Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
El acuerdo presenta la mayor oportunidad para aquellos que tienen más que perder.
Jared Kushner, asesor senior de la Casa Blanca, yerno del presidente de los Estados Unidos Donald Trump y el embajador de los Estados Unidos en Israel, David Friedman, el 14 de mayo de 2018 (AFP)
Para vender el «acuerdo del siglo» (DoC siglas en inglés) que aún no se ha publicado, sus principales autores han dicho lo siguiente:
Que los palestinos aún no son capaces de gobernarse a sí mismos (el yerno del presidente de Estados Unidos, Jared Kushner),que Israel tiene derecho a anexionarse partes de Cisjordania (embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman) y que el acuerdo en sí mismo es probablemente no ejecutable (Secretario de Estado de los EE.UU. Mike Pompeo).
Con amigos como éstos, ¿quién necesita enemigos?
Matar el acuerdo de paz
Al atrincherarse descaradamente tras los beneficios para Israel y destruir cualquier posibilidad de un Estado palestino con Jerusalén Oriental como su capital, al lidiar con el peso de la historia de los refugiados simplemente eliminándola, los autores han hecho algo más que autodestruirse.También han matado la idea de que un acuerdo de paz puede ser construido alrededor del principio de un Estado de mayoría judía que vive junto a uno palestino como un vecino igualitario y sólido.
El acuerdo del siglo no es más que la declaración de «misión cumplida», como lo han hecho otros ejércitos invasores en el Medio Oriente.
Este mito ha estado demasiado tiempo en la unidad de cuidados intensivos de las negociaciones internacionales. Ha alimentado casi tres décadas de negociaciones y aún vive en el centro de la política europea.Dominó y desplazó a todas las demás ideas.
Durante 26 años después de los acuerdos de Oslo no hubo otro camino que no fuera el proceso de paz. El liderazgo palestino, que reconoce a Israel, nunca lo habría hecho por su cuenta. Así como tampoco fueron responsables de la desaparición de Oslo el trabajo de facciones que se le oponían como Hamás, la Jihad Islámica o Hezbollah. Por el contrario, al reescribir su carta básica con el propósito de disminuir la distancia con Fatah, Hamás aceptó la Línea Verde de 1967 como base para las negociaciones.