Recomiendo:
0

The New York Times, 1990: Cubano vinculado a actos de terrorismo con bombas liberado por el gobierno

Posada Carriles en la prensa estadounidense, hace diecisiete años

Fuentes: The New York Times

Traducido por Beatriz Muñoz

La siguiente noticia fue publicada por el New York Times el 18 de julio de 1990:

Orlando Bosch, un cubano de derecha que los funcionarios estadounidenses piensan que sea el responsable de decenas de ataques con bombas perpetrados en contra del régimen de Castro, fue puesto en libertad aquí hoy tras llegar a un acuerdo con el Gobierno de los Estados Unidos.

El Dr. Bosch, quien fue encarcelado por haber sido acusado de entrar ilegalmente a los Estados Unidos, fue juzgado y absuelto tres veces en Venezuela de las acusaciones que emanaban de una explosión a bordo de una aeronave cubana ocurrida en el año 1976 y que costó la vida a 73 personas. A pesar de las absoluciones, los funcionarios estadounidenses piensan que él participó en ese ataque con bombas.

La puesta en libertad hoy del Dr. Bosch, de 63 años de edad, ex pediatra, constituye un revés para los funcionarios estadounidenses. El pasado año, el Departamento de Justicia trató de deportarlo, y citó un informe emitido por el Buró Federal de Investigaciones donde se afirmaba que «él había expresado y demostrado en repetidas ocasiones la disposición de causar daños indiscriminados y la muerte». Pero hoy, Dan Eramian, vocero del Departamento de Justicia dijo que «una revisión» del caso había conducido a la decisión de poner en libertad al Dr. Bosch en condiciones de libertad condicional limitada. Se negó a dar detalles. El gobierno de Bush ha estado bajo un fuerte cabildeo por parte de los Republicanos del Sur de la Florida, quienes mantienen fuertes vínculos con los cubanos aquí, y que deseaban que el Dr. Bosch fuese puesto en libertad, entre los que se encontraban el hijo del Presidente, Jeb Bush.

Algunos funcionarios del gobierno han expresado en privado su renuencia a liberar al Dr. Bosch, temiendo que esta acción sea difícil de explicar en estos momentos, cuando Washington condena el terrorismo.

El Dr. Bosch ha estado en prisión durante dos años. El acuerdo entre el Dr. Bosch y el Gobierno con vistas a su liberación impone 14 condiciones a su libertad e incluye una promesa por parte del Dr. Bosch de renunciar a la realización de actos terroristas.

El Sr. Eramian expresó que el Departamento de Justicia, aún así, hubiera preferido deportar al Dr. Bosch por ser un ciudadano extranjero indeseable, pero que ningún otro país con excepción de Cuba estaba dispuesto a admitirlo. Desde hace años, Cuba ha tratado de que al Dr. Bosch se le juzgue nuevamente por el atentado con bombas contra la aeronave cubana, pero el Sr. Eramian dijo que el Gobierno no lo iba a extraditar porque no creía que Bosch pudiera tener allí un juicio justo y recibir un tratamiento humanitario.

El Dr. Bosch se comprometió, entre otras cosas, a que, tras ser puesto en libertad, permanecería en su casa de Miami excepto de 11:00 a.m. a 2:00pm. También accedió a que se le controlaran todos sus movimientos mediante un dispositivo electrónico, a llevar un registro de todos sus visitantes, a la posibilidad de que su teléfono fuese interceptado; accedió a someterse a las pruebas del polígrafo, a los registros en su casa y los cacheos a su persona.

En una conferencia de prensa celebrada hoy aquí, el Dr. Bosch se mostraba incólume e impenitente. Defendió la legitimidad de su campaña contra el gobierno cubano. Calificó el acuerdo al cual había llegado con el Departamento de Justicia como «ridículo» y lo catalogó de «una farsa», y prometió que hablaría con algunos amigos y seguidores durante las tres horas al día que le está permitido ausentarse de su casa.

Respecto del acuerdo que él firmó con el Gobierno, declaró: «Ellos compraron la cadena, pero no tienen al mono».

No hizo ninguna referencia específica a los ataques con bombas de los cuales se le acusa. Pero al hablar sobre su vida, dijo: «La soberanía y la libertad de mi país pendían de un hilo, y el derecho a la beligerancia era necesario para liberar a Cuba de sus opresores».

Es probable que incluso esta libertad limitada para un hombre catalogado por las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley en los Estados Unidos como un terrorista, resulte algo difícil para el Gobierno de Bush.

Por ejemplo, en 1984, el gobierno de Reagan reaccionó airadamente cuando, según dijo, el gobierno griego había puesto en libertad a un terrorista convicto, sin juicio y sin haberlo notificado a Washington. Las tensiones entre Washington y Alemania Occidental se recrudecieron en 1987 cuando de repente resultó que los funcionarios alemanes podían no juzgar a un hombre de origen libanés acusado del secuestro de una aeronave de la línea Trans World Airlines en el cual fue asesinado un buzo de la marina de guerra de los Estados Unidos.

