Recomiendo:
0

Ante el juicio al presidente de Sortu

¿Quién debe pedir perdón en Euskal Herria y por qué?

Fuentes: Rebelión

Últimamente estamos asistiendo a un ataque directo a las posiciones adoptadas por la izquierda abertzale a lo largo de toda su historia persiguiendo dos fines muy concretos: que la izquierda abertzale reconozca que ha estado equivocada, y, por otro lado, que admita que el camino emprendido por el nacionalismo moderado y de derechas del PNV […]


Últimamente estamos asistiendo a un ataque directo a las posiciones adoptadas por la izquierda abertzale a lo largo de toda su historia persiguiendo dos fines muy concretos: que la izquierda abertzale reconozca que ha estado equivocada, y, por otro lado, que admita que el camino emprendido por el nacionalismo moderado y de derechas del PNV fue el acertado. A tales fines, contertulios afines a las siglas jeltzales repiten el mantra de Xiberta.

En Xiberta se enfrentaron dos posiciones ideológicas y prácticas respecto a cómo afrontar el post-franquismo. Si la convocatoria inicial pretendía repetir experiencias de unidad nacional frente a la agresión estatal española, al estilo de las reuniones de alcaldes vascos en Estella, en el fondo se trataba de decidir si los responsables políticos nacionalistas optaban por asumir la legalidad constitucional o si, por el contrario, optaban por la ruptura con el Régimen anterior. El PNV y EIA, junto con ETA pm, tomarán el primer camino, renunciando así a la unidad nacional y presentando listas diferenciadas ante la convocatoria electoral, rompiendo con el espíritu de Xiberta. Eta m y los partidos que conformarán la Alternativa KAS (ANV, ESB, EHAS y LAIA) decidirán a favor de la ruptura democrática. Ha de subrayarse que entre estos últimos se encuentran organizaciones proclives a continuar con la lucha armada, mientras otros la rechazan, lo que tendrá sus repercusiones en el futuro, creándose agrupaciones electorales y proyectos que centran su actividad en las tesis foquistas o guevaristas, y otras de mayor amplitud socio-política.

El caso es que el PNV optó por su vía, la del autonomismo, lo mismo que EIA, que se coaligó con el EMK conformando Euskadiko Ezkerra -que tras la escisión de EMK lograría que un grupo de sus seguidores y militantes pasaran a formar parte del actual PSE-EE-; mientras el resto de participantes siguió defendiendo la vía rupturista.

Reivindicar a día de hoy que la postura asumida por el PNV, o por EIA (EE, PSE-EE) fue la correcta y motivo de que la actual izquierda abertzale (Sortu, Aralar, EA, Alternatiba) deban reconocer su error es una falsedad histórica, ya que fueron el PNV y EIA (ETA pm) quienes rompieron con la unidad de acción, y no al contrario. Y decir que la vía estatutaria fue la que se ha mostrado más útil para la consecución de la soberanía, una vez comprobado que el propio PNV rechaza el actual marco legislativo por inoperante, vuelve a ser motivo de escarnio público. La izquierda abertzale mostró entonces, y lo continúa haciendo hoy, su rechazo a concesiones por parte de un Estado heredero del franquismo, y, por lo mismo, no tiene por qué arrepentirse de su lucha política, que ha demostrado ser la más racional y acorde con los intereses de la población. Cuando desde Sortu se reafirma esto no se quiere más que visualizar que la Historia va dando la razón a sus tesis.

Que contertulios de los mass media reivindiquen Xiberta como dato contra la Izquierda Abertzale no pasa de ser una anécdota de pésimo gusto. Algo por lo que el PNV, al menos, debería hacer autocrítica y pedir perdón a la ciudadanía.

Al año siguiente, en 1978, se celebraron dos manifestaciones multitudinarias en Bilbo: una, convocada por el PNV contra el terrorismo (su mala consciencia se plasma en su propia web: http://www.eaj-pnv.eu/documentos/pnv-convoco-primera-manifestacion-contra_8282.html); y la otra, convocada por HB bajo el lema de «por la paz de Euskadi» (http://elpais.com/diario/1978/12/10/espana/282092419_850215.html). El PNV optó por oponer sus fuerzas a las de la izquierda abertzale. El resultado fue la carga policial contra la segunda y la permisibilidad de la primera. Incluso cuando miembros destacados de la segunda convocatoria citada se acercaron a los cabecillas de la otra, se hizo caso omiso a sus reivindicaciones. Quizás sea el momento en que los burukides del partido jeltzale pidan perdón por su falta de solidaridad respecto a los primeros. Ahora se le exige al contrario sin asumir culpas propias.

En 1989 el PNV apoyó la política de dispersión de los presos vinculados a ETA, aunque después reculara (http://www.elmundo.es/elmundo/1998/febrero/12/nacional/pnvpresos.html) en sus decisiones. Así pues, es el PNV quien debe pedir perdón a sus votantes por haber traicionado sus voluntades.

El aberri eguna marca otro punto de inflexión. En 1977 encontramos (https://borrokagaraia.wordpress.com/2012/04/03/repaso-historico-del-aberri-eguna/)

1977

El PNV celebra un acto tolerado en Loiola (Gipuzkoa), mientras la izquierda abertzale lo hace en Vitoria-Gasteiz bajo una fuerte nevada.

Si quieres libertad, amnistía y Estatuto de Autonomía, acude con nosotros a Gasteiz: la consigna del día es esta: Contra el miedo o la abulia: coraje. Contra la fuerza, decisión y disciplina y contra cualquier provocación, venga de quien venga: serenidad. Todos en pie, como un gran pueblo en marcha, por la libertad» PNV

En este Aberri Eguna los trabajadores de Euzkadi debemos denunciar y manifestarnos también en contra de las medidas económicas y antiobreras dictadas por el Gobierno» LAB

Cuando uno no quiere… Quizás debería hacer autocrítica también el PNV sobre su postura respecto a la celebración del Aberri eguna.

Concluyendo. Todos hemos de autocriticarnos, pero exigir la autocrítica al contrario no exime de la propia autocrítica.

Pablo A. Martin (Aritz) es Doctor en filosofía

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.