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Siria

¿Qué ayuda para qué autodeterminación?

Fuentes: A l'encontre/Viento Sur

Declaración difundida por el Movimiento Por el Socialismo (MPS) de Suiza, en la manifestación internacional en solidaridad con el pueblo sirio (Ginebra, 15/03/2013), en ocasión del segundo aniversario del comienzo de la revolución siria.

El sufrimiento y la desolación del pueblo sirio están más allá de todo lo que se podía imaginar al comienzo de un levantamiento pacífico que comenzó en marzo de 2011. En realidad, desde enero de 2011, pequeñas manifestaciones habían tenido ya lugar en Damasco y habían sido fuertemente reprimidas.

Los recientes avances, relativos, de las fuerzas rebeldes armadas, les han permitido arrebatar al ejército sirio un armamento un poco más eficaz. Sirve para limitar, en ciertas regiones, los ataques de helicópteros y aviones. Sin embargo, los últimos informes de médicos sirios muestran que los hospitales de urgencia de campaña, que disponen de muy pocos medios, siguen siendo objetivos sistemáticos de la aviación siria. Los médicos son el sector de la población con mayor proporción de muertos. Esto basta para caracterizar la naturaleza profunda de ese régimen dictatorial.

El relato hecho hoy mismo por una habitante de un pueblo es el siguiente: «Nuestro pueblo ha sido destruido, mi casa ha sido destruida, he salido con mis hijos para ir a Turquía. No hemos podido entrar. Entonces he buscado ayuda en este campo de Azaz que está cercano a la frontera turca». El responsable de este campo que recoge a más de 1700 familias, miembro del Creciente Rojo sirio, indica al periodista Omar Ouahmane que «el régimen sirio ha hecho todo lo posible para que el Creciente Rojo (ligado al poder) no disponga de medios para establecer este campo». Resultado: el responsable del campo ha sido llevado ante los tribunales por haber dicho la verdad y haber denunciado, en una cadena de televisión extranjera, el bombardeo de otro campo de refugiados. Se tiene ahí una muestra de la tragedia vivida por la población siria.

Las afirmaciones del presidente francés François Hollande y del primer ministro británico David Cameron sobre la posible entrega de armas anticarro y antiaéreas a las fuerzas rebeldes que luchan contra la dictadura del régimen de Bachar el-Assad deben ser entendidas en relación a su objetivo real. Este último ha sido explicitado por el embajador de Francia para Siria -pues Francia ha roto sus relaciones diplomáticas con el régimen- Eric Chevalier este 15 de marzo de 2013.

El temor de las diferentes potencias occidentales es tener que hacer frente a una implosión del estado sirio y a una situación que verían como caótica en una región estratégica para ellas, no solo a causa del petróleo, sino por su posición bisagra con países como Irán, Israel, etc.

La obsesión de los diversos países imperialistas es evitar una repetición de la situación de Irak por la guerra dirigida por George W. Bush, el vicepresidente Dick Cheney (directamente ligado a la empresa «parapetrolera» Halliburton) y el secretario de estado de defensa Donald Rumsfeld. La política consistente en desmantelar casi totalmente el estado baasista de Saddam Hussein, su administración y el partido único en manos del dictador, llevó a una situación caótica, incontrolable tanto en el plano social y político como económico. Abrió un campo de batallas permanentes entre múltiples fracciones político-confesionales. Lo que puso ampliamente en cuestión el objetivo de una recuperación y de una ampliación de la captación de los recursos petroleros. Esto con la excepción del Kurdistán iraquí protegido y controlado por los dos clanes, Talabani y Berzani, que viven de la renta petrolera regional (exportación a través de Turquía).

Una repetición del escenario iraquí -que ha llevado a una derrota del imperialismo americano más allá de «todas las esperanzas»- debe ser absolutamente evitada desde el punto de vista de los intereses de las diferentes potencias imperialistas, entre ellas los dos antiguos poderes coloniales, francés e inglés, que se repartieron la región tras la Primera Guerra Mundial.

