El encargo de este material fue claro; apuntaba: El Ché y la CIA. Sin embargo, la lectura del libro escrito por Adys Cupull y Froilán González La CIA contra el Che (Editora política. La Habana.1993) doblegó la voluntad inicial de este artículo. En él se narran con profusión de detalles todos los manejos del espionaje […]
El encargo de este material fue claro; apuntaba: El Ché y la CIA. Sin embargo, la lectura del libro escrito por Adys Cupull y Froilán González La CIA contra el Che (Editora política. La Habana.1993) doblegó la voluntad inicial de este artículo.
En él se narran con profusión de detalles todos los manejos del espionaje estadounidense para, una vez asegurada la presencia del comandante Guevara en Bolivia, dedicar todo su esfuerzo a aniquilarlo.
Aparece la primera fecha, 1960 y el nombre de un dossier: proyecto Cuba cuyo objetivo, desde entonces, fue el asesinato de Fidel, Raúl y el Che.
Cupull y González desgranan una lista casi interminable de nombres. Richard Helms, jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) desde la invasión de playa Girón ; George Mcbundy asesor presidencial sobre seguridad nacional; Alexis Jonson, del departamento de Estado; Roswell Gilpatrick, del Pentágono; John Mc Cone, también de la de la CIA; Lyman Lemnitzer, del Estado Mayor Conjunto;Eduardo González, agente de la CIA y el cubano Félix Rodríguez (apellidado Ramos en esta misión), agente de la CIA, son algunos de ellos.
Por último, Mario Terán, Carlos Pérez Panoso y Bernardino Huanca, soldados del ejército boliviano. Terán el primero; luego los demás. Rondaban las doce del mediodía cuando los tres dispararon contra el Che el 9 de octubre de 1967.
El mercenario Félix Ramos lo haría más tarde, sobre su cadáver. Entre todos habían cumplido la orden que se recibiera a las 10:00 horas de ese mismo día mediante mensaje cifrado desde el departamento de operaciones del Gran Cuartel de Miraflores de La Paz.
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A partir de aquí, este artículo comenzó a ser otro. También hay una lista de nombres, los que sirven para identificar el fracaso de la CIA.
Marcel Niedergang, periodista de Le Monde es ahora el primero. Tras la muerte del Che, escribió: « Es el primer ciudadano del Tercer Mundo, ardiente defensor de los pueblos oprimidos».
Nela Martínez, escritora ecuatoriana (principal oradora del homenaje que se le rindió a Guevara en la ciudad de Loja) dijo en las mismas fechas: «…aquella sonrisa vencedora de su rostro de triunfo, iluminaba el día. Su rostro combatiente quedó impreso en los Andes….Los fuegos permanecen adentro, igual que en los volcanes. Cuando le sacuden al continente, se siente que la lava se le subió a los hombres hasta la conciencia…».
Por su parte, y desde Quito, Oswaldo Guayasamín declaraba: «Ernesto Guevara no ha muerto; nadie puede matarlo, la tierra de América está regada de su presencia (…)».
En Méjico, el periodista Leopoldo Zea firmó en el diario Novedades: «Todos los pueblos de América, todos los pueblos que en el mundo luchan por su liberación sienten un profundo dolor por la muerte del Comandante Guevara, asesinado por el enemigo común de los pueblos y los hombres»
Mientras tanto, en Italia resonaron las palabras de Rafael Alberti: » En el lugar en lo asesinaron brotarán dos fuentes: la de la libertad y la de la justicia…el Che…recorrerá todo el continente y su nombre será la fuerza del futuro, …la que llamará a toda América a alzarse y luchar por su independencia política y económica contra los dominios extranjeros«. En Roma, el escritor Cesare Zavattini formó parte de una manifestación que llegó hasta la embajada de los Estados Unidos. En ella detuvieron al artista Alberto Moravia y al director de cine Piere Paolo Pasolini. Zavattini dijo que la muerte del comandante Guevara tocaba a todos, «como a una familia, la familia de la humanidad».
El 21 de octubre dos multitudinarias manifestaciones recorrieron las calles de Nueva York y Washington. El periodista George Weeks reportaría de ésta última: «el líder comunista internacional Ernesto Guevara fue uno de los héroes en la manifestación pacifista realizada hoy aquí» (en la marcha se mostraba también el rechazo del pueblo a la guerra del Vietnam).
En África, estudiantes de Malí, Congo Kinshasa, Congo Brazaville, Guinea, Guinea Bissau, Argelia, Zimbawe, Angola, Tanzania, Marruecos, Mozambique y Uganda gritaron en las calles el nombre de Guevara y condenaron su asesinato. En la capital tanzana el periódico The Nacionalist publicó que Guevara era «el comandante de todas las columnas que combaten el imperialismo en todos los continentes«.
Para el final, Argentina, donde miles de personas se manifestaron contra su asesinato en varias ciudades. En Rosario, pueblo natal de Ernesto Guevara, el sacerdote Hernán Benítez afirmó «Los dos tercios de la humanidad se han estremecido con su muerte. El otro tercio no ignora que la historia del futuro, si caminamos hacia un mundo mejor, le pertenece al Che por entero«.
En cuanto a Cuba, lo mejor es reproducir, no lo que dijeron otros de Guevara, sino sus propias palabras de despedida a Fidel y al pueblo cubano: «Hasta la victoria siempre».
* Unidad y Lucha, órgano de expresión del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). www.pcpe.es