«Por ser falsos y embusteros y fuera de trato que pide la común naturaleza, y como inventor de nuevas sectas y de nuevo modo de vida, y como quien da ocasión a que el vulgo ignorante venga a creer y a tener por verdaderas tantas necedades como contienen… todos ellos son falsos, mentirosos, dañadores e […]
Miguel de Cervantes. Don Quijote I-XLIX, y I-V (Sobre los libros de caballerías)
Lo que queda lejos de Cuba son las agencias de prensa que difunden por el mundo todo lo relacionado con… la gran burguesía imperial. Los dueños mandan hablar, escribir, repartir imágenes… que hagan normal su manera de pensar, y el periodista que lo asimile «buen periodista será».
Hoy por hoy la información está manejada por industrias imperiales, por el capitalismo, ya lo dijo Roy Thompson, uno de esos pocos dueños de imperios informativos, «disponer de una emisora de TV es tener licencia para imprimir billetes de banco.» Esos medios informativos son sobre todo una potentísima arma ideológica, su expresión más fidedigna se representa en lo que han llamado Occidente, y desde esos medios sacan músculo contra quien pone en duda el orden capitalista. «Los capitalistas denominan libertad de prensa a la libertad de soborno de la prensa por los ricos, a la libertad de utilizar la riqueza para fabricar y falsear la llamada opinión pública», son palabras de Lenin.
Ya en 1980 un estudio realizado nos decía que EEUU controlaba el 75% de programas de televisión de todo el mundo, el 50% del tiempo de proyección de películas, el 35% de los libros editados, el 90% de los noticieros de televisión, el 60% de la producción de discos y cassettes, el 82% de la producción de tecnología electrónica para la comunicación masiva, el 89% de la información comercial acumulada en los bancos de memoria de computadoras… y podríamos seguir dando datos que aun siendo de 1980 nos dejarían pensando hasta donde llega el dominio del imperio. Podremos pensar en los avances en el control de los medios desde 1980 hasta nuestro 2017.
Yuri Kaslev, periodista estudioso de los medios informativos escribía en 1983: «Si el aparato norteamericano de comunicación masiva domina en el coro propagandístico del imperialismo, dentro de ese aparato es enorme la influencia del sionismo y de sus agentes. Según el periódico norteamericano Jewish Chronicle, los sionistas controlan la gran mayoría de las revistas que salen en los EEUU, así como las emisoras de radio y las corresponsalías extranjeras de los periódicos, revistas y agencias de prensa norteamericanos. Por regla general, escribe el norteamericano Alfred Lilienthal, casi todos los periódicos, la radio y la televisión de los EEUU hacen publicidad del punto de vista sionista y proisraelí.»
El periodista asimilado, el de mente colonizada por los amos imperiales, ofrece su trabajo escrito asemejándolo a los libros de caballerías y a sus escribidores, ese que denunciaba Cervantes, y no pasará a la posteridad, no dispondrá de espacio alguno en la memoria de pueblo ninguno. El vasallo es contingente, mantiene la mentira, hace daño y es inútil a las fuerzas que buscan la transformación social del individualismo capitalista en bienestar de la clase trabajadora.
Entre otras empresas dedicadas a la información, Yuri Kaslev exponia en 1983: «el imperialismo ha creado un aparato gigantesco de propaganda y expansión ideológica y cultural que agrupa, de un lado, las poderosas corporaciones de radio y televisión, pertenecientes al capital privado las agencias telegráficas, las editoriales, la prensa, la industria del cine etc., y del otro, los servicios gubernamentales especiales de propaganda y la actividad subversiva contra otros países extranjeros. En toda esa esfera están concentrados enormes fuerzas y recursos: centenares de miles de propagandistas a sueldo, potentes bienes de equipo y asignaciones que alcanzan miles de millones de dólares.» Y lanzaba una pregunta: «¿por qué las clases gobernantes de los países imperialistas que, como es sabido, tratan de no soltar un centavo de la mano, no ahorran dinero cuando se trata de actividades ideológicas y propagandísticas a escala enternacional?.
Las agencias patronales de comunicación son grandes coladores, retienen lo que no fluye por la cabeza-ideología-intereses económicos, políticos inmediatos y estratégicos de los dueños accionistas y grandes capitalistas que emplean el periódico, la radio, la tv y demás.
