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Jorge Moragas, el diputado del PP “non grato” en Cuba, arremete contra la escritora Belén Gopegui y el ministro Abel Prieto en un encuentro internacional que comenzó con sólo 52 personas

«Que otros se ocupen del comunismo de China o Corea del Norte, yo prefiero centrarme en Cuba»

Fuentes: Rebelión

Con treinta minutos de retraso sobre el horario previsto y una audiencia formada por 52 personas (incluidas las presentes en la mesa y los periodistas acreditados), se inauguró ayer en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz el III Encuentro Internacional «Con Cuba en la distancia». Tras […]

Con treinta minutos de retraso sobre el horario previsto y una audiencia formada por 52 personas (incluidas las presentes en la mesa y los periodistas acreditados), se inauguró ayer en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz el III Encuentro Internacional «Con Cuba en la distancia».

Tras una breve intervención del decano Francisco Vázquez, tomó la palabra el presidente del Comité Organizador, el cubano Fabio Murrieta, que respondió a las manifestaciones realizadas recientemente por el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, sobre la condición de maltratador de mujeres del escritor Raúl Rivero, condenado en Cuba por un delito de terrorismo, afirmando que «no se puede permitir que a un poeta que no puede defenderse, porque está encarcelado en su país, se le acuse de maltratador». A continuación, el editor Matías Jové hizo una breve disertación sobre la situación de los presos en Cuba, para dar paso a Elías Amor, economista y dirigente de la Unión Liberal Cubana. Cerró el acto Jorge Moragas, Secretario General de Relaciones Internacionales del Partido Popular, que arremetió contra los organizadores y participantes de las Jornadas sobre Cultura y Libertad en Cuba, celebradas a finales del mes pasado en la misma capital gaditana. Se da el caso de que Moragas es el diputado del PP cuya presencia en Cuba fue considerada «non grata» por el Gobierno, por lo que fue embarcado en un avión que lo devolvió a España. Las autoridades cubanas explicaron en su momento que la expulsión se debió a que el diputado intentó entrar fraudulentamente en la isla con un visado de turista cuando, en realidad, pensaba dedicar su estancia a contactar con grupos terroristas como ya había hecho en ocasiones anteriores, aunque, según el diputado, se limitó a «llevar armas de destrucción masiva como el libro «Rebelión en la granja» de George Orwell, o alguno de Martin Luther King».

Jorge Moragas calificó las Jornadas sobre Cultura y Libertad en Cuba, en las que participaron intelectuales españoles y cubanos de la talla de Alfonso Sastre, Andrés Sorel, Eva Forest, Belén Gopegui, Carlo Frabetti, Iroel Sánchez, Armando Cristóbal, Pedro Pablo Rodríguez, Alexis Díaz Pimienta o el ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto, como una mera «contraprogramación» de las inauguradas ayer. Sobre la novelista Belén Gopegui, autora de «El lado frío de la almohada», aseguró que no era más que una «snob política» que se mueve por el «interés de promocionar su último libro», para añadir que hay intelectuales que «canalizan su odio a los EEUU legitimando a dictaduras como la de Fidel Castro» y que «en vez del lado frío de la almohada, debería conocer el lado frío de las celdas en las que han dado con sus huesos un gran número de escritores y poetas cubanos», en referencia a los condenados por la justicia cubana por conspiración y colaboración con una potencia extranjera al quedar demostrado en el juicio que recibieron dinero del representante de Estados Unidos en La Habana.

La Diputación Provincial de Cádiz, presidida históricamente por el PSOE, también fue blanco de sus descalificaciones, porque «invitaron al ministro de subcultura Abel Prieto», quien, según Moragas, «practica la cultura «pret à porter» que tanto gusta a determinada izquierda». A una pregunta sobre el motivo de su animadversión por el comunismo cubano y no por el de China o por el de Corea del Norte, el dirigente conservador manifestó que aunque resulte «políticamente incorrecto», lo cierto es que «me siento más próximo al dolor del pueblo cubano que al de los pueblos de Corea del Norte o de China». «Que otros se ocupen de ellos, que yo prefiero centrarme en lo que siento más cercano, que no tengo el don de la ubicuidad», sentenció.

Tras anunciar que el Partido Popular va a enviar próximamente directrices a sus organizaciones provinciales y locales en el sentido de que no apoyen económicamente en caso alguno a las asociaciones de solidaridad con Cuba, se felicitó por haber conseguido «meter el tema cubano en la agenda de la Unión Europea» y concluyó su intervención parafraseando a Vargas Llosa, afirmando que «una izquierda no puede acabar siendo la puta triste de Fidel Castro», en referencia a la última novela de Gabriel García Márquez.