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Por qué tarjeta roja a Israel

Fuentes: Rebelión

Pongamos las cartas boca arriba. Las leyes se han hecho para equilibrar las condiciones de poder. Frente a la fuerza, está el derecho. No vale la ley del más fuerte. La que se impone mediante la violencia. Y esto es lo que ocurre cuando el Estado de Israel coloniza la tierra, la economía, la vida […]

Pongamos las cartas boca arriba. Las leyes se han hecho para equilibrar las condiciones de poder. Frente a la fuerza, está el derecho. No vale la ley del más fuerte. La que se impone mediante la violencia.

Y esto es lo que ocurre cuando el Estado de Israel coloniza la tierra, la economía, la vida de los palestinos.

La violencia se respira en Palestina, en los territorios ocupados.

Los que hemos estado en diferentes años en Palestina comprobamos que la colonización aumenta. La primera vez, en el entorno de la firma de los Acuerdos de Oslo, estuve reunido en la Casa de Oriente en Jerusalén, era oficiosamente la sede de la OLP. Ahora ya está abandonada. Los israelíes impidieron su actividad. Años atrás, en Jerusalén era frecuente tomar tomates, pepinos, y toda la ensalada con origen en cualquier parte de Cisjordania o Gaza. En mi último viaje, todas las cajas de verduras, de todos los lugares en los que estuve, Tulkarem, Nablus, Jenin, Qalquilia, Jericó, Ramallah, Jerusalén, Yafo y Tel Aviv tenían etiquetas israelíes. El agua y la electricidad que pagan los ocupados palestinos son más caras que la que pagan los israelíes. ¿Quién ha pagado el Muro que penetra en la Cisjordania ocupada?

Hay documentales que ilustran como eran los campos de naranjas de Gaza. Cómo las naranjas se exportaban a Europa. ¿Alguien conoce dónde están esos campos? ¿ Qué hacen los pescadores? ¿Quién extrae el gas de las aguas de Gaza?

Los palestinos resisten. Es encomiable ver a temprana hora las niñas y niños arreglados al colegio. Los que están libres. Hay otros menores en la cárcel o muertos.

Más de siete mil presos. Las detenciones pueden ser indefinidas. Las ‘leyes’ israelíes permiten la tortura a los palestinos.

También se reproduce la pobreza y la falta de oportunidades de los palestinos con nacionalidad israelí. El presupuesto educativo o municipal donde mayoritariamente residen no es proporcional y hay carencias educativas, en muchos casos hay falta de dominio del hebreo, el árabe es idioma oficial pero el estado israelí no lo universaliza, hay escasos titulados superiores. Ocupan empleos generalmente no cualificados. También por las prácticas exclusivistas para judíos de los empleadores.

Los palestinos que no son funcionarios, éstos viven de las contribuciones y donaciones de las instituciones internacionales, tienen que sobrevivir. Se da la paradoja de que en las colonias salpicadas por todo Cisjordania y Jerusalén Este, donde sólo podrán vivir colonos judíos, son construidas por trabajadores palestinos, ‘ilegales’, cobrando en negro y sin seguridad. No pueden dejar de hacerlo porque no hay otro trabajo y la comunidad internacional, cómplice, da un dinero que Israel como potencia ocupante, debería pagar. El presupuesto de la Autoridad Palestina tiene que dedicar un 30 por ciento para los cuerpos de seguridad palestinos, pero no más, insuficiente para romper la dependencia, no reclama a Israel los destrozos periódicos que realiza. ¿Quién ha reclamado por la destrucción del aeropuerto de Gaza hecho con los impuestos españoles e inaugurado por José María Aznar?

Y llegamos al fútbol. Había unos niños jugando a la pelota en una playa de Gaza. ¿Cuántos sobrevivieron a los obuses de los barcos israelíes? ¿Los mismos barcos que atracaron al barco de mujeres en aguas internacionales cuando se dirigían a Gaza?

Hay seis equipos israelíes de las colonias que juegan en la liga israelí, contraviniendo, como todo ocupante israelí, las Convenciones de Ginebra. Convenciones que prohíben desplazamientos de población (colonias y Muro), robo de recursos (agua, gas, tierra), respeto a la propiedad de los ocupados (arranque de olivos, viviendas), traslado de población ocupante al territorio ocupado.

Todo está documentado, los equipos son: Hapoel Jordan Valley, Ariel Football Club, Beitar Ma’aleh Adomim, Beitar Giva’at Zeev, Elitzir Yehuda (Kiryat Arba), Hapoel Oranit.

Los equipos de Gaza y Cisjordania y seleccionados palestinos de fútbol no se pueden desplazar.

¿Dónde están las leyes? ¿ Qué hacen los jueces israelíes? ¿Qué hace la comunidad internacional? Las leyes que se aplican a los palestinos son las coloniales británicas. Las que el ejército y el sionismo dictan: ciudadanía; tierras expropiadas por seguridad, por expulsión de sus propietarios, por compra tras inducir pobreza. ¡Hasta miles de libros palestinos robados por los israelíes duermen, como los refugiados palestinos, fuera de sus hogares!

El Tribunal Supremo Israelí forma parte del aparato de la ocupación, como el resto de las instituciones, como el fútbol. Siempre, la preeminencia israelí, judía, sobre el resto. Y sobre ese esquema supremacista valida todo, la expropiación, la destrucción de casas, el Muro, la represión, la cárcel, la tortura y las colonias. ¡Tres de los jueces del Tribunal Supremo viven en asentamientos en territorios ocupados palestinos!

Y volvamos al fútbol. ¿Qué ha hecho la UEFA, la FIFA en estos años de ocupación? Como la comunidad internacional, como nuestros diplomáticos, ser cómplices.

Si queremos ayudar a una paz justa, los ciudadanos tenemos que ejercer la ciudadanía. Defender el derecho internacional. Mostrar nuestro compromiso con la justicia. También en el deporte y mostrar nuestro rechazo a la ocupación y al apartheid.

Hay que mostrar tarjeta roja a este Israel.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.