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"Son tan brutales que podría costarle votos clave"

Problemas electorales para Bush en Miami por medidas anticubanas

Fuentes: La Jornada

Washington y Nueva York, 22 de junio. Las severas medidas anticubanas que serán implementadas por el presidente George W. Bush a finales de mes -que prevén mayores restricciones a viajes y envío de remesas a la isla- fueron formuladas con la clara intención de capturar este año electoral el voto cubanoestadunidense, pero algunos dirigentes de […]

Washington y Nueva York, 22 de junio. Las severas medidas anticubanas que serán implementadas por el presidente George W. Bush a finales de mes -que prevén mayores restricciones a viajes y envío de remesas a la isla- fueron formuladas con la clara intención de capturar este año electoral el voto cubanoestadunidense, pero algunos dirigentes de esa comunidad creen que son tan «brutales» al «dividir a la familia cu-bana» que la maniobra podría costarle votos clave precisamente en el lugar menos esperado: Miami.

«El impacto de esto en el sur de Florida podría ser dramático», afirma el abogado progresista de origen cubano José Pertierra, también secretario tesorero de Alianza Cubano Americana, en entrevista con La Jornada.

«No estamos hablando de decenas de miles de votos, hablamos de un porcentaje mínimo del voto que podría sufragar por (John) Kerry», y así, ya que Bush ganó Florida en la última elección presidencial por poco más de 500 votos en total, cambiar el resultado y hasta costarle la elección nacional, señaló.

La razón, dice Pertierra, es que las medidas que se implementarán a partir del 30 de junio tienen im-pacto personal sobre la comunidad, incluso en sectores no politizados. A medida que los cubanoestadunidenses se van enterando de las consecuencias, crece la ira contra las medidas, afirma.

Estas limitan los viajes a una visita cada tres años y el envío de remesas sólo a familiares inmediatos que no sean miembros del Partido Comunista: «Se está creando una creciente furia desde que se enteran (del contenido) de las medidas, y ese nivel de enojo va a subir dramáticamente porque las medidas son brutales».

Grupos cubanoestadunidenses opuestos al embargo han denunciado las medidas y buscan abrir nuevo espacio de cuestionamiento a las políticas de Bush en la propia comunidad cubana en Miami.

Cinco grupos de exiliados en Miami que favorecen mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba anunciaron que, como respuesta a estas medidas, promoverán el voto contra Bush en lo que ha sido un bastión de apoyo conservador para los republicanos.

«Es un error político e inhumano. Tendrá efecto boomerang«, advirtió Max Lesnik, de la Alianza Martiana, uno de los cinco grupos, en comentarios a los medios de comunicación locales.

Andrés Gómez, de la Brigada Antonio Maceo, advirtió que 140 mil cubanos habían visitado su país el año pasado, y que 100 mil eran del sur de Florida.

Pertierra emplea un ejemplo personal para registrar la reacción: «mi madre, de 86 años, es apolítica; fue a Cuba este año y desea regresar. Cuando le dijeron que no podrá ir en tres años, está contra Bush y la derecha de Miami, porque dice que están asfixiando a su propio pueblo en Cuba».

Esta es la primera vez, dice, que su madre asume una posición política en el asunto, y que como ella habrá muchos más con la misma reacción en el millón de cubanoestadunidenses en este país.

Indicó que las medidas implican que los que están visitando la isla ahora deben regresar antes del 30 de junio o enfrentar multas que empiezan en 7 mil 500 dólares.

Muchos se sorprenden al ser informados que no podrán ver a sus familiares durante otros tres años, en lugar de una vez al año, como era antes.

«Esto es insostenible -comenta Pertierra a La Jornada-. La crueldad de estas medidas va a resultar en un mayor voto cubanoestadunidense contra Bush, y aun si gana, va a tener que quitarlas de todas maneras por la presión política que resulta de algo tan injusto contra las familias cubanas».

Lesnik, veterano periodista y dirigente de la Alianza Martiana en Miami, en su programa de Ra-dio Miami está invitando a que el público ventile sus reacciones.

La semana pasada, en su programa Réplica, dijo sobre las me-didas que «es obvio que se trata de complacer al sector más extremista de la derecha cubana de Miami para consolidar su respaldo electoral en las próximas elecciones presidenciales de noviembre».

Y añadió: «no vamos a repetir cada una de las nuevas restricciones establecidas por el gobierno que estarán en vigor a partir de este próximo 30 de junio. Basta decir que a partir de esa fecha la familia cubana sufrirá un duro golpe, ha-ciendo casi imposible que los cubanos de la isla y los que viven en Estados Unidos puedan mantener una relación personal, como venía sucediendo hasta ahora».

Debate violento en el exilio

Pertierra y Lesnik no son novatos en el muy especial -y a veces violento- debate de la comunidad cu-banoestadunidense y sus aliados de la derecha estadunidense.

Por sus denuncias contra la derecha cubana en Miami, su respaldo a invitar a artistas cubanos de la isla a los premios Grammy, su explícito apoyo a los cinco cu-banos encarcelados en Miami (acusados de ser espías por revelar un complot terrorista en Estados Unidos contra Cuba) y su oposición a la política intervencionista de Washington en América Latina, Lesnik ha sido objeto de varios ataques de los medios de comunicación, amenazas de muerte y hasta atentados contra su vida: en 12 ocasiones su casa y oficina han sido atacadas con bombas.

Su caso estuvo entre los subrayados en un extenso informe de Human Rights Watch en los años 90 sobre los esfuerzos para suprimir toda disidencia en Miami de la línea dura anticastrista, donde se documentó el atentado contra la revista que había dirigido desde 1967, Réplica.

Pertierra, abogado especializado en el rubro de inmigración en Washington, también ha sido ob-jeto de ataques violentos, incluso un intento de bombazo cuando re-presentaba a Jennifer Harbury, abogada viuda de un comandante guerrillero guatemalteco, en el ca-so legal contra el gobierno guatemalteco y la complicidad de la administración estadunidense.

Por ser disidentes en una comunidad cubanoestadunidense dominada por el sector conservador del exilio, y por atreverse a viajar a Cuba, entrevistarse con los jefes de ese gobierno y promover un cambio en la política estadunidense, el poderoso liderazgo de Miami los considera casi traidores.

Pero ahora se encuentran frente a una coyuntura donde el sector conservador del exilio podría haber cometido un terrible error.

Pertierra estima que los sectores cubanos que promovieron esta es-trategia de la Casa Blanca «lo hi-cieron con el cálculo de que los que ejercen el voto en Miami ya no tienen familia en Cuba».

Pero, advirtió, la gente que an-tes no votaba, o votaba de manera automática por los republicanos, ahora podría hacer otra cosa, y para la Casa Blanca «esto se les podría revertir».