Con especial dedicatoria a quienes sin la más mínima vergüenza defienden los indefendibles actos criminales del Estado sionista de Israel sobre poblaciones árabes desarmadas. Con la solemnidad a la que invitan las víctimas del sangriento y por siempre condenable Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Con la venia de los israelíes pobres que sufren los […]
Con especial dedicatoria a quienes sin la más mínima vergüenza defienden los indefendibles actos criminales del Estado sionista de Israel sobre poblaciones árabes desarmadas.
Con la solemnidad a la que invitan las víctimas del sangriento y por siempre condenable Holocausto de la Segunda Guerra Mundial.
Con la venia de los israelíes pobres que sufren los desmanes de un gobierno sionista y asesino, cuya voracidad hace que Hitler sea una inocente criatura, que no permite la convivencia pacífica entre israelíes, palestinos, jordanos, libaneses sirios y egipcios.
En el marco de nuestro compromiso revolucionario por la paz y la convivencia en un clima de respeto a las autonomías de los pueblos del mundo,
Hoy denunciamos al agresor, rompemos relaciones con el sionista asesino y nos pronunciamos por la vida, la justicia y la paz.
Debo expresar que ya no hay calificativo que sea suficiente para categorizar al genocida cobarde que valiéndose de su poder monstruoso extermina pueblos, mata mujeres, asesina niños y con sádico orgullo contabiliza los cadáveres como trofeos.
Soy enfático al decir que ya no se trata de la simple confrontación entre un estado agresor e imperialista sin moral ni principios, que bajo el amparo de los genocidas estadounidenses cumple a carta cabal su agenda de terror contra los pueblos árabes del Oriente Próximo, sino que sus actuaciones atentan contra todos los pueblos del mundo pues, como bien lo ha dicho la Confederación de Asociaciones Israelíes de Venezuela (CAIV), cualquier consideración que condene la cobarde agresión, es una intromisión que acarrea consecuencias para los que nos pronunciamos al respecto.
En ese sentido, advertimos a los que hoy confunden nuestra condena a la guerra con un ataque directo al pueblo israelí, que se equivocan al intentar amedrentarnos con sus amenazas y que en Venezuela hay moral y fuerza revolucionaria suficientes para sostener nuestras verdades a riesgo de nuestra propia vida, pues no hay fuerza en el mundo que pueda contra la verdad.
A ellos los invito a que observen la conducta asumida por nuestro pueblo frente a los hechos, a que comprueben por si mismos cómo desde los más humildes hogares de la patria hasta la más alta magistratura del Gobierno Revolucionario hemos sido firmes en nuestra condena al sionista asesino, e igualmente los invito a que observen con cuidado cada declaración, para que constaten que en ningún momento nos hemos pronunciado contra el pueblo que vive hoy en los territorios invadidos por Israel y menos aún contra la comunidad judía que vive en nuestra patria, pues el judaísmo para nosotros es una religión y por convicción no somos ni xenófobos ni mucho menos racistas.
Sin embargo, es importante destacar que los extremistas de siempre, herederos de la cultura genocida de la cual fueron víctimas en el pasado, hoy agrupados en partidos de ultraderecha, en asociaciones fascistas y en grupos de elites arrastradas por el imperio, ahora se dedican a interceptar correos electrónicos, amenazar por teléfono y hostigar e intentar intimidar a todo aquel que no le corresponda en sus absurdas justificaciones. A ellos les decimos que nuestra lucha es contra el imperialismo, nuestra verdad es la defensa de la vida. No somos sus enemigos, pero si lo quieren, debo advertirles de que no somos cachorros domesticados que huyen con el rabo entre las piernas cuando de confrontación se trata.
Creemos que la razón nos asiste y no podrán doblegarnos con sus absurdas maniobras nazis. Estamos convencidos de quién es el asesino agresor en esta infeliz guerra contra los pueblos libres de Oriente Próximo, por ello poco nos importa cuán poderosos sean sus métodos para acallar la protesta, pues nuestra moral es mayor que sus ridículas persecuciones.
El Dr. Ángel Rafael Tortolero Leal es ex embajador de Venezuela en Israel y Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello de Venezuela.
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