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Raúl Rivero y el silencio de los interesados

Fuentes: Rebelión

«El Rector de la UAH almuerza con el disidente cubano, Raúl Rivero», «El poeta cubano Raúl Rivero entrevistado el sábado en ‘Más Que Palabras’ (ETB)», «El gobierno y la oposición españoles asisten a homenaje del diario ‘El Mundo’ a Raúl Rivero», «Raúl Rivero, Premio Columnistas de El Mundo«, «Raúl Rivero ofrece en Madrid su primer […]

«El Rector de la UAH almuerza con el disidente cubano, Raúl Rivero», «El poeta cubano Raúl Rivero entrevistado el sábado en ‘Más Que Palabras’ (ETB)», «El gobierno y la oposición españoles asisten a homenaje del diario ‘El Mundo’ a Raúl Rivero», «Raúl Rivero, Premio Columnistas de El Mundo«, «Raúl Rivero ofrece en Madrid su primer recital de poesía tras salir de la Isla», «Raúl Rivero inaugurará festival poesía homenajeará a Luis Rosales», «Raúl Rivero asiste como invitado de honor del Real Madrid al clásico de la Liga española de Fútbol», «Eliseo Alberto se reunirá con su amigo Raúl Rivero en Madrid», «Raúl Rivero y la pulsera de Madrid 2012, protagonistas en el Palco del Santiago Bernabéu», «El presidente del gobierno español recibe a Raúl Rivero», «Zapatero recibe a Raúl Rivero para charlar de literatura y política», «Raúl Rivero cree que las posturas de Aznar y Zapatero frente a La Habana se complementan», «Raúl Rivero destaca el papel de Aznar en la excarcelación de los presos cubanos», «El poeta cubano Raúl Rivero participará en las VII Jornadas de Poesía de Logroño», «Gobiernos PP y PSOE favorecieron libertad y salida Rivero de Cuba», «El poeta maldito de la Revolución Cubana»…

Estos son algunos de los más de 400 titulares con que la prensa del régimen (del régimen capitalista) nos ha estado bombardeando durante los últimos días, y cuyo protagonista es el poeta-disidente-luchadorporlaslibertades (no sé si en este orden), Raúl Rivero.

Se ensalzan de este personaje valores que no solo son falsos, sino que contradicen su pasado político y personal. Raúl Rivero fue un firme defensor a ultranza del proceso revolucionario cubano hasta que comenzó a tener problemas laborales y de orden público motivados por su actitud personal hacia ciertos temas.

Nadie le ha preguntado sobre su pasado (¿y su presente?) homófobo. En Cuba aún se recuerda aquel desliz que se le escapó en su poema «La Habana, testimonio 69» sobre el papel que adjudica al «maricón moderno».

Nadie le ha recordado su historial como agresor de mujeres hacia, al menos, tres de sus compañeras. Ni la paliza que propinó a Miriam Altamendi en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (que sólo terminó cuando la agredida logró refugiarse en uno de los baños de la institución), o a la poetisa Marilín Bobes, víctima de otro ataque de Rivero, esta vez en la Casa de las Américas. Lo cual demuestra que para Rivero no sólo la poesía es pública. Datos comprobados y comprobables, que nadie ha osado repetir públicamente salvo José Antonio Barroso, alcalde de Puerto Real (Cádiz), cuando hace unos meses pusó el dedo en la llaga al afirmar que Rivero «en España estaría en la cárcel, pero por maltratador de mujeres». Ciertamente no es buen bagaje para los tiempos que corren, sensibilizada como está la sociedad española contra la violencia de género. Sin embargo, el buen talante de Rodríguez Zapatero no parece tenérselo en cuenta. En fin, pecados de juventud.

Pero Raúl Rivero abrió los ojos y dejó de ser comunista. Encontró un nuevo oficio, el de «periodista independiente», y comenzó entonces su despegue profesional adherido a la causa anticubana de la mano del Departamento de Estado norteamericano. La coartada se la brindó El Nuevo Herald, periódico de extrema derecha de Miami, en forma de contrato. Pero además de este dinero, Rivero comenzó a cobrar de la United States Agency for International Development (USAID, una agencia gubernamental estadounidense) a través de Cubanet, una tapadera con forma de agencia de prensa radicada en Miami.

