En los Estados Unidos, la mayoría de la gente pasa aproximadamente 90 por ciento de su tiempo en espacios interiores. Sin embargo, el aire interior que respiramos en la casa y en otras edificaciones puede estar más contaminado que el aire exterior y aumentar el riesgo de enfermedad. Hay muchas fuentes de contaminación del aire […]
En los Estados Unidos, la mayoría de la gente pasa aproximadamente 90 por ciento de su tiempo en espacios interiores. Sin embargo, el aire interior que respiramos en la casa y en otras edificaciones puede estar más contaminado que el aire exterior y aumentar el riesgo de enfermedad.
Hay muchas fuentes de contaminación del aire interior en la casa. Entre ellas cabe citar los contaminantes biológicos como bacterias, moho y polen; la quema de combustibles y tabaco; los materiales de construcción y muebles; los productos de uso doméstico; los sistemas centrales de calefacción y acondicionamiento de aire; y varias fuentes externas.
Los principales contaminantes del aire interior de la casa comprenden radón, humo ambiental del tabaco, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, formaldehído, pesticidas, plomo, compuestos orgánicos volátiles, material en partículas, mercurio, anhídrido sulfuroso, polvo y asbesto (amianto). Las edificaciones construidas antes de 1978 pueden contener pasta selladora hecha con bifenilos policlorados, que se pueden liberar al aire interior.
Los contaminantes biológicos en la casa incluyen bacterias, moho, hongos, virus, caspa de mascotas y otros animales, ácaros del polvo, cucarachas y polen. El agua estancada, los materiales deteriorados por el agua y las superficies mojadas pueden servir de criaderos de moho, hongos, bacterias e insectos. También se pueden encontrar contaminantes biológicos en las mascotas, los acondicionadores o humedecedores de aire sucios, los áticos sin ventilación, los cuartos de lavandería con secadores sin ventilación y los sistemas de calefacción y acondicionamiento de aire.
Entre las fuentes de combustión cabe citar estufas, hornos y calentadores de ambiente activados por petróleo, gas natural, keroseno, carbón o madera. Otras de esas fuentes son las chimeneas y los hornos con escapes, los calentadores de agua y las secadoras de ropa activadas por gas, las chimeneas, los tubos de emisiones de automóviles en los garajes y el tabaco. Los contaminantes del aire interior provenientes de fuentes de combustión son liberados principalmente por mal funcionamiento o por ventilación inapropiada de los dispositivos de calefacción o uso indebido o ineficiente de los mismos.
Los materiales de construcción y los muebles que pueden causar contaminación del aire interior comprenden material de aislamiento, tapetes mojados o húmedos, tejas, baldosas, pintura fabricada con plomo, pintura de látex fabricada con mercurio, revestimiento ignífugo, madera aglomerada, paneles de contrachapado de madera dura, paneles de fibra de madera y muebles hechos de ciertos productos de madera prensada.
Los productos de uso doméstico que pueden causar contaminación del aire interior incluyen disolventes, barnices, ceras, pinturas, cortinas, pegantes, adhesivos, materiales de limpieza y mantenimiento, preservativos de la madera, aromatizantes ambientales, repelentes de polillas, ropa lavada en seco, artículos de cuidado personal, útiles para actividades de interés, y combustibles y productos automotores almacenados.
La contaminación del aire exterior puede penetrar en las edificaciones y convertirse en una fuente de contaminación del aire interior. Las fuentes de contaminación del aire exterior incluyen radón y pesticidas.
La calidad del aire interior también es motivo de preocupación en los edificios de oficinas, donde se ve afectada por el mantenimiento y funcionamiento de los sistemas de ventilación y la humedad. Las fuentes de contaminación del aire de las oficinas pueden incluir, además de las comúnmente encontradas en la casa, el equipo de oficina, los suministros almacenados, las actividades de construcción, los sistemas mecánicos, los productos de limpieza, las pastas de calafateo y sellado, los pisos de vinilo, la basura acumulada y los gases de emisión de los vehículos.
El «síndrome del edificio enfermo» es una expresión empleada para describir situaciones en las cuales los ocupantes de un edificio tienen síntomas de enfermedad relacionados solamente con el tiempo pasado ahí. Las causas de este síndrome incluyen ventilación inadecuada, contaminación del aire interior y contaminantes biológicos.
Las «enfermedades relacionadas con los edificios» pueden atribuirse a contaminantes específicos transportados por el aire dentro de una edificación. Entre ellas cabe citar la enfermedad de los legionarios, una forma de neumonía relacionada con la contaminación del aire interior, el asma, la neumonitis por hipersensibilidad (inflamación de los pulmones) y la fiebre causada por humedecedores, una enfermedad similar a la influenza relacionada con la exposición a bacterias y hongos encontrados en los humedecedores, los acondicionadores de aire y los acuarios.
Entre los efectos que tiene la contaminación del aire interior para la salud a largo plazo se destacan las enfermedades respiratorias y cardíacas y el cáncer. Varios contaminantes del aire interior figuran en el Decimocuarto Informe sobre Carcinógenos (en inglés) publicado por el Programa Nacional de Toxicología. El asbesto, el formaldehído, el radón y el humo ambiental del tabaco figuran como carcinógenos; el plomo y los bifenilos policlorados figuran como «carcinógenos humanos según previsiones razonables». Algunos pesticidas, disolventes y compuestos orgánicos volátiles figuran en ambas categorías.
Los efectos que tiene la contaminación del aire interior para la salud a corto plazo comprenden reacciones alérgicas, infecciosas y tóxicas, como lagrimeo, secreción nasal, congestión, picazón, tos, sibilancia, dificultad respiratoria, dolor de cabeza, mareo, náuseas, vómito, erupción cutánea, fiebre, escalofrío y fatiga. Entre los problemas de salud relacionados con la humedad, los contaminantes biológicos y el moho están el asma, las alergias y la neumonitis por hipersensibilidad.
Fuente: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/contaminacion-del-aire-interior/