Las noticias: «Netanyahu prepara al gobierno israelí para el colapso de la Autoridad Palestina / El ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, ha aprobado una significativa expansión del bloque de colonias judías Gush Etzion situado al sur de Jerusalén, en la Cisjordania ocupada«. A la expectativa de oír doblar las campanas por uno u […]
Las noticias: «Netanyahu prepara al gobierno israelí para el colapso de la Autoridad Palestina / El ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, ha aprobado una significativa expansión del bloque de colonias judías Gush Etzion situado al sur de Jerusalén, en la Cisjordania ocupada«.
A la expectativa de oír doblar las campanas por uno u otro, este cuento no se ha acabado, la historia la escriben los vencedores a su gusto y medida, medida que deberían tomar los dos a su situación política y estar pendientes de lo que les prepara el futuro a medio plazo.
Hablamos de dos personajes antónimos pero últimamente sus destinos van ligados a las acciones de uno contra el otro. Según las encuestas, al parecer el criminal Netanyahu va ganando la carrera de ser salvado de la quema política, ayudado por su extremismo y por los colonos del terrorismo colonial sionista, que ven en él una oportunidad para instalarse en las tierras ocupadas de Cisjordania, a costa de desplazar y encerrar a la población palestina en guetos. En cambio, el nefasto Abbas va de mal en peor en su carrera personal, de pasar a la historia como el líder que ha podido levantar en tierra palestina, un Estado palestino viable para el presente y para el futuro.
Las medidas que toman el criminal Netanyahu y el nefasto Abbas, en su lucha de mordedura de dedos (en la cultura árabe) o doblar los brazos (en la cultura europea) el uno contra el otro, tienen diferentes lecturas y resultados. En el caso de Netanyahu tiene a la comunidad internacional «preocupada», lo contrario a nivel de la sociedad judío-sionista, que cada vez le ve como baluarte de los objetivos ya marcados por el sionismo. En el caso de Abbas sus medidas están dejando al personal del bando palestino indiferente en la esfera política, pero entre la juventud la Intifada de la «generación de Oslo». aparte de ser contra el ocupante, también tiene carácter de protesta interna contra la autoridad de Abbas. Campañas como «Yo no soy de Fatah, ni de Hamas, ni de izquierda ni de derecha… Yo soy palestino», son campañas contra la división política en Palestina; es una muestra del malestar de esa generación. En el ámbito internacional, sus acciones no pasan más allá de ser virtuales, como el Estado palestino que hoy reconocen oficialmente más de dos tercios de los países del mundo.
Como en política todo es un ir y venir entre escenas con distintos disfraces, también y a pesar de la tragedia que padece el pueblo palestino, las escenificaciones tienen mucha importancia para los políticos que buscan sobrevivir a sus propios desastres. Por lo tanto, Abbas intenta parecer lo que no fue nunca, intenta parecer un triunfador ante la gente que le rodea o le mantiene como cadáver político. Me imagino las escenas que monta entre esta gente que mueven las cabezas como lagartos, diciendo sí a todo y riéndole sus gracias. Es la desgracia personificada de las calamidades de un pueblo que no merece tener los políticos que tiene.
Netanyahu ha pedido al gobierno que se prepare para un eventual colapso de la Autoridad Palestina. Hace un año escribí este artículo «El viraje de la AP, ¿en la buena dirección o hacia el precipicio?« al que no quitaría ni una coma, diciendo: «ya que podríamos estar ante el último cartucho por parte de los palestinos en la diplomacia y el tiro de gracia que el sionismo está esperando para dárselo a la AP. Es la parte pesimista de la medida tomada para llevar a los responsables sionistas de las masacres contra el pueblo palestino ante el TPI, pero no es peor que la situación actual que vive». La Autoridad Palestina, que ni es autoridad ni es el fruto de la voluntad del pueblo palestino, sigue erre que erre con las mismas recetas caducas y nefastas, como lo muestra la última petición de Abbas para celebrar una conferencia internacional. ¡Vaya disco más rayado! No ha escarmentado todavía, quiere que le manejen más y le dejen ya sin la hoja de parra.
Todo esto sucede en el bando palestino, mientras en el bando sionista están en la antesala de la realización de un gran proyecto fijado sobre el mapa territorial de Cisjordania, el plan tiene por objetivo dividir Cisjordania en dos áreas: una al norte y otra al sur, lo que haría más fácil para la potencia ocupante el control sobre la población y el terreno, también y como no, colocar a una cantidad enorme de colonos del terrorismo-sionista como una daga en el cuerpo palestino. Pero también la Intifada, tiene efecto de psicosis que genera en la población judío-sionista y está afectando a la moral del ejército, de allí la petición del mando del ejército de aliviar la situación de la población palestina bajo ocupación. También hay voces que cada día se oyen más de dentro del tejido de esa sociedad de una amalgama incompatible, como por ejemplo el último artículo de Miko Peled, que se atreve ya a negar la existencia del Estado de Israel y lo califica de usurpador. Miko Peled dice: «Y de verdad, ¿cómo puede ser Cisjordania menos ocupada que el resto del país? ¿Cómo pueden ser los judíos de Tel-Aviv menos colonos que los que viven en Maalé Adumim? ¿En qué se diferenció la conquista de tierras palestinas en 1948 de la de 1967? ¿La destrucción de Jaffa y la limpieza étnica que siguió fue menos ocupación que la de cualquier otra región de Cisjordania? Si lo fue, fue peor. En 1967, Israel no pudo llevar adelante la rápida campaña de limpieza étnica que logró ejecutar en 1948. Si no, Hebrón y Belén y Nablus y ciertamente todo Jerusalén oriental habrían sido vaciadas de palestinos. Pero no fue posible.«
A la expectativa de oír doblar las campanas por uno u otro este cuento no se ha acabado, la historia la escriben los vencedores a su gusto y medida, medida que deberían tomar los dos a su situación política y estar pendientes de lo que les prepara el futuro a medio plazo.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.