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Reforma de la Ley Electoral

Fuentes: Rebelión

En campaña electoral, cuando todavía no eran gobierno los gobernantes actuales pidieron el voto prometiendo, entre otras cosas, la reforma de la Ley Electoral, (Ley cuya elaboración la llevó a cabo la UCD, con la que ganó, y cuya base se integró en la Constitución) para que el reparto de escaños fuese proporcional al número […]

En campaña electoral, cuando todavía no eran gobierno los gobernantes actuales pidieron el voto prometiendo, entre otras cosas, la reforma de la Ley Electoral, (Ley cuya elaboración la llevó a cabo la UCD, con la que ganó, y cuya base se integró en la Constitución) para que el reparto de escaños fuese proporcional al número de votos. Pero no lo han hecho, mantienen una Ley Injusta y favorecedora, descaradamente, de la ultraderecha. Y no hacen una Ley Electoral Democrática porque así pueden llamar al «voto útil». Bipartido, lengua bífida, dos caras, cara a cara. Mal asunto si tienen que recurrir a una Ley Antidemocrática que elaboraron los franquistas que se hacían pasar por demócratas: Herrero de Miñón declaró no hace mucho en una emisora de radio de alcance estatal que él diseñó, junto con otros beneficiarios, una Ley Electoral que perjudicara al Partido Comunista. Herrero de Miñón añadió que dicha Ley Electoral tenía una finalidad básica: evitar a toda costa un buen resultado del PCE. La Ley se había creado para impedir que este partido pudiera tener un grupo parlamentario con la fuerza política que se pensaba podía alcanzar. Y así ocurre que por el arte de birlibirloque antidemocrático al PP, teniendo menos votos, se le asignan más diputados. Pero también hay otra palabra dada: Calvo Sotelo, ex presidente de gobierno, declaró a la misma emisora que viendo el ascenso de los comunistas «se financió a los socialistas». ¿Cara a Cara?

En Soria hacen falta 20.000 votos para sacar un diputado. En Madrid más de 100.000 votos para sacar un diputado. Una minoría de 2.500.000 votos apenas tiene representación, y 9.000.000 millones tienen 160 diputados: es una Ley Injusta. Los sostenedores de es Ley mandan el mensaje siguiente: si no nos votas, tu voto va a ser menos considerado que el que nos vote a nosotros, pero esto en clave subliminal. Es la apuesta que quieren hacer pasar como democrática: ya ven que no lo es.

¿Quién está detrás de tamaña falsificación de la igualdad del valor del voto? Juzguen ustedes.

Un dato más: el dirigente ultraderechista ha declarado que si llega a gobernar va a cambiar la Ley electoral en el sentido de que subirá el porcentaje de votos para acceder al Parlamento, eliminando así a partidos que teniendo un número de votos importante en el reparto de escaños le corresponden ahora un número escasísimo de diputados. Pretenden que sólo haya dos caras.

Dejar sin representación a un gran número de población, fundamentalmente trabajadores de izquierda, es hacerse levantar un monopolio político a sus expensas, un monopolio que haga aparecer a quienes quieren presentarse a las elecciones con una Ley Electoral igualitaria como raros. ¿Los raros igualitarios son los justos?

El gran escritor Julio Cortázar escribió el siguiente micro cuento titulado «Elecciones insólitas»:

«No está convencido.

No está para nada convencido.

Le han dado a entender que puede elegir entre una banana, un tratado de Gabriel Marcel, tres pares de calcetines de nilón, una cafetera garantida, una rubia de costumbres elásticas, o la jubilación antes de la edad reglamentaria, pero sin embargo no está convencido.

Su reticencia provoca el insomnio de algunos funcionarios, de un cura y de la policía local.

Como no está convencido, han empezado a pensar si no habría que tomar medidas para expulsarlo del país.

Se lo han dado a entender, sin violencia, amablemente.

Entonces ha dicho: ‘En ese caso, elijo la banana’.

Desconfían de él, es natural.

Hubiera sido mucho más tranquilizador que eligiese la cafetera, o por lo menos la rubia.

No deja de ser extraño que haya preferido la banana.

Se tiene la intención de estudiar nuevamente el caso.»

Se explica sólo.