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Qué está pasando realmente en Fukushima

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Fukushima sigue irradiando, se perpetúa a sí misma, inconmensurable y sin límites, como un incorregible y horrible encuentro con el monstruo del Doctor Who en el espacio profundo.

Es probable que Fukushima pase a la historia como el mayor encubrimiento del siglo XXI. Los gobiernos y las corporaciones no están revelando a los ciudadanos los riesgos y peligros; del mismo modo, la verdad en sí misma, como una norma ética, está en riesgo de ser eliminada siendo como el pegamento que mantiene unida la confianza y la fe en las instituciones de la sociedad. En última instancia, este es un ejemplo de cómo las sociedades se debilitan.

Decenas de miles de residentes de Fukushima permanecen en viviendas temporales después de más de cuatro años de la catástrofe horrorosa de marzo de 2011. Algunas de las áreas en las afueras de Fukushima se han reabierto oficialmente a los antiguos residentes, pero muchos de ellos son reacios a regresar a sus hogares debido a la generalizada desconfianza en el Gobierno, que afirma que el lugar está bien y es seguro.

Parte de esta reticencia tiene que ver con los síntomas de la radiación. Es insidiosa porque no puede ser detectada por los sentidos humanos. Las personas no están biológicamente preparadas para sentir su poder, tampoco verla, oírla, tocarla u olerla (Caldicott). No sólo eso, se acumula lentamente en el tiempo de una manera cobarde que sirve para ocultar sus efectos hasta que sea demasiado tarde.

La destrucción de Chernobyl como espejo del futuro de Fukushima

Un ejemplo de cómo los medios de comunicación no logran hacer frente a otra vuelta de desastres, aquí están algunos hechos de Chernobyl que no han recibido ni suficiente ni extendida cobertura en las noticias: más de un millón (1.000.000) de personas ya han muerto a causa de la lluvia de Chernobyl.

Además, el orfanato de Rechitsa, en Belarús, ha estado cuidando de una gran población de niños mortalmente enfermos y deformes. Los niños son 10 a 20 veces más sensibles a la radiación que los adultos.

El Hogar de niños de Zhuravichi es otra institución, entre muchas, para el malhadado Chernobyl: «La casa está oculta en el campo y aún hoy la mayoría de las personas en Bielorrusia no conocen existencia de tales instituciones» (Fuente: Proyecto para los niños de Chernobyl en el Reino Unido).

Un millón (1.000.000) es un montón de personas muertas. Pero, ¿cuántos más morirán? Aproximadamente siete millones (7.000.000) de personas en los alrededores de Chernobyl fueron afectadas en una de las exposiciones más potentes a la radiación en la historia de la era atómica.

La zona de exclusión alrededor de Chernobyl es conocida como «Valle de la Muerte». Se ha incrementado de 30 a 70 kilómetros cuadrados. La zona jamás podrá volver a albergar a ser humano alguno. Se trata de una «zona muerta» para siempre.

Más de 25.000 personas han muerto y 70.000 quedaron con discapacidad a causa de la exposición a niveles muy peligrosos de radiación cuando ayudaron a contener Chernobyl. El veinte por ciento de esas muertes fueron suicidios porque la lenta agonía «en su marcha hacia la muerte por exposición a la radiación» era demasiado para soportar.

Fukushima, La verdadera historia

A finales de 2014, la doctora en medicina Helen Caldicott dio una conferencia sobre Fukushima en Seattle Town Hall (28.09.14). Un pirata de televisión grabó su discurso; aquí está el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=4qX-YU4nq-g

La doctora Helen Caldicott es fundadora junto con otros médicos de Médicos por la Responsabilidad Social y es autora y editora de Crisis Without End: The Medical and Ecological Consequences of the Fukushima Nuclear Catastrophe, The New Press, septiembre de 2014. Durante más de cuatro décadas la doctora Caldicott ha sido la encarnación de la bandera antinuclear y es por eso que muchas personas en todo el mundo la consideran un «tesoro nacional». Es veraz y honrada y está bien informada.