Las agencias de noticias de éstos exclusivos personajes alejan también a la población mundial de todo conocimiento positivo sobre Cuba, el pueblo cubano y su revolución.
En Cuba se hizo real lo que los capitalistas con su dominación tratan de evitar, combatir y ocultar por todos los medios, entre otros la información sobre el bien social, la independencia y la soberanía.
En el capitalismo, y más en el imperialismo bajo el que estamos, no cave politización crítica, de contraste, su practica es de mantenimiento del individualismo, su práctica es de asentamiento del seguir como estamos bajo la minoría poseedora de todo lo material, y del freno al pensamiento.
Si quien escribe, habla, o representa no lo hace conforme el interés de esa minoría de banqueros, grandes corporativistas y multinacionales -los dueños- será despedido, no le aguantarán un momento; «no digo que no le censuren, digo que si pensase de manera diferente usted no estaría ahí», le contestó el filósofo Noam Chomsky a un periódista que en su pobre ignorancia le declaraba su creencia en la libertad de opinión en la emisora que estaba. La ganancia, como entendenmos la plusbalía, conlleva su adosamiento a los intereses de la minoría dominante. Su normal dominio en el pensamiento lo usa como filtrador de la idea, punto de vista, opinión que cuestine, y con el discurrir de sus intereses la censura no se hará evidente, queda grabada en la mente de cada persona.
Un ejemplo de información: Hay una prisionera política en EEUU, se llama Ana Belén Montes. ¿Sabe usted por qué la condenaron a 25 años de cárcel en el 2002?. La información que han repartido los medios a los que nos referimos aquí la declaraban «espía cubana», porque trabajando en centros del poder del imperio informaba también al gobierno estadounidense de que con los datos en la mano Cuba no representaba ningún peligro ni para EEUU ni para nadie. ¡Aaaa…! pero el imperio, y el de la información no puede difundir la verdad, pues con la verdad nadie se somete, si no ¿con qué se hace el imperio?. Un Roshtchild dejó dicho: «Hay dos formas de esclavizar a una nación. Una es la espada. La otra la deuda.» Y yo diría, y otra con la mentira informativa. Pero con Cuba no han podido ni con la espada, ni con la deuda, y con la mentira lo intentan. Sí pueden con el Occidente que dominan, la burguesía se les entrega y las clases populares están inyectadas del pensamiento imperial, cuyo primer escalón es el miedo, a la espada, a la deuda y a dejarse engañar. La prisionera política del imperio Ana Belén Montes no temía a la espada, ni a la deuda, ni al engaño e hizo la siguiente declaración ante el tribunal que la condenaba:
«Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo cómo nosotros continuamos tratando de dictar cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación, ¿Por qué no los dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?
«Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.
«Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio -por individuos o gobiernos- lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación, quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.
«Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Ella permitiría a los cubanos y estadounidenses el aprender cómo compartir unos con otros. Esto permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro ´país mundial´ y en nuestra ´patria mundial.»
¿Puede usted mejorar esas razones? El imperio informativo no las difundió. No interesa al gran capital que se conozcan. Luego, quienes distribuyen la información saben la línea a seguir. Al capital y más al imperial, le interesa la dominación del pensamiento y para eso dispone todo el ejército de escribidores, charladores y opinadores, los que siguen la línea, y si se termina la línea… siguen. ¿A eso llaman libertad de prensa?
¿Es libertad de prensa el que el 96% de todos los medios informativos del mundo pertenezcan a 4 corporaciones capitalistas, para más detalle, de capital sionista? Como decía Chomsky al periodista: si usted no siguiese la línea no estaría donde está.
Podrían encabezar sus periódicos, abrir sus noticiarios, empezar sus películas y demás, diciendo: «Noticias imperialistas. Guiones imperialistas. Opiniones imperialistas. Les informamos de las noticias-guiones-opiniones que nos manda redactar el gran capital, o, que redactamos y emitimos porque nos deja el gran capital al dar el punto de vista que a los grandes bancos, lobbys, los 4 lobbys sionistas dueños del mundo informativo les gusta y aprueban».
Defender las 4 cuentas bancarias de esas privadísimas 4 potencias mundiales… lo hacen con toda la libertad, sin censura alguna. Son los mismos que dicen que en Cuba no hay libertad informativa… para sus 4 amos, y ellos de voceadores. Y niegan a la revolución cubana su expresión pública más evidente: la transformación de las cuentas corrientes de esos minoritarios dominantes, en cuentas corrientes para la expresión de los intereses del pueblo, a favor del pueblo soberano que por independiente es antiimperialista.
