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Por qué luchan los presos políticos palestinos

Fuentes: The Electronic Intifada

El caso del luchador por la libertad, Khader Adnan, nos recuerda dónde reside la fuerza del pueblo palestino. Esta es la fuerza que se desperdició y se disipó en el proceso de Oslo y la búsqueda de un Estado a expensas de la liberación nacional. Con su histórica huelga de hambre y su voluntad heroica […]

El caso del luchador por la libertad, Khader Adnan, nos recuerda dónde reside la fuerza del pueblo palestino. Esta es la fuerza que se desperdició y se disipó en el proceso de Oslo y la búsqueda de un Estado a expensas de la liberación nacional.

Con su histórica huelga de hambre y su voluntad heroica en la lucha contra el Estado ocupante, Adnan ha reafirmado un principio importante de la resistencia a los regímenes colonialistas: cuando un pueblo, o las personas que son sus víctimas permanecen firmes, el mundo va a reaccionar. La simpatía se convierte en solidaridad que a su vez puede alimentar un creciente movimiento de apoyo a la lucha que es capaz de sacudir los cimientos del sistema colonialista.

Su caso también ha confirmado el hecho de que los organismos del colonizador no protegen nunca a sus víctimas. Su proyecto sólo puede ser derrotado rompiendo el dominio de esos organismos y las reglas que ellos imponen.

La batalla de Adnan por la vida y la dignidad es un modelo a seguir en la lucha de liberación palestina. Contiene lecciones para todos los que participan en esta lucha, particularmente los presos y los activistas de solidaridad internacional, sobre cómo su trabajo puede ser integrado.

Campaña de desafío

Adnan tomó la iniciativa y declaró una huelga de hambre indefinida para protestar contra su encarcelamiento bajo una orden de detención administrativa. Su objetivo era claro: desafiar a la vez esta orden y al régimen israelí de opresión. Él también quería hacer saber que los palestinos se niegan a aceptar el trato impuesto por las autoridades de ocupación.

La campaña que él desencadenó demostró cómo los elementos de la lucha popular pueden ser reunidos. Inspirados por la determinación del prisionero, los palestinos de los territorios de 1948 respondieron con rapidez. Una campaña popular de comunicación y de movilización fue lanzada rápidamente, tanto a nivel local como internacional. Diversas organizaciones de base y juveniles se sintieron inmediatamente involucrados, al igual que las familias de los presos y los grupos políticos.

Este activismo se extendió rápidamente a Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén. También se extendió entre la diáspora palestina y dio lugar a un movimiento formidable en todo el mundo.

Los presos en las cárceles israelíes también empezaron una campaña para defender, apoyar y compartir la responsabilidad con Adnan. Adoptaron los principios de una escalada colectiva organizada, que comenzó rechazando las comidas y negándose a recibir los suministros (las autoridades penitenciarias respondieron cerrando los patios al aire libre y prohibiendo a los presos salir de las celdas). También, un grupo cada vez mayor se declaró en huelga de hambre indefinida.

El punto débil de Israel

Los presos sabían que la batalla no era contra las autoridades de la prisión en sí, sino contra el régimen del Estado de ocupación, con todas sus ramificaciones e instituciones. Sin embargo, las autoridades de la prisión eran el punto débil del aparato de seguridad sobre el que se podía hacer presión. Así, los presos enviaban un mensaje al gobierno de Israel: Adnan hablaba por todos ellos y advertían de las consecuencias de poner en peligro su vida.

Las autoridades de la prisión a su vez, instaron al gobierno a resolver el caso de Adnan lo más pronto posible con el fin de prevenir la agitación creciente entre los presos. En efecto, el mensaje de los presos fue recibido.

El aparato de seguridad israelí se preocupó seriamente cuando la huelga de hambre continuó y el estado de Adnan llegó a ser crítico. Ellos no estaban preocupados por su vida, pero temían que su muerte pudiera ayudar a desencadenar una nueva intifada palestina, en particular en los territorios de 1948.

La estrategia de rápidas y variadas acciones demostraron su eficacia. Además de la acción palestina, los movimientos internacionales de solidaridad jugaron un papel importante e influyente. Esta presión y el miedo a lo que podría pasar si había una explosión de cólera de los palestinos, provocó incluso que, en los últimos días de la huelga de hambre, países europeos y EE UU hicieran declaraciones contra la detención administrativa de Adnan.

Uno de los puntos fuertes de la campaña de apoyo a Adnan fue que contó su historia personal y humana, así como su vida política y su lucha, de forma que consiguió transmitir con éxito tanto su sufrimiento como su determinación. La historia de Adnan también encarnó la esencia de la experiencia de los palestinos y su lucha por los derechos y libertades, y sirvió para revelar la esencia de Israel como lo que realmente es.

Esto fue más eficaz para mover a la gente que los meros hechos y datos, también importantes. El papel principal del drama fue interpretado por el propio prisionero. La familia de Adnan, su esposa, su padre e hijos también tuvieron papeles heroicos.

