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¿Por qué Israel sigue negando el secuestro de niños yemenitas?

Fuentes: 972mag

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Entre los años 1948 y 1952 miles de bebés, la mayoría niños de los inmigrantes yemeníes que llegaron al recién fundado Estado de Israel, fueron arrancados de sus padres. Después de décadas de silenciarlo, es el momento de mirar a los padres a los ojos y decir: se les hizo daño. Esta no es una exigencia exagerada, es lo mínimo.

 

Unos israelíes protestan por el caso de los niños yemenitas, Jerusalén, 21 de junio de 2017. (Activestills.org)

Los hechos detrás del asunto de los niños yemenitas son claros para que todos los vean. Cientos de testimonios de padres de niños desaparecidos cuentan una historia similar: los niños fueron separados de sus padres, a menudo por la fuerza, y algunos de ellos nunca regresaron. A los padres no se les permitió tomar decisiones ni recibir información médica con respecto a sus hijos. Los avisos de muerte que recibieron de los hospitales nunca fueron respaldados por explicaciones médicas, documentos o cadáveres. Los padres que exigían ver a su hijo muerto fueron agresivamente expulsados.

La naturaleza racista de estos hechos es clara también. Aproximadamente el 70 % de las familias afectadas eran inmigrantes yemeníes a Israel; el 96 % eran de origen mizrají. Además, las políticas racistas hacia los padres ni siquiera se disfrazaron de otra cosa. Separar a los bebés de las familias y revocar los derechos de los padres para tomar decisiones médicas era una cuestión de política, no de iniciativa privada.

Entonces, ¿por qué no pueden los israelíes reconocer hoy que el asunto de los niños yemeníes ocurrió?

Reconocer el asunto significa reconocer que los mismos mecanismos que buscan el «beneficio del niño» son los mismos que impiden que los LGBTQ israelíes adopten. Son los mismos que sacan a los niños de ciertos grupos étnicos de sus hogares. No es nada neutral.

Reconocer el caso de los niños yemenitas socava la imagen de los primeros días del Estado de Israel como un período lleno de buenas intenciones. Los militares censuraron publicar información sobre los secuestros, mientras que los padres que exigían ver a sus hijos se encontraron con el largo brazo de la ley. No eran percances, sino decisiones deliberadas.

 

Kadia y Shlomo Adeni, cuyos dos hijos fueron llevados en lo que se conoció como el caso de los niños yemenitas en los primeros días del Estado. (Amram)

Reconocer el asunto de los niños yemenitas es admitir la existencia de mecanismos que bloquean y silencian la verdad. Sería como reconocer y advertir contra el uso de la política y el sistema legal para proteger al Estado. Significa alentar el pensamiento crítico y exigir transparencia.

Reconocer el asunto de los niños yemenitas significa confiar en la sociedad israelí. Confiar en el hecho de que los ciudadanos del Estado son capaces de lidiar con su propia historia. Confiar en que se puede alcanzar una sociedad que asume la responsabilidad de los mecanismos existentes de opresión. En lugar de ponerse a la defensiva, la confianza significa trabajar hacia la curación.

Los padres y madres, los que todavía están con nosotros, están envejeciendo. Después de décadas de estar silenciados, es hora de mirarlos a los ojos y decir: te han hecho daño. Esto no es algo exagerado, es lo mínimo.

Rachel’i Said es traductora, editora y gerenciadora de medios sociales de la Asociación Amram. Este post fue publicado por primera vez en hebreo en Llamada Local.

Fuente: https://972mag.com/why-is-israel-still-denying-the-kidnapping-of-yemenite-children/129907/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autoa, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.