Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Si amenazas la estabilidad de Arabia Saudí, como lo hacen ahora los levantamientos chiíes en Qatif y en al-Awamiyah, en
En 1945, el jefe de
EE.UU. consume actualmente unos 19 millones de barriles de petróleo cada 24 horas, casi la mitad importados. Con el 25% Canadá es el principal proveedor. En segundo lugar está Arabia Saudí con un 12%. Pero el suministro de petróleo crudo a EE.UU. sólo es la mitad de la historia. Arabia Saudí controla el precio del petróleo de
El tráfico no va en una sola dirección. En el medio siglo desde 1945, EE.UU. vendió a los saudíes más de 100.000 millones de dólares en bienes y servicios militares. Hace un año el gobierno de Obama anunció el mayor negocio de armas de la historia de EE.UU., un programa de 60.000 millones de dólares con Arabia Saudí para venderle equipamiento militar durante los próximos
EE.UU. entrena y abastece a todas las fuerzas de seguridad de Arabia Saudí. Las corporaciones estadounidenses tienen inmensas inversiones en el Reino.
Al decir las palabras «Arabia Saudí» al presidente Obama o a la secretaria de Estado Hillary Clinton, se detiene abruptamente todo el altruista charloteo sobre la «Primavera Árabe». Cuando los saudíes se apresuraron a enviar fuerzas de seguridad a través de
¿Podrían salirse de control los levantamientos en Arabia Saudí? Hablamos de dos desafíos diferentes. El primero es de los chiíes, oprimidos desde hace tiempo, que componen un 10% de la población. En segundo lugar proviene de la joven generación -los jóvenes bajo 30 años representan dos tercios de la población saudí- en la mayoría suní, que vive en una de las tiranías más acuciosas del mundo.
En febrero de este año, perturbado por la tendencia de los eventos de Egipto y otros países, el rey Abdullah, de 87 años, anunció su plan de gastar unos 36.000 millones de dólares en dádivas de asistencia pública, unos 2.000 dólares por cada saudí. Identificó correctamente uno de los grandes problemas del Reino, que casi la mitad de las personas entre 18 y 40 años carecen de trabajo.
Hace unos pocos días, Abdullah ofreció a las mujeres saudíes un privilegio, que participen en ciertas elecciones municipales totalmente carentes de significado (si lo aprueban sus esposos). ¿Qué elecciones municipales pueden significar algo en medio de una constante represión bajo una monarquía absolutista?
Como señaló el abogado de derechos internacionales Paul Wolf en PressTV: «En Arabia Saudí, los teléfonos móviles con cámaras fotográficas son ilegales. Todas las conversaciones telefónicas se vigilan. El gobierno controla la televisión y los medios impresos. En 2009 se cancelaron una elecciones… Por lo tanto quiero decir que es excelente si emprenden una acción para incluir a las mujeres en el proceso político, pero en realidad nadie está incluido en el proceso político.»
El Imperio Estadounidense ha perdido Irán e Iraq. ¿Y Arabia Saudí? Supongamos que se sigan abriendo fisuras en el propio Reino. Dudo que ante una coyuntura semejante oigamos mucho palabreo en Washington sobre «democracia» o transiciones ordenadas. Aparte de cualquier otra cosa, la caída del régimen saudí tendría terribles consecuencias para Washington, ya que cientos de mandamases están en la nómina saudí, comenzando por virtualmente todos los ex embajadores, con la excepción de James Akins, quien dijo una vez a un amigo mío que era el único que no está. Washington no permitirá de ninguna manera que el flujo de dinero de Riad a
Una regla muy apreciada del Imperio Británico, legada al Imperio que lo desplazó es: Cuando dudes, divídelo. Ha habido propugnadores occidentales recientes de la división de Arabia Saudí. Dos conocidos neoconservadores, Richard Perle y David Frum escribieron en su libro de 2005: An End to Evil: How to Win the War on Terror [Un fin del mal: cómo ganar la guerra contra el terror] que EE.UU. debería movilizar a los chiíes que viven en Arabia Saudí oriental, donde se encuentra la mayor parte del petróleo saudí: «La independencia de
Perle fue otrora jefe del Consejo de Política de
Supongo que el modelo actual es el sector kurdo de Iraq.
Andrew Cockburn escribe sobre temas de seguridad nacional y otros relacionados. Su libro más reciente es: «Rumsfeld: His Rise, Fall and Catastrophic Legacy» Es coproductor de «American Casino,» el largometraje documental sobre el actual colapso financiero. Para contactos, diríjase a [email protected].
Fuente: http://www.counterpunch.org/2011/10/07/trouble-in-the-kingdom/
rCR