A partir de ahí, las declaraciones sobre la entrega de armas al estado mayor conjunto del Ejército Sirio Libre -como ha subrayado el embajador Eric Chevalier este viernes 15 de marzo- traducen la preocupación por poner en marcha una transición más o menos controlada en el momento en que la implosión del régimen está al orden del día. Según sus propias palabras, estas entregas, no inmediatas, deben «impedir que la situación derive en un caos desorganizado». En efecto, el dirigente libanés druso Walid Joumblatt se entrevistó ampliamente con Hikmat Chehabi, el antiguo jefe de estado mayor sirio bajo Hafez el-Assad, algunos días antes de su muerte el 5 de marzo de 2013. Este último, según Joumblatt, le había indicado que «Bachar el-Assad está loco y va a conducir a la destrucción del país». La experiencia desde hace dos años demuestra que esta afirmación contiene mucho más que un grano de verdad, independientemente del juego político libanés de Joumblatt.

Las afirmaciones sobre la entrega de armas anticarro y antiaéreas deben ejercer una presión sobre un sector del ejército sirio y del estado sirio a fin de abrir una negociación político-militar bajo la batuta de los dirigentes de los países imperialistas. Y, en esta línea, encontrar una solución de transición más o menos ordenada evitando una crisis siria análoga a la de Irak. Más aún cuando un «actor» regional, Israel, podría intervenir, pretextando el peligro de Hezbolá y un posible acaparamiento por este último del stock de armas químicas del régimen dictatorial de Assad. Además, el refuerzo militar de las tropas controladas por el estado mayor conjunto del ELS podría convertirse, dada la situación tambaleante del régimen de Assad, en un argumento para implicar a Rusia en las negociaciones, a la vez que se le asegura la salida al Mediterráneo que posee con sus derechos de tránsito y de abastecimiento en el puerto de Tartous. La salida organizada por Putin de centenares de familias rusas desde hace un mes es ciertamente un elemento que anuncia la posibilidad de una implicación del régimen ruso en las negociaciones.

Que haya que dar armas anticarro y antiaéreas a quienes se defienden contra un ejército asesino y sus fuerzas paramilitares criminales chabiha, es algo que deriva de una exigencia política y moral hacia un pueblo que se levanta contra una dictadura. Pero esta ayuda debe ser hecha en coordinación real con todos los comités locales civiles que organizan, bajo diversas formas, la supervivencia de la población. Esta ayuda no puede y no debe ser un medio de poner en cuestión el derecho a la autodeterminación del pueblo sirio y de sus componentes. La situación que surgiría como consecuencia del derrocamiento del régimen de Assad no debe ser secuestrada por las fuerzas que ya han colonizado, en el pasado, ese país. Además, la amplitud de la crisis humanitaria sin precedentes (campos de refugiados, desplazamientos de poblaciones, destrucciones de infraestructuras sanitarias y de alojamientos, penuria extrema de alimentos, etc.) exige una ayuda real y efectiva de la llamada comunidad internacional. No basta con filmar a niños hambrientos y ateridos de frío para darse una apariencia de «alma caritativa». Los países que hablan de una entrega de armas deben aumentar masivamente la ayuda humanitaria. Pero no hay que olvidar que Hollande y Cameron, cada uno a su manera, aplican programas de austeridad en su propio país que golpean la salud pública y el sistema de educación. Hay quizá una relación entre la escasa ayuda humanitaria y los recortes drásticos en los diversos registros de la seguridad social en Francia, en Inglaterra y en otras partes.

Una solidaridad más activa y masiva con la población siria es inseparable de una batalla solidaria europea contra las políticas de pauperización en Europa, así como de la batalla por los derechos de los y las inmigrantes, y la denuncia de una islamofobia que sirve a los intereses funcionales de las clases dominantes de los países imperialistas.

Traducción de Faustino Eguberri.

Tomado de http://alencontre.org/ y http://www.vientosur.info/