifestaciones anti-Morsi para ‘chocar’ con cualquiera que se les ordena hacerlo. Cuando los periodistas hablan de «enfrentamientos» entre manifestantes pro y anti-Morsi, siempre es el caso de estos matones luchando en el lado de los anti-Morsi, y su intervención por lo general termina con muertes.
El canal de noticias Al-Hiwar de Londres, que no sigue la agenda del regimen, ha sustituido todos los canales de satélite islámicos que han sido clausurados por el régimen. Se emiten allí noticias más sobre discusiones alrededor del último baño de sangre enfrente del edificio de la Guardia Republicana, y metros de secuencias de vídeos contradictorios tomadas tanto por miembros de la Hermandad Musulmana como por integrantes de las fuerzas armadas y que deberían enviarse a inspección y discusión. Al igual que en el caso de las imágenes de vídeo desde el conflicto en Siria, se hace imposible saber quién hizo qué a quién. Todo lo que nos queda son los muertos, las mujeres y los niños, el hecho de que esos hombres, mujeres y niños estaban en realidad orando en el momento de la muerte y que les dispararon a la espalda con las balas del ejército.
Para aquéllos que están confundidos acerca de la imagen completa, y por qué está pasando todo esto, una reciente entrevista entre el ex PM británico y «el enviado especial a Oriente Medio»‘ Tony Blair y el presentador Krishnan Guru Murthy en Channel 4 News de Londres se discute, arroja un poco de la luz sobre las opiniones de algunos líderes internacionales. En esa entrevista Blair dijo que era absolutamente necesaria una «intervención» militar con el fin de rescatar a la economía del colapso. Pero, ¿era así?
El gobierno de Morsi se había enfrentado a una trama oculta para socavarlo por parte de Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, incluyendo el corte del suministro de productos derivados del petróleo que provocan, entre otras cosas, la escasez de combustible y enormes colas en las gasolineras. El golpe militar ocurrió de hecho cuando Morsi empezó a resolver este problema a través de nuevos contratos con Irak de productos derivados del petróleo. De hecho, después del golpe de Estado, nos sorprendimos al encontrar que los envíos de suministros de petróleo de Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos se habían reanudado repentinamente.
En realidad la economía bajo Morsi, dadas las circunstancias, fue bastante bien a pesar de los constantes ataques de los ‘baltagies’ en cruces importantes de carreteras, líneas de ferrocarril, hoteles y destinos turísticos. De hecho, la cadena de suministro de productos básicos esenciales para los pobres se renovó completamente bajo Morsi, mientras el despilfarro y la corrupción se redujeron en gran medida. Por lo que podemos ver, la gente en las calles no tiene intención de llegar a un acuerdo con los militares con el fin de proporcionarles una cobertura democrática de su tiranía. Hemos comenzado a comprender la aparente testarudez de Morsi en su deseo de seguir los principios de la democracia absoluta, aunque tal vez no ‘pragmática’. Mientras que el «pragmatismo» es una cualidad importante en la política, se puede convertir fácilmente en acciones corruptas e injustas, a menos que ya haya una estructura democrática para el tejido social del país.
Lo que se está construyendo ahora para la nación es esta estructura precisamente democrática, algo que nunca ha tenido. Aunque la mayoria puede parecer ser un tanto miope, Egipto es una sociedad bastante homogénea, a diferencia de otros países de Oriente Medio. El muy complejo sistema de votación AV capacita a muchas listas independientes para proponerse al Parlamento, lo que puede compensar en gran medida cualquier potencial de injusticia en el proceso mayoritario. Por lo tanto, cuando decimos que estamos en las calles para defender ‘Shar’iyya «o el imperio de la ley, es porque este no es el momento para el pragmatismo, es el momento de poner en su lugar la estructura de una nueva nación que puede ser en el futuro lo suficientemente fuerte para permitir a los políticos practicar sus habilidades pragmáticas sin dañar a la nación.
Mohamed Malik: [email protected]
Mohamad Omar: [email protected]
También contribuyeron a este informe Mohamad Badr Badr (profesor), Yasser Mahran (abogado), Ahmad Abdel-Ghafar (hombre de negocios) Hossam Elzomor (periodista), Sayed Khamis (profesor), Mohamad Gheith (farmacéutico), y otras personas que también han contribuido a su redacción, a quienes agradecemos.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/07/12/why-are-we-in-the-streets/
rCR