Fukushima es, literalmente, una bomba de tiempo en reposo. Otro sismo de gran alcance y todo el infierno podría soltarse. Además, ni siquiera está cerca de estar bajo control. Más bien está totalmente fuera de control. Según la doctora Caldicott, » Todavía es posible que Tokio pueda tener que ser evacuado, dependiendo de cómo van las cosas». ¡Imagínate eso!

Según Japan Times, a partir del 11 de marzo de 2015: «Ha habido un buen número de accidentes y problemas en la planta de Fukushima el pasado año, y tenemos que enfrentar la realidad de que están causando ansiedad e ira entre la gente en Fukushima, así lo explicó Shunichi Tanaka en la Autoridad de Regulación Nuclear. Por otra parte, Tanaka dijo que existen numerosos riesgos que podrían provocar diversos accidentes y problemas».

Aún más inquietante, lo que dijo Seiichi Mizuno, un exmiembro de la Casa de Consejeros de Japón (Cámara Alta del Parlamento, 1995-2001) el 03 2015: «El mayor problema es la fusión a través de los núcleos de los reactores… Tenemos la contaminación de las aguas subterráneas… La idea de que el agua contaminada se bloquea de alguna manera en el puerto es especialmente absurda. Se está filtrando directamente en el océano. Hay evidencia de más de 40 áreas conocidas en peligro donde aguas extremadamente contaminadas vuelcan directamente en el océano… Nos enfrentamos a enormes problemas sin ninguna perspectiva de solución «(Fuente: Nuclear Hotseat #194: Fukushima 4th Anniversary – Voices from Japan, Marzoh 10, 2015, http://www.nuclearhotseat.com/2468/)

En Fukushima, cada reactor requiere un millón de galones de agua por minuto para la refrigeración, pero cuando golpeó el tsunami se anegaron los generadores diesel de reserva. Las unidades 1, 2 y 3 colapsaron en cuestión de días. Hubo cuatro explosiones de hidrógeno. A partir de entonces, los núcleos de fusión excavaron dentro de los portacontenedores, tal vez en la tierra.

Dice la doctora Caldicott, «Cien toneladas de lava radiactiva terriblemente caliente ya ha entrado en la tierra o en algún lugar dentro de los buques portacontenedores, que están todos agrietados y rotos». En realidad, nadie sabe a ciencia cierta donde reside la lava radiactiva caliente. La pregunta sin respuesta da miedo: ¿Es el síndrome de China?

A continuación de la crisis, el Gobierno japonés no informó a la población sobre los niveles de contaminación ambientales por la radiación que volvían a la isla. Por desgracia y por error la gente huyó lejos de los reactores hacia los más altos niveles de radiación en la isla en aquel momento.

Ocurrido el desastre, enormes niveles de radiación golpearon Tokio. La radiación más alta detectada en el área metropolitana de Tokio fue en Saitama, con los niveles de radiación detectados de cesio en 919 000 becquerel (Bq) por metro cuadrado, un nivel casi dos veces superior al «límite de evacuación de la zona muerta para siempre de 500.000 Bq» de Chernobyl (fuente: Proyecto de Defensa de Radiación). Por esa razón, la Dra. Caldicott recomienda encarecidamente no viajar a Japón y recomienda evitar la comida japonesa.

Aun así, después de la catástrofe de Fukushima, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, firmó un acuerdo con Japón para que EE.UU. siga importando productos alimenticios japoneses. Por lo tanto, la doctora Caldicott sugiere la gente no votar por Hillary Clinton. Un peligroso precedente imprudente es suficiente para ella.

Según informó Arnie Gundersen, un asesor energético con 39 años de experiencia en ingeniería de la energía nuclear, en The Canadian el 15 de agosto de 2011: «El Gobierno de Estados Unidos ha llegado a una decisión al más alto nivel del Departamento de Estado, así como otros departamentos que tomaron la decisión de restar importancia a Fukushima. En abril, el mes después de que el poderoso tsunami y el terremoto devastaran Japón, incluyendo su planta de energía nuclear, Hillary Clinton firmó un acuerdo con Japón en el que se declaraba que no hay problema con el suministro de comida japonesa y vamos a seguir comprándola. Por lo tanto, no estamos supervisando los alimentos que vienen de Japón».