En el año 2003 (año en que Rivero fue juzgado y encarcelado), el presupuesto para Cuba de la USAID fue de seis millones de dólares, destinados (según afirma la propia USAID) a financiar organizaciones que «promuevan una transición democrática en Cuba». Es decir, el gobierno norteamericano financia la subversión interna para provocar un cambio político en Cuba, algo prohibida por todas las leyes internacionales. Aunque a estas alturas, ¿a alguien le preocupa lo que hace EE.UU. con el derecho internacional?

Según Néstor Baguer, periodista y compañero de disidencia de Raúl Rivero, Cubanet recibió en el 2003 más de 833.000 dólares de la USAID, así como otras cantidades de la National Endownment for Democracy (NED), institución establecida oficialmente por el Congreso norteamericano, que opera con fondos asignados por el propio Congreso a la Agencia de Información de los Estados Unidos de América (USIA). Baguer también declaró que la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana (la embajada norteamericana en Cuba) organizó talleres de «periodismo independiente», donó más de 100.000 dólares a la «disidencia» y, por supuesto, indicaba a los Raúl Rivero y compañía qué temas debían cubrir.

Pero además, también Reporteros sin Fronteras (otra ONG financiada por la NED) hacía llegar sus donaciones a Rivero. En un certificado de la Secretaría Internacional de Reporteros Sin Fronteras (firmado por el propio Bob Ménard, su secretario general) se asegura: «nuestra colaboración apoya financieramente a la agencia de prensa independiente Cuba Press. El pasado 30 de agosto [de 1996] RSF entregó la suma de 900 dólares a Raúl Rivero, director de Cuba Press«.

Y pese a todo, Raúl Rivero se vanagloria y afirma desafiante al llegar a España que el sólo recibió dinero de «El Nuevo Herald, donde he sido columnista por casi una década, de modo que recibía el dinero desde EEUU, desde el periódico, que es, como se sabe, una empresa privada, un concepto desterrado de la realidad cubana hace muchos años. Como en Cuba todos los periódicos y los medios son del gobierno, el Estado utiliza ese factor para acusarme de que yo recibía dinero de un periódico americano, en el entendido de que al ser un periódico americano era del gobierno americano. Pero además, en Cuba todo aquel que tenga una mínima posición de disensión pasa a ser automáticamente un agente del imperialismo y un servidor de la CIA. […] Esas mentiras se deshacen por sí solas». Está visto que sí, Raúl. Está visto que sí.

A Rivero también le hicieron presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a los propietarios de los principales medios del continente americano y uno de los principales soportes de Estados Unidos durante la guerra fría. Y ahora, por si no le llegaba con esos ingresos, El Mundo lo mantiene con 3.500 euros al mes a cambio de dos colaboraciones y algún pequeño detalle más.

A este poeta llegado del calor lo agasajan presidentes, políticos, empresarios, banqueros… Todos cuantos esperan hacer negocio con el disidente. Los que comercian con las promesas electorales, con las noticias, con los sueldos de los trabajadores, con el dinero de los demás. Rodríguez Zapatero, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón, Mariano Rajoy, Ignacio Sánchez Galán (consejero delegado de Iberdrola), Pedro J. Ramírez, Francisco González (Presidente del BBVA), Ana Patricia Botín (Presidenta de Banesto). Gentes sensibles, luchadores por la democracia, defensores de la libertad. Arquetipos de la dirigencia cubana ideada y financiada por Miami (y Madrid).

Hago mías en este punto las palabras de Santiago Alba, procedentes de su artículo «Cuba condenada, Cuba condecorada» (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=14039): «El pasado 14 de abril, coincidiendo con la resolución de Ginebra contra Cuba (qué casualidad), un cogollo de cobardes e interesados se reunió en la sede de El Mundo para premiar a Raúl Rivero y homenajear las plagas y los diluvios. Allí había empresarios (Florentino Pérez), banqueros (Patricia Botín y Francisco González), políticos del PP (Mariano Rajoy o Esperanza Aguirre) y gobernantes en ejercicio (Rodríguez Zapatero), todos ellos convocados por el pequeño conspirador mediático-golpista Pedro J. Ramírez, representante del terrorismo de papel (y digital también). Resultaba casi conmovedor ver a estos gigantes micomicóneos, rivales en tantas ocasiones, apiñarse en un unánime acuerdo contra la nobleza, el valor, la justicia, el sacrificio, la belleza, la honradez, el ingenio, la sencillez, la austeridad, la alegría, el pensamiento, el desinterés, la verdad, el amor, el buen gusto, la rectitud, la infancia, la salud, el bienestar, la vida y -en definitiva- la emancipación de la humanidad. Resultaba también casi enternecedora la soledad de un único cobarde entre tantos interesados y verlo luego rebajarse hasta la bajeza de un ladrón; porque Zapatero, sí, que dice querer a Cuba -como si Cuba fuesen palmeras y sierras y no el pueblo que anda por ellas y el gobierno que han elegido- robó en voz alta y a la vista de todos las palabras «conciencia» y «libertad», palabras que -lo sabe él muy bien- fueron desenterradas en Cuba, hace 45 años, para airear el mundo de todos y que no pueden pronunciarse ante banqueros, empresarios y muñidores capitalistas sin que truenen amenazadoras como un cañón y dolorosas como un cuchillo: ganchos de carnicero para colgar mayorías, puñales de lujo dirigidos contra todos los pueblos de la tierra. Usar esas palabras contra Cuba y ante esos oyentes no es sólo algo parecido a lo que sería patentar el aire de los bosques o los colores del Machupichu; es -aún peor- exigir la extinción de la lengua castellana y decretar la muerte de todos los hombres a los que ella une».