Según la ley estadounidense, el Dr. Bosch pudo haber sido detenido por tiempo indefinido si se le consideraba un ciudadano extranjero indeseable. El pasado año, el Fiscal General Adjunto, Joe D. Whitley, al apoyar dicha detención, expresó: «Debemos considerar el terrorismo como un mal universal, aún cuando sus acciones estén dirigidas contra aquellos con quienes no tenemos afinidad política».

Una gran presión política

Pero los aliados del Dr. Bosch en el sur de la Florida ejercieron una gran presión política. El Partido Republicano en Miami es fuertemente apoyado por la comunidad cubana en el exilio. El Senador Connie Mack, Republicano por el estado de la Florida, y la Representante Ileana Ros-Lehtinen, Republicana por el distrito de Miami, han cabildeado fuertemente a favor de la liberación del Dr. Bosch. Además, el hijo del Presidente Bush, Jeb, quien es líder del Partido Republicano en esta región, visitó el año pasado a las personas en huelga de hambre que exigían la liberación del Dr. Bosch. Los líderes locales del exilio cubano generalmente se refieren al Dr. Bosch como un patriota y han hecho de su liberación una causa común.

El Dr. Bosch ha negado en repetidas ocasiones su participación en el derribo del avión, por lo cual el gobierno cubano quiere juzgarlo nuevamente. En el día de hoy, un diplomático cubano de alto nivel condenó la puesta en libertad del Sr. Bosch y afirmó que sentaba un mal precedente.

«Los estadounidenses debieran estar preocupados por la puesta en libertad de Orlando Bosch», expresó Ariel Ricardo, primer secretario de la Sección de Intereses de Cuba en Washington en una entrevista telefónica. «Él es el responsable de la muerte de muchas personas, incluidos los 73 pasajeros civiles que viajaban en un avión de Cubana en 1976», afirmó el Sr. Ricardo.

«Esas personas que murieron en ese avión no eran diferentes de los estadounidenses que murieron en el vuelo 103 de Pan Am cuando explotó la aeronave», expresó el Sr. Ricardo, al referirse al atentado con bomba ocurrido en el mes de diciembre de 1988 que costó la vida a 270 personas cerca de Lockerbie, Escocia.

Bosch cumplió una condena anterior.

Hace más de 20 años, el Dr. Bosch fue enviado a prisión en los Estados Unidos tras ser acusado de haber disparado con una bazooka contra un buque de carga polaco. Tras cumplir su sentencia, violó su libertad condicional en 1974 y huyó hacia América Latina donde, según han dicho algunos funcionarios estadounidenses, llevó a cabo decenas de ataques con bombas dirigidos contra oficinas cubanas y simpatizantes del gobierno cubano.

La liberación del Dr. Bosch pudiera fragmentar aún más la ya dividida comunidad cubana aquí, que discute enconadamente la forma de responder a una posible liberalización política en Cuba. Los terroristas de derecha de origen cubano, muchos de los cuales fueron entrenados por la Agencia Central de Inteligencia para atacar a Cuba en la década de 1960, en repetidas ocasiones han perpetrado en Miami ataques con bombas contra las casas y las oficinas de aquellas personas que ellos sospechan están a favor de establecer contactos con el Gobierno Cubano. El ataque más reciente se produjo el pasado mes, cuando explotó una bomba en el museo cubano de arte aquí. El mundo sombrío de los cubanos entrenados por la CIA ha mantenido una relación de larga data con los gobiernos Republicanos.

Ex agente de la CIA es acusado.

Un cubano ex agente de la CIA, Félix Rodríguez, cumpliendo instrucciones del asesor del Consejo Nacional de Seguridad, Oliver L. North, fue quien creó la red secreta de abastecimiento a las guerrillas nicaragüenses. El más fiel aliado del Sr. Rodríguez, Luis Posada Carriles, otro cubano ex agente de la CIA, ha sido acusado de haber realizado acciones terroristas conjuntamente con el Dr. Bosch. A mediados del decenio de 1980, el Sr. Rodríguez se reunió con el Vicepresidente Bush en Washington, conjuntamente con el asesor de seguridad del Sr. Bush, Donald Gregg, ex oficial de la CIA que en una ocasión había asesorado al Sr. Rodríguez.

Todos niegan haber discutido la ayuda a los contras. Pero posteriormente el Sr. Rodríguez creó una red secreta de abastecimiento. Su más cercano colaborador era el Sr. Carriles.

El Sr. Carriles fue enviado a prisión junto al Dr. Bosch en Venezuela, tras ser acusados de haber colaborado en la voladura de la aeronave cubana en el año 1976. El Sr. Carriles escapó de prisión en 1986 y posteriormente reapareció como agente principal en la operación de abastecimiento de la contra.

Beatriz Muñoz pertenece a los equipos de traductores de Cubadebate y Rebelión.