Sin embargo, en marcado contraste con Estados Unidos, en Europa, la doctora en física Angela Merkel, egresada de la Universidad de Leipzig y actual canciller de Alemania está cerrando todos los reactores nucleares debido a Fukushima.

Tal vez un grado avanzado en física hace la diferencia en cómo un líder se acerca al tema nuclear. Sin duda, parece que es así cuando se comparan o contrastan las dos líderes con sus habituales trajes de pantalones, la canciller Merkel y la exsecretaria de Estado Clinton.

Después de la voladura de Fukushima, los niveles ambientales de la radiación en el estado de Washington subieron unas 40.000 veces superior a lo normal, pero de acuerdo con la doctora Caldicott, los medios estadounidenses no cubren el «desastre de Fukushima en curso». Así que, ¿quién sabe la realidad?

La doctora Caldicott terminó su discurso en septiembre 2014 diciendo: «En Fukushima, las cosas no han terminado. Todos los días, cuatrocientas toneladas de agua altamente radiactiva se derrama en el Pacífico y se dirige hacia EE.UU. Debido a que la radiación se acumula en los peces, tenemos ese problema también. El Gobierno de Estados Unidos no está analizando el agua ni el pescado y no toma registros del aire ambiental. Además, las personas en Japón están consumiendo la radiación cada día».

Por otra parte, según la doctora Caldicott: «El agua de lluvia lava los núcleos nucleares dentro del Pacífico. No hay manera de poder llegar a esos núcleos, los hombres mueren, los robots se fritan. Fukushima nunca será resuelto. Mientras tanto, la gente sigue viviendo en zonas altamente radiactivas».

Fukushima no se resolverá porque «los hombres mueren» y los «robots se fritan». Por lo tanto, Fukushima es un escenario de crisis de radiación perpetua que, literalmente, se encuentra en el borde de un pozo sin fondo del fin del mundo, en espera de ser empujado cada vez hacia el fondo.

Naciones Unidas: un informe donde todo está claro

Un informe de de las Naciones Unidas (UNSCEAR [Comité Científico de las Naciones Unidas sobre los Efectos de las Radiaciones Atómica]) del 2 de abril de 2014 sobre el impacto en la salud del accidente de Fukushima, llegó a la conclusión de que los efectos inducidos por la radiación serían demasiado pequeños para identificar. Las personas estaban bien protegidas y recibieron dosis «bajas o muy bajas» de radiación. UNSCEAR presentó un informe aduciendo que todo estaba despejado.

La filial alemana de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear del 18 de julio 2014 refutó el informe de UNSCEAR adoptando una postura desafiante en oposición al informe de la ONU, a saber: «El desastre nuclear de Fukushima está lejos de terminar. A pesar de la declaración de «cerramiento frío» que declaró el gobierno japonés en diciembre de 2011, los reactores dañados aún no han alcanzado un estado estable e incluso UNSCEAR admite que las emisiones de radioisótopos continúan sin disminuir. TEPCO 188 está luchando con una enorme cantidad de agua contaminada, que continúa su fuga en el suelo circundante y el mar. Grandes cantidades de agua de enfriamiento contaminada se están acumulando en el sitio. En varias ocasiones ocurren fallas en los improvisados sistemas de refrigeración. Es muy probable que la descarga de residuos radiactivos quecontinúe durante mucho tiempo».

«Tanto los reactores nucleares dañados como los estanques de combustible gastado contienen grandes cantidades de radiactividad y son altamente vulnerables a terremotos, posteriores tsunamis, tifones y errores humanos. Catastróficas liberaciones de radiactividad podría ocurrir en cualquier momento y la eliminación de este riesgo llevará muchas décadas… Es imposible en este punto del tiempo llegar a un pronóstico exacto de los efectos que el desastre nuclear de Fukushima tendrá sobre la población en Japón… el informe UNSCEAR representa una subestimación sistemática y evoca una ilusión de certeza científica que oculta el verdadero impacto de la catástrofe nuclear en la salud y el medio ambiente».