La quiebra de la «moderación»

Esta batalla ha puesto de manifiesto la debilidad del discurso de la «moderación» que Israel y EE UU han impuesto a la dirigencia oficial palestina. Esta posición moderada es la que, al parecer, debemos adoptar si nosotros, los palestinos, deseamos asegurarnos el apoyo internacional. En la práctica, esto significa aceptar voluntariamente los controles opresivos impuestos por el terrorismo globalizado del Estado. La «moderación» aquí significa abandonar el derecho a resistir al Estado de ocupación.

Sin embargo, lo que acabamos de ver es precisamente que el mundo da su apoyo a los palestinos cuando ellos luchan y permanecen firmes, cualquiera que sea su afiliación política. La capacidad de influir y movilizar a la opinión pública internacional y garantizar la solidaridad efectiva a gran escala, no fue el resultado de una estrategia de relaciones públicas, sino de una lucha real sobre el terreno para hacer frente a la máquina colonialista opresiva.

En todos los casos en que una detención administrativa israelí por orden militar – o cualquier otra medida de emergencia, como la prohibición de viajar o entrar en los territorios ocupados por Israel en 1967 – ha sido impugnada, el Tribunal Superior de Israel ha defendido sistemáticamente la política de los militares, de los servicios de inteligencia y de seguridad.

Lo que pasa en el tribunal es que el juez pregunta al palestino que impugna la orden, si es un ciudadano israelí o no, para autorizar a los jueces israelíes a ver las «pruebas secretas», pruebas que las víctimas y sus abogados no están autorizados a ver. Si la víctima está de acuerdo, los jueces toman su decisión basada en las «pruebas secretas», que invariablemente concuerdan con la declaración de los cuerpos de seguridad, generalmente emitida en nombre del ministro competente o de un mando militar.

En caso de que la víctima rechace confiar en la honestidad y credibilidad del Estado ocupante, la impugnación en efecto se cierra, los jueces la desestiman, y culpan a la víctima de su fracaso.

Ideas peligrosas

Durante la campaña de Adnan, algunos líderes políticos palestinos, activistas de derechos humanos y medios de comunicación han utilizado el argumento de que si Israel tenía alguna prueba contra Adnan, debía haberlo llevado ante un tribunal ordinario. Otros han sugerido que el éxito de su campaña debería inspirar otra contra el uso de órdenes de detención administrativa en general.

Estas son ideas peligrosas, sobre todo cuando vienen de personas importantes e influyentes. Israel es un Estado ocupante y una entidad colonialista. Así, el derecho internacional protege a las víctimas de la ocupación y prohíbe su traslado a las cárceles dentro de las fronteras del Estado ocupante. Por tanto, la detención administrativa y la detención «ordinaria», son igualmente ilegales.

Por otra parte, ¿qué significa la supuesta «prueba» aquí? ¿Es la prueba de la resistencia a la ocupación? Pero, resistir a una ocupación es legítimo: es la ocupación israelí y la colonización, con sus asentamientos y tribunales, los que son ilegítimos. ¿Han sido los miles de prisioneros palestinos y árabes en las cárceles israelíes legítimamente sentenciados? Todos ellos han sido juzgados basándose en «pruebas» principalmente secretas que ni ellos ni sus abogados han estado autorizados a ver.

Hay otro factor. Estudios académicos israelíes han probado claramente la magnitud de la escandalosa discriminación de las condenas dictadas por los jueces en casos penales. Estas condenas pronunciadas contra los ciudadanos palestinos de Israel son mucho más duras que las condenas a los judíos israelíes. Entonces, ¿qué se puede esperar cuando el juez que representa al Estado ocupante se pronuncia en un caso de resistencia de las víctimas de esta ocupación?

Nuestra batalla

La verdadera preocupación para el pueblo bajo la ocupación no es saber si la detención de sus hijos e hijas es por una orden administrativa israelí o por una orden de un tribunal militar o civil. La opresión, la represión y el saqueo son idénticos, no importa qué herramienta utiliza la ocupación. La batalla de Adnan es la lucha contra el proyecto colonialista en su conjunto y no sólo contra una de sus herramientas.

Mas, cuando los líderes palestinos y activistas de derechos humanos declaran que el siguiente paso es intensificar la campaña contra las órdenes de detención administrativa, muestran debilidad y error de cáculo.

La batalla contra las leyes de emergencia israelíes es una batalla de los israelíes, no del pueblo palestino. La batalla de los palestinos, y de todos aquellos en el mundo que se oponen a la ocupación y al colonialismo, es contra la ocupación y el estado ocupante; y por la liberación nacional, la recuperación de la patria y el retorno de su gente, refugiados y exiliados.

El caso de Adnan demuestra que la victoria sobre el proyecto colonialista no es una misión imposible. Es posible. Ha renovado y fortalecido la esperanza de que el pueblo palestino es capaz de dinamizar su libre albedrío, la voluntad de victoria.

Traducido del inglés por la Plataforma de Solidaridad con Palestina de Sevilla

Ameer Makhoul es líder de la sociedad civil palestina, actualmente preso político en la prisión de Gilboa.

Fuente: http://electronicintifada.net/content/what-palestinian-political-prisoners-are-fighting/11076
Este artículo es co-publicado por Al Akhbar en inglés y traducido del árabe.