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Entrevista a Jordi Martí Font, militante de las CUP y anarcosindicalista

«Que la gente pida decidir aterra a las clases dirigentes catalanas»

Fuentes: Rebelión

Es miembro de las CUP de Tarragona y de la CGT, del Ateneu Llibertari Alomà (Tarragona) y del Col.lectiu Independentista del Priorat. Profesor de lengua catalana en enseñanza secundaria, Jordi Martí Font ha colaborado en medios como «El Triangle», «La Directa» y el «Diari del Priorat». Además, en el portal «Libertat.cat» publica artículos de opinión. […]

Es miembro de las CUP de Tarragona y de la CGT, del Ateneu Llibertari Alomà (Tarragona) y del Col.lectiu Independentista del Priorat. Profesor de lengua catalana en enseñanza secundaria, Jordi Martí Font ha colaborado en medios como «El Triangle», «La Directa» y el «Diari del Priorat». Además, en el portal «Libertat.cat» publica artículos de opinión. En las elecciones municipales de 2011 y en las autonómicas del año siguiente fue candidato en las listas de las CUP por Tarragona, aunque no resultó elegido. «Que la gente pida decidir sobre todo, sobre sanidad, educación o economía aterra a las clases dirigentes catalanas», afirma Jordi Martí Font. Entre sus libros figura «Visions perifèriques de combat» (2012).

-En un artículo reciente calificabas de «trilero» a Artur Mas. ¿Crees realmente que Mas y CIU son partidarios, no ya de la independencia, sino del derecho a la autodeterminación de Cataluña?

No son partidarios de la autodeterminación de nadie, ya sea persona o colectivo. Para ellos el sometimiento es la única forma de relación posible, ellos arriba, el resto abajo. Son élites y su estructura de partido tiene la única intención de mantenerlos en el poder como clase. Pero en este caso el avance hacia posturas autodeterministas nacionales que han acabado desmontando desde arriba obedece a la imposibilidad de mantenerse en el espacio que durante los últimos 30 años les ha mantenido encima de nosotros, que no es otro que el autonomismo, por tanto, el apoyo a la estructura del Estado español.

-¿Opinas lo mismo de las bases de CIU?

Una parte de sus bases han avanzado, a partir de los desaires y los desprecios continuos recibidos por parte del estado hacia un nuevo escenario; y las cúpulas del partido, después de simular y teatralizar un cambio de opinión, han noqueado esa posibilidad, de momento, apropiándose del referéndum de autodeterminación pactado entre las fuerzas soberanistas y convirtiéndolo en un simulacro, un simulacro que sólo puede «hacer bueno» el Estado. Y estamos seguros que prohibiéndolo lo convertirá en positivo como forma de desafío.

-¿Son CIU y el PP tan distintos como mediáticamente se quiere hacer ver? Me refiero sobre todo a las políticas de recortes y represión.

Son iguales en recortes y represión. Formas de poder de los respectivos grupos de poder, español y catalán. Los recortes los aplican con la misma dureza, aunque CyU muchas veces apela a uno de sus lejanos orígenes, el socialdemócrata. Se trata de una apelación retórica puramente. En represión han demostrado que el brazo tonto de la ley golpea con la misma violencia cuando las órdenes le son dadas, y en España y en Catalunya las órdenes son las mismas: «más duro y a la cabeza».

-¿Mantendrán las CUP hasta el final la opción de la «desobediencia civil» el 9-N?

No soy espiritista y no soy «las CUP». Yo sí y la mayor parte de la gente que conozco en las CUP sí. Es la única forma de avanzar en el proceso de autodeterminación real que es a la vez un proceso de liberación nacional y social. Eso es lo que aterra a las clases dirigentes catalanas, que la gente pida decidir sobre todo, sobre sanidad, educación, economía… Y quien es capaz de decidir sobre la forma del estado donde vive y donde va a vivir es capaz también de decidir cómo quiere que sea ese estado, qué derechos debe tener como base, qué estructura social debe defender, etc.

-¿Cuál es la estrategia de fondo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)? ¿Consideras que es un partido independentista y de izquierdas?

Pues no la conozco a fondo porque está claro que está cambiando, aunque está más que claro que ERC intenta posicionarse como el nuevo centro catalán y quedarse con la mayoría social que está abandonando, según todas las encuestas, el liderazgo de CyU. ERC es un partido liberal de izquierdas, socializante pero no anticapitalista. Pregonan un capitalismo de rostro humano cercano a la socialdemocracia. El hecho que haya sido una organización enfrentada a CyU en muchos sitios ha modelado el partido ante la corrupción e incluso con apuntes de izquierda no clásica, aunque con el tiempo y viendo sus nuevas incorporaciones (cuando el poder suena, los indecisos se apunta a un bombardeo si de él pueden sacar tajada), podemos vaticinar un espacio central en la política catalana pero sujeto de todas-todas al poder económico multinacional y a las exigencias del Banco Central Europeo. Su europeísmo es pro-Unión Europea sin ningún tipo de dudas.

