¿Qué es una reforma constitucional? ¿Qué implicaciones prácticas conlleva la realización de una? ¿Qué alcance tendría en el caso cubano? Estas y otras preguntas similares fueron realizadas el pasado 29 de junio a un grupo de panelistas reunidos en el espacio Último Jueves de la revista Temas en el Centro Cultural Fresa y Chocolate. Juan […]
¿Qué es una reforma constitucional? ¿Qué implicaciones prácticas conlleva la realización de una? ¿Qué alcance tendría en el caso cubano? Estas y otras preguntas similares fueron realizadas el pasado 29 de junio a un grupo de panelistas reunidos en el espacio Último Jueves de la revista Temas en el Centro Cultural Fresa y Chocolate.
Juan Valdés Paz, politólogo, moderó la discusión que durante dos horas se desarrolló entre el panel compuesto por el jurista cubano Julio César Guanche, el cantautor -y también abogado- Israel Rojas, y el periodista Jorge Gómez Barata, y un nutrido público que con una cifra de algo más de 130 participantes, intercambió sus inquietudes y opiniones en torno a los cambios y permanencias que puede y debe experimentar la Constitución cubana.
La primera ronda de preguntas dio inicio a la exposición de Julio César Guanche, quien explicó que solo la Asamblea Nacional del Poder Popular puede hacer la reforma, y que dentro de los pasos establecidos legalmente para poder llevarla a cabo, como ocurrió para la del año 1992, se encuentra la aprobación previa de un Ley de Reforma Electoral -como la de 1990- que paute y rija el proceso de cambios, algo que no ha sucedido hasta ahora en este nuevo contexto en el que se anuncia una nueva reforma constitucional.
Para Jorge Gómez Barata, ningún cambio que ataña a la Constitución puede estar atado a tecnicismos, pues se trata de una institución política. Comentó que la Constitución no son las Sagradas Escrituras, y recordó a los asistentes que las normas jurídicas están sujetas a circunstancias históricas concretas, y la complejidad del momento que vive la sociedad cubana no puede ser obviada a la hora de pensar, proponer e introducir algún cambio en la Constitución. Así ocurrió al crearla, en 1976, cuando hubo que hacer una ajustada a la realidad del contexto creado por la Revolución, que representó un cambio radical respecto al pensamiento constitucional hasta entonces existente en el país.
Israel Rojas se mostró de acuerdo con lo expuesto por Guanche, pero apuntó que aunque técnicamente el proceso de reforma constitucional no haya comenzado, en la práctica ese debate ya empezó con las amplias discusiones populares desarrolladas a lo largo del país sobre los documentos de la conceptualización del modelo socialista cubano, que representan un avance de lo que más adelante normará y plasmará la reforma constitucional.
La segunda pregunta del moderador se centró en qué reformas constitucionales deben responder a los cambios planteados en el discurso y las propuestas políticas de la Actualización del modelo. Guanche se refirió a la descentralización, que forma parte de la aplicación de la Actualización en Mayabeque y Artemisa, en lo referente a la separación de la administración y el Estado a nivel municipal. Si las próximas elecciones se rigen por lo aprobado en 1992, habrá que esperar al cambio constitucional para que sea posible una nueva Ley Electoral. En su formulación, este mecanismo electoral no toma en cuenta, por ejemplo, la nueva Ley migratoria aprobada en enero de 2013.
Gómez Barata insistió en que la Constitución es un instrumento y un resultado de la cultura política, y que esta debe regular las funciones del Estado del modo más general posible. Además, comentó que algo tiene que distinguir al ejecutivo del legislativo, porque como está en estos momentos no es funcional.
Israel Rojas, por su parte, dijo al público asistente que este nuevo proceso de reforma constitucional habría que verlo como una gran oportunidad para ser más inclusivos, ya que en el pasado hubo sectores de la sociedad no participantes, y que ahora deberían serlo.
Los dos últimos panelistas coincidieron en que los cambios en la sociedad y la problemática cubana son tales que requerirían refundar el orden constitucional, y considerar la alternativa de una asamblea constituyente.
Antes de darle la palabra al público, Rafael Hernández, director de Temas, presentó los resultados de un cuestionario aplicado por el equipo editorial entre los asistentes, así como en la página de Último Jueves en Facebook, que formulaba la misma segunda pregunta: ¿cuáles de los temas políticos suscitados por los debates sobre la Actualización debían considerarse necesariamente para una reforma constitucional?
Entre los temas más votados estuvieron:
- El derecho a la información.
- La nueva ley electoral.
- La descentralización de la toma de decisiones.
- La participación ciudadana.
- Papel y estatus de los medios de comunicación.
Entre los menos votados estuvieron:
- Las regulaciones migratorias.
- La ciudadanía.
- El límite de edad para ejercer cargos públicos.
- El sistema de educación.
- El sistema de salud.
Un participante del público argumentó que era necesario debatir más profundamente el contenido político de la Constitución, ya que en el actual contexto se refuerzan concepciones liberales preexistentes, o se introducen como nuevas en el debate. Otros comentaron que aunque la Constitución es cosa de todos, y no solo de los juristas, se requiere un mayor rigor en el conocimiento del orden constitucional y político. Y que los cubanos tenemos una cultura política donde la práctica va imponiendo lo que luego constitucionalizamos. Otro asistente planteó que la alternativa reforma vs. asamblea constituyente soslayaba la cuestión principal: la de la representación y la participación ciudadana lo más amplia y activa posibles en el debate del documento.
Luego de varias intervenciones de los asistentes se dio paso a la tercera pregunta, sobre cuáles antecedentes cubanos y latinoamericanos deberían alimentar esta próxima reforma. A partir de esta ronda de respuestas de los panelistas, se abrió de nuevo al público, que abundó en los tópicos políticos de la reforma, los asuntos que no deberían soslayarse, el contenido y estilo profundamente democráticos que deberían caracterizarla, y la necesidad de que los cambios constitucionales y legislativos no se queden en la letra, sino que impongan un orden vinculante.
Una versión mucho más amplia y detallada de los asuntos discutidos en esta sesión se publicará en la reseña habitual que difunde el portal web de la revista Temas en su canal de Último Jueves.
Fuente: http://www.temas.cult.cu/catalejo/reforma-constitucional-y-sistema-pol-tico-en-cuba