Habría que recordarles a este cogollo de cobardes e interesados que la justicia es -como dice John Rawls- la primera virtud de las instituciones sociales y que como tal, debe ser el objetivo final de la democracia. Siendo así, resulta ocioso remarcar que el desarrollo de la justicia -y por ende de la democracia- sigue un camino por completo opuesto al transitado por cualquier transacción comercial, reducida al cálculo costo/beneficio. Camino éste al que los interesados pretenden convertir en autopista de dirección única, obligatoria y de peaje para todos los pueblos del mundo. El mercado, el libre mercado, es un territorio dominado por la ganancia, no por la justicia, marcado por el interés, no por la equidad. «La justicia es por eso una molesta distorsión extra económica que interfiere en el cálculo de costos y beneficios y que sólo puede tener un efecto paralizante en la dinámica impiadosa de los mercados. Constituye una externalidad intrusiva, por completo ajena e irrazonable, a las expectativas de los agentes económicos enzarzados en una lucha sin cuartel por sobrevivir en un medio cada vez más hostil» (Atilio A. Borón. Los nuevos leviatanes y la polis democrática).

Raúl Rivero fue sentenciado en Cuba a 20 años de prisión por «traición y colaboración con el enemigo», por aumentar su ganancia a costa de las necesidades y las limitaciones de sus compatriotas, por anteponer el beneficio a la justicia y la democracia. Sólo cumplió 20 meses y fue puesto en libertad por motivos de salud. Por el mismo delito, el Código Penal español aplica idéntica condena, y el estadounidense llega a cadena perpetua o incluso a la pena de muerte (según el Estado en que se juzgue). Lo que en el Estado español no le habría llegado sería la redención por motivos humanitarios, pues los presos salen únicamente cuando están a punto de morir (que no parece el caso de Rivero). Además las instituciones penitenciarias españolas le habrían alejado de su domicilio familiar cuanto hubiera sido posible, para añadir un plus de sufrimiento a la condena.

Habrá quien piense que esto es una exageración, pero a buen seguro que no serán los miembros de Greenpeace para los que la justicia española pide condenas de hasta 4 años de cárcel por manifestarse contra la invasión de Iraq. Cinco activistas de la organización ecologista serán juzgados el próximo 10 de mayo en Cádiz y se enfrentarán a un total de 12 años de prisión. Su protesta tuvo lugar el 14 de marzo de 2003, a bordo del buque insignia de Greenpeace y frente a la bahía de Rota (Cádiz), donde en esos momentos se desarrollaban intensos preparativos para una guerra ilegal (para participar en la protesta y en solidaridad con los encausados: http://archivo.greenpeace.org/libertadrota).

Como tampoco lo serán, los trabajadores detenidos durante la huelga general del 20-J de 2002, y que se encuentran a espera de juicio. Muchos pasaron por la cárcel (y por los juzgados los días 1 y 15 de cada mes), y algunos de ellos tienen penas solicitadas de hasta 3 años y medio de cárcel, y eso gracias a que no cometieron actos violentos ni agresiones físicas. También en este caso se ha formado un grupo de apoyo a los huelguistas procesados, y cuyo contacto para una mayor información es: [email protected]

Queda entonces claro que para cómplices y apologetas de Rivero, el mérito de éste no se encuentra en su imaginario compromiso político sino en su cooperación con los amos del imperio en la tarea de acoso a la revolución cubana. Y para ese trabajo todo el dinero invertido es poco, si el proyecto es acabar con la justicia en Cuba para implantar el beneficio.