-Planeta, La Caixa… ¿Qué plantean la oligarquía y las grandes familias catalanas respecto a la autodeterminación y la independencia? ¿Tienen miedo del proceso?

Plantean mantener el orden y para ellos el orden es España. Lara, de Planeta, ha amenazado con irse de Catalunya si algo parecido a la independencia llega a producirse. Es lógico para una familia que entró con el ejército de Franco por la Diagonal en el 39; esas cosas no son baladís. La Caixa desaconseja el proceso, cómo no, porque puede remover los mercados que son una sacrosanta razón. Y la «tranquilidad» de «los mercados» es siempre la intranquilidad de la gente empobrecida, está claro. Pero sobre todo la Caixa sabe que una de las características del sistema financiero catalán ha sido precisamente el ahorro en cajas, con obras sociales potentes y amplias, no en bancos, una opción por la cual ella nació pero que ahora no acepta ya que ha conseguido manejarse bien como banco.

-Cuando escuchas a parte de la izquierda española sostener que el «derecho a decidir» es una «cortina de humo» por parte de la burguesía catalana para camuflar los recortes, ¿Qué opinas?

Que no tienen ni idea. Que la burguesía es incapaz de mover este proceso, no le interesa como clase mayoritariamente y por eso mismo intenta precisamente mover cortinas de humo con la intención de aguarlo.

-¿Utilizan las CUP para defender la independencia el discurso de las llamadas «balanzas fiscales», es decir, lo que Catalunya aporta al estado con el pago de impuestos y lo que retorna del estado español?

No lo utilizamos, aunque personalmente me sorprende que este discurso era utilizado en 1881 por parte del anarquismo catalán, por ejemplo desde las páginas del semanario anarquista La Tramontana cuando escribían textos del tipo «en todas partes el amo es quien paga pero en España el amo es quien cobra, Madrid». Lo digo para situar debates que vistos sólo desde el hoy parecen fuera de sitio. A tu pregunta, la respuesta es que no.

-¿Supuso una frustración el resultado del referéndum escocés? ¿Esperabas una diferencia de 10 puntos cuando los sondeos auguraban un empate?

No supuso ninguna frustración para los que pensábamos que ganaría el unionismo. No obstante, sí que supuso una lección. Los votos de las zonas supuestamente independentistas fueron abrumadoramente independentistas hasta los cincuenta o sesenta años y probritánicos a partir de esa edad. El miedo al no pago de pensiones, extendido por el estado como argumento, fue decisivo en esas zonas. En cambio, en ciudades como Glasgow, donde estaba asegurada la victoria unionista por el supuesto origen inglés de la población obrera ganaron los independentistas. Es una lección en el sentido que querer un cambio (y la creación de un nuevo marco estatal es de los mayores que pueden darse en la contemporaneidad) no es patrimonio de los nacionalistas que desean la independencia, sino de los sectores más activos y con más vida por delante, tengan el origen que tengan. El nacionalismo etnicista hoy no es característica básica de Escocia y mucho menos de los Països Catalans. Quien continúe apelando a la pureza de no sé qué está claro que en la cabeza sólo tiene fantasmas…

-Las corruptelas y fraudes del Clan Pujol. ¿Qué significó el pujolismo en la sociedad catalana? ¿Por qué salen ahora todos estos escándalos? Algunos apuntan a los servicios secretos españoles. ¿Hay pruebas de ello?

Pujol es la España de la transición, la burguesía gobernando como clase de poder para mantener y ampliar sus negocios, la desposesión de las clases populares y la promoción del dinero fácil entre los amigos. Si hay pruebas que sea el CESID quien airea estos trapos sucios yo no las conozco, pero a la vez serían una prueba de cómo de mal informados están los servicios secretos españoles si en algún momento pensaron que Pujol tenía alguna cosa a ver con todo este proceso.

Pujol nunca ha sido independentista, si acaso «español del año» por el diario «ABC», aunque en los últimos años, viendo como crecía el sentir independentista catalán sí que se ha posicionado diciendo que seguramente votaría que «sí» a la pregunta de si quería que Catalunya fuera un estado independiente de España. Precisamente, los movimientos sociales catalanes y el independentismo de izquierdas son de los que siempre han acusado a Pujol de corrupto y de ser parte del poder del estado.