Para leer el texto completo de la dúplica el informe de la ONU, ir a: https://japansafety.wordpress.com/tag/saitama/

La radiación de Fukushima y el futuro

Mari Yamaguchi, Associated Press (AP) 12 de junio de 2015: «Cuatro años después de que un terremoto y un tsunami destruyeron la planta de energía nuclear de Fukushima en Japón, el camino sigue estando plagado de incógnitas… Los expertos todavía tienen que determinar la ubicación exacta del combustible fundido en el interior de los tres reactores y estudiarla, y todavía tienen que desarrollar robots capaces de trabajar con seguridad en estas condiciones altamente radiactivas. Y luego está la cuestión de qué hacer con los residuos… existen serias dudas sobre si la limpieza se puede completar en 40 años».

«A pesar de que en Chernobyl ocurrió un terrible accidente, sólo estaba involucrado un reactor. Con Fukushima, tenemos el mínimo [de] 3 reactores que están emitiendo radiación peligrosa. El trabajo que implica hacer frente a este accidente tomará decenas de años, cientos de años», aseguró el profesor (retirado) Hiroaki Koide, del Kyoto Instituto Universitario de Investigación del Reactor, 25 de abril de 2015. «Podría ser que parte del combustible realmente pudo haberse colado por el suelo de la vasija de contención también… Lo que acabo de describir es muy, muy lógico para cualquier persona que entiende la ingeniería nuclear o la energía nuclear «, que se explica dramáticamente en la película EL SÍNDROME DE CHINA.

De acuerdo con la Smithsonian Institution, 30 de abril de 2015: «Las aves caen en picada cuatro años después de Fukushima: Las especies de aves están en franco declive, y está empeorando con el tiempo… donde está mucho, mucho más caliente, hay un silencio sepulcral. Vas a ver una o dos pájaros si tienes suerte». Anomalías en el desarrollo de aves incluyen cataratas, tumores y asimetrías. Las aves se han manchado con extrañas manchas blancas en sus plumas.

Maya Moore, una ex presentadora de noticias de NHK, autora de un libro sobre el desastre: El The Rose Garden of Fukushima (Tankobon, 2014) acerca de las rosas del señor Katsuhide Okada. Hoy en día, el jardín ha perecido: «Es sólo un baldío envenenado. La última vez que el Sr. Okada en realidad fue allí, se encontró con cuervos bebé que no podía volar, que estaban ciegos. Las mutaciones han comenzado con los animales, con las aves».

The Rose Garden of Fukushima ofrece una colección de fotos de un jardín real que existía en Fukushima, Japón. Con más de 7.500 arbustos de rosas y 50 mil visitantes al año, el Jardín murió en un instante debido a la triple catástrofe: terremoto, tsunami y fusión de los reactores.

El prólogo al libro de Maya fue escrito por John Roos, el ex embajador de Estados Unidos en Japón entre 2009-13: «La increíble historia de Katz Okada y su jardín de rosas de Fukushima que está narrada aquí por aquí por Maya Moore… te abre una pequeña ventana a lo que la gente de Tohoku enfrentó».

La «ventana pequeña» de Roos podría muy bien servir como metáfora de un enorme agujero negro que atiza en el centro de la civilización. Del mismo modo, Fukushima es una máquina de destrucción verdadera que consume todo a su paso, y más allá, y es probable que en su camino se expanda. Por cierto, no va a desaparecer.

Por lo tanto, TEPCO (Tokyo Electric Power Company) está profundamente involucradoa en una batalla asimétrica contra la enormemente poderosa fuerza desatada y que está fuera del control de la fórmula E = mc 2 ( Equivalencia entre masa y energía)

Claramente, TEPCO tiene su espalda contra la pared. Por otra parte, es dudoso que TEPCO vaya a «quebrar la espalda de la bestia». De hecho, puede ser una tarea imposible.

Tal vez, sólo tal vez, con el tiempo sean evacuadas 38 millones de residentes del gran Tokio. ¿Quién sabe a ciencia cierta?

¡Sólo Godzilla sabe!

Robert Hunziker vive en Los Ángeles.


Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/06/15/whats-really-going-on-at-fukushima/