Si sabe quien pone el dinero puede leer en la noticia que le dan aquello que le interesa al apostante: Walt Disney, Time Warner Inc, Viacom-CBS, propiedad de los banqueros Rosthchild, financiador del ente neocolonial Israel; creación ésta, tan artificial que hasta su edificio de gobierno y parlamento y el de su corte suprema los han pagado los Rosthchild. Para éstos tiene tanta importancia su empresa de conquista sionista que hasta en los billetes de 500 shekels, moneda de Israel, han imprimido la imagen del barón Edmond de Rosthchil.
El negocio de controlar el pensamiento tiene los establecimientos radiales, televisivos, cinematográficos y demás con empleados-siervos para «informarnos» de las «preferentes», (como se ha llamado aquí, España o Estado español, de las acciones especulativas con que los bancos estafaban a sus clientes), y desde ellas insistir en el falsedad, en los embustes y ponernos «fuera del trato que pide la común naturaleza» que decía Miguel de Cervantes. Hacen lo que les manden para que nuestro pensamiento ingrese en su norma. Por eso, aunque no les den más linde ellos y ellas siguen.
Y la cuarta participación del capital en el control del pensamiento corresponde a otros grupos de presión sionistas: la Banca J.P. Morgan, Elliot Associaters L.P., Invesco Ltd, Deutsche Banc AG y Waddell&Reed Financial Inc. Unos y otros saben muy bien la importancia de las cantidades inmensas de dinero que invierten para su tranquilidad.
Aquel Rosthchild primero, Mayel Amschel, (1744-1812) dejó dicho: «Permitidme fabricar y controlar el dinero de una nación y ya no me importará quien gobierne.»
La declaración de tal estilo hecha en nuestros días (durante la guerra que el ente israelí declaró a Gaza en 2009) pertenece a la representante del gobierno israelí Tzipora Menache: «Ustedes saben muy bien, y los estúpidos americanos saben igualmente bien, que nosotros controlamos su gobiertno, independientemente de quién se sienta en la Casa Blanca. Ustedes ven, y lo saben que ningún presidente americano puede estar en una posición de desafiarnos, aun cuando nosotros hacemos lo inconcebible. ¿Qué pueden ellos (los yanquees) hacernos a nosotros? Nosotros controlamos el congreso, nosotros controlamos los medios de comunicación, nosotros controlamos el espectáculo, y nosotros controlamos todo en América. En América usted puede criticar a Dios, pero usted no puede criticar a Israel.»
El control del pensamiento en el mundo les da seguridad, nadie les cuestiona. Si la gente se separase, se distanciase del pensamiento covencional dominante, si asumiese su poder, si asumiese la acción y el ideario de lo común, estaríamos en el camino de conseguir una sociedad más informada, más culta, más justa.
¿Y qué queda dentro de Cuba?
¿Otro pensamiento? En Cuba la gente discute, critica, participa para avanzar en la formación de una sociedad más humanitaria, con menos diferencias sociales, con espíritu tranformador. Las dificultades no son pocas. Lo que sigue es la exposición que hizo en el Congreso de Pedagogía 2017, celebrado en La Habana entre el 30 de Enero y el 3 de Febrero, el Ministro de Cultura, Abel Prieto: «Tenemos que batallar contra las películas y series «chatarras», los mensajes deformantes de la publicidad comercial, los reality show, la influencia de los famosos con su carga de «tonterías» (…). La fama no está asociada a la virtud ni a la heroicidad ni a la sabiduría». Y confirmó que las agencias estadounidenses difundían manipulaciones como noticias, para conducirnos a lo anodino, para insensibilizarnos y hacernos indiferentes ante lo que ocurre e inducirnos a abandonar toda acción e idea de transformación en el mundo. Pero ¿cómo tener la mente despierta ante la mentira repetitiva de la desinformación imperial, de la aplicación de las palabras de Goebbels: «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.»
En el Congreso intervino el Presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios para poner el acento en la importancia de conocer la Historia: «ella es hoy el más seguro sostén ideológico de nuestro proyecto nacional. Se yergue como arma e instrumento de maestros, políticos y ciudadanos para el afianzamiento de la identidad.» Esa es la mejor defensa, la verdad de lo acontecido y de lo que ocurre, la verdad que expresa la clase trabajadora. Por eso se empeñan tanto en callarla o en tergiversarla los servidores del imperio.