-¿Compiten los Guanyem con las CUP en el espacio político municipalista? ¿Van a integrarse las CUP en estas plataformas?

Seguramente sí y estaría bien que no fuera así. Pero yo no soy de Barcelona. Espero que no acaben en enfrentamientos aunque sean de bajo nivel. Cada CUP es autónoma y por tanto serán decisiones municipales, de unión de candidaturas populares muy diversas porque procesos de anticapitalismo confluyente a nivel municipal hay ahora mismo en decenas de localidades de los Països Catalans.

– Virus publicó el libro de Xavier Diez «L’Anarquisme, fet diferencial català». En tu militancia, combinas anarquismo (CGT) e independentismo (CUP), aunque haya quien las considere ideologías incompatibles. ¿Qué les dirías?

Un apunte: anarquismo también en otros espacios aparte de la CGT, anarquismo en los ateneos de Reus (del que sólo soy socio) y Alomà de Tarragona, en el cual normalmente participo; e independentismo en otras partes como el Col•lectiu Independentista del Priorat u otros. Pero yo lo mezclo todo, liberación nacional, liberación social y liberación individual, porque son lo mismo, como hicieron y hacen Josep Llunas, «La Tramontana», Felip Cortiella, «L’Avenir» o los colectivos Icària o Negres Tempestes de Barcelona o Recerca Autònoma de València, gente que sin manías asume la catalanidad emancipadora como parte del proceso de emancipación general anarquista.

Las naciones existen y, tal como explicita Michel Billig en «Nacionalisme banal» (no existe ahora traducción al español, me parece) cuando consiguen no ser nombradas es cuando más potentes se encuentran. Cuando un anarquista reproduce el marco estatal en su cabeza pero no lo nombra constata la afirmación de Billig. Por eso no puedo entender esa manía que tienen los anarquistas nacionalistas españoles de decir que son internacionalistas y partir para ello de la nación española, que tiene un estado detrás, para hablar del mundo, para construir su visión sobre el mundo.

-¿Cómo se expresa este «nacionalismo» español en el anarquismo?

Lo hacen cuando llaman Levante al País Valencià, «el norte» al País Vasco, o «el sur» a Andalucía. Esos tienen nación y es la española, por muy internacionalistas que se proclamen y por muy alejados que se crean de Rajoy o Aznar. Su nación es el estado, los límites que éste ha construido en su cabeza. De hecho, los anarquistas tendríamos de preguntarnos por qué nuestra gran organización «internacionalista», la AIT, contiene tan pocas organizaciones que no correspondan a espacios estatales o por qué cuando hablamos de «relaciones internacionales» muchas de nuestras organizaciones se están refiriendo a relaciones con organizaciones más allá del marco estatal al que pertenecemos.

Mi nación es la catalana, la que habla catalán y vive de Perpinyà a Alacant i de Fraga a Maó, aunque no creo en territorialidades, por tanto no defiendo fronteras ni estados. Sí que veo la saña con que la derecha española, y a veces también la izquierda, niega mi nación y la ataca por igual aunque acto seguido diga que los Països Catalans no existen. Veo como minimizan la lengua catalana en València y la exterminan negando la posibilidad de expresión en la televisión pública del País Valencià, veo como al catalán le llaman LAPAO en la Franja de Ponent en Aragón y como en Balears intentan disolver su enseñanza con decretos de trilingüismo. Por tanto, mi nación es la que definen los ataques culturales y lingüísticos de la derecha española, a veces con la izquierda a cuestas.

-Por último, ¿qué opinas de la apelación al «internacionalismo»?

Veo también como muchos de los que se llaman «internacionalistas» son puros monolingües y siempre lo son en español, porque no hay monolingües catalanes, claro, aunque las mentiras de la prensa española haga pensar a gente de buena fe que en los Països Catalans alguien prohíbe el español e imbecilidades parecidas.

Llamémosle palanca, llamémosle proceso de emancipación nacional, pero está claro que la lucha por la defensa de la diversidad, por la existencia de una de esas diversidades que es la catalana, puede ser emancipadora (y digo que puede serlo, porque puede también no serlo), pero tengo claro que la lucha por la homogeneización, en este caso española, nunca ha sido ni será liberadora. Por tanto, creo que la pregunta se tendría que formular a los anarquistas nacionalistas españoles. Que se me formule a mí y no a ellos es también parte del proceso en que estamos metidos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.