Un par de referencias a la verdad que debían quedar para la historia y que los medios de información de masas del imperio han ocultado: tan sólo en el 2015, el núcleo dirigente del régimen imperial estadounidense, con Obama de representante, el que se conoce como «Consejo de Seguridad Nacional», la más alta instancia imperial, dispuso que sus «organizaciones y sus medios» realizasen asesinatos selectivos en 135 países del mundo. El terrorismo dictado en los despachos del imperio son su norma de pensamiento, ya vemos que no adquieren relevancia periodística.
Los escribidores, charlatanes y opinólogos que siguen la linea y cuando se termina siguen se distraen con los trajes de los millonarios y no quieren saber o decir nada de lo que hacen para serlo. Todos debemos saber que la libertad de prensa es la libertad de los empresarios a decir lo que quieren o les interesa, como la libertad de elecciones es la libertad de los empresarios para aleccionarnos haciendo lo que quieren o les interesa. A pesar de lo cual se insiste que en Cuba, (donde no gobiernan los imperialistas de las cuatro empresas que controlan el 96% de la información que circula por el mundo) no hay libertad de información, repiten y repiten que es una dictadura, pero es una dictadura para las 4 multinacionales.
Una dictadura para las 4 multinacionales sionistas es la libertad para quienes no sufren sus mentiras, pues alegrémonos. Hace unos días alguien escribía en rebelion.org que en Cuba las reformas que debían conducir a la «normalización», o a la norma, como la hemos definido antes, son muy lentas o no se llevan a cabo, y por tanto las alternativas puede que lleguen de fuera. Lo dicho por éste deformante es sumamente grave, no tiene en cuenta la violencia del imperio con respecto a Cuba revolucionaria, la guerra declarada desde el comienzo el 1 de Enero de 1959, no conoce la Historia o no quiere que la conozcamos, no le interesa la situación de bloqueo imperial, ilegal, comercial, financiero, a que somete a la sociedad cubana desde hace más de 5 décadas, ¿de qué habla éste profesor? Sus palabras son aliento para que los cambios «lleguen de fuera». Es terrible que alguien diga semejante canallada sin temblarle la voz o la escritura. En su lección el escribiente se preguntaba por la posibilidad de continuar Cuba por su camino, bajo la interpretación que él hace: «¿Sería viable una isla próspera, integrada en el resto de Occidente a través del turismo, la emigración, las inversiones, el comercio, los avances científicos … sin ampliar las libertades individuales y sin celebrar elecciones?». Según nos dice la «normalidad» es integrarse en Occidente, ¿en qué Occidente?, ¿en el de México, en el de Guatemala, en el de Honduras, … en el mismo EEUU por la gracia del imperio, como colonia bajo la espada, la deuda o la mentira absoluta?. Porque tendría que situarse en la geografía en que se encuentra, o ¿piensa llevarse a Cuba a la bolsa de Nueva York, a la zona de Nueva York en la que viven los Clinton o gente semejante entorno a las grandes corporaciones sionistas?. Él mismo dice: «… libertades individuales sin celebrar elecciones», ¿es que la libertad individual consiste en las elecciones financiadas por los banqueros y las multinacionales de la «información»?. Por sus palabras entendemos que la libertad del individuo, de éste individuo no se basa en el conocimiento de la Historia de Cuba, de su circunstancia inmediatamente anterior y la actual, la libertad mediante el conocimiento no le interesa, procura lo anodino, la norma del gran capital, «las películas y series «chatarras», los mensajes deformantes de la publicidad comercial, los reality show, la influencia de los famosos con su carga de «tonterías» (…). La fama no está asociada a la virtud ni a la heroicidad ni a la sabiduría», palabras del Ministro de Cultura de Cuba Abel Prieto. Ese que escribe induciendo a que los cambios «lleguen de fuera» es de los que siguen la línea y cuando se acaba la línea el burro sigue. Las multinacionales de la información, 4 y sionistas, esas que pretenden dominar nuestro pensamiento le guardan el sitio.
Eso es lo que queda lejos de Cuba.
Ramón Pedregal Casanova, autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios,» «Dietario de crisis», «Gaza 51 días» y «Palestina, Crónicas devida y Resistencias». Presidente de AMANE, Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios sociales.
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