Justo con la devolución este jueves del Gernika a sus dueños españoles, tras ser incautado por las autoridades griegas, en su abierta campaña para impedir el zarpe de medio millar de personas que pretendían navegar a Gaza, no demasiados lejos y con sólo horas de diferencia, aviones del ejército israelí volvieron a atacar en la […]
Justo con la devolución este jueves del Gernika a sus dueños españoles, tras ser incautado por las autoridades griegas, en su abierta campaña para impedir el zarpe de medio millar de personas que pretendían navegar a Gaza, no demasiados lejos y con sólo horas de diferencia, aviones del ejército israelí volvieron a atacar en la misma jornada poblados en la ciudad palestina, en un recordatorio de la situación cotidiana en el que viven atrapados más de un millón de personas.
«La flotilla que enfrentó una situación sin precedentes en Grecia. Grecia ha sido históricamente un país favorable a la causa palestina, y el padre del actual primer ministro era personalmente un buen amigo del líder palestino Yasser Arafat. Es muy triste que, debido a la presión israelí, el gobierno griego haya actuado en la práctica para reforzar el bloqueo israelí a Gaza, como otros puertos europeos», dice desde Grecia, Adam Shapiro, uno de los líderes de la iniciativa humanitaria.
La sostenida campaña para impedir la navegación de la Flotilla de la Libertad incluyó una fuerte presión internacional pública y privada del gobierno israelí, rogatorias de la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton y una interpelación pública del titular de Naciones Unidas Ban Ki Moon
La presión fue calurosamente acogida por Europa cuyos gobiernos cuando no recomendaron a sus ciudadanos restarse, actuaron con indiferencia o participaron abiertamente para impedir la acción solidaria.
Una demostración de voluntad significativa para detener 12 pequeñas embarcaciones con destino al puerto de la ciudad palestina para mostrar al mundo la vida en la pequeña franja de tierra que contiene la mayor concentración de personas por metro cuadrado en el mundo.
Pese a no zarpar el activista estadounidense, Shapiro co-fundador de Free Gaza junto a Huwaida Arraf hace una evaluación optimista.
«Las campañas nacionales de los participantes en flotilla, sin embargo, son muy fuertes, y creo que hemos sido capaces de realizar muchas de nuestras metas, incluso sin ser capaces de navegar. Por un lado, nos las arreglamos para hacer que la situación en Gaza, nuevamente sea puesta en los titulares de los diarios de mundo por muchos días», agrega.
«También hemos conseguido para exponer la posición hipócrita de la comunidad internacional que pide el fin del bloqueo, por un lado y, sin embargo no hace nada en la práctica para terminarlo. Finalmente, hemos conseguido hacer de la libertad para el pueblo palestino el tema principal, y no la ayuda humanitaria»
«Creo que hemos expuesto las políticas criminales de Israel y su pretensión de mantener el control sobre las vidas de los palestinos, aunque se llenan de retórica sobre la «paz»», dice.
La situación de vulnerabilidad de Atenas, envuelta en un crisis económico social sin procedentes lo hizo permeable a las presiones estima Shapiro.
«El gobierno griego se ha visto gravemente debilitada por la crisis financiera en el país. Lo ha dejado expuesto a la presión por parte de Israel y Estados Unidos, de Alemania y otros países de la Unión Europea. Aunque esto no es una excusa, para bloquearnos, hay explicaciones que se deben dar», indicó el también reconocido documentalista.
Respecto al papel de Turquía, cuyo gobierno apoyó públicamente la primera flotilla de la libertad, Free Gaza estima que en esta ocasión no se ha restado.
El año pasado el asalto Mavi Maramara culminó con 9 ciudadanos de aquel país asesinados por efectivos israelíes.
«Turquía no se sustrajo, es sólo que la nave de nuestro socio turco no estuvo listo a tiempo para la flota, Nos quedamos con un solo barco que sale puerto turco. Precisamente ese barco – el irlandés – fue saboteado y dañado. Ahora está siendo reparado, y seguir contando con el hecho de que el Mavi Marmara estará listo en breve «, indicó.
Sobre los autores del sabotaje, parece no existir mucho misterio.
«Israel logró sabotear dos naves, tal como lo hizo el año pasado. Pero creemos que es la responsabilidad de los países donde los barcos están en puerto para explicar cómo y por qué los agentes israelíes podrían operar con tanta facilidad. Esperamos una investigación exhaustiva e informes», señala Shapiro.
EL Estado de la autoproclamada única democracia de Medio Oriente dedicada a sabotear 12 pequeños barcos con personas que pacíficamente desean llevar un cargamento humanitario a una franja de tierra que mantiene deliberadamente bloqueada, con una situación económica social insostenible y dramática según Naciones Unidas, sólo parece posible con el silencio activo de la comunidad internacional.
«La comunidad internacional tiene que entender que se puede tomar una posición contra las políticas israelíes. Hasta ahora ha aceptado sin más la posición israelí de castigo colectivo contra los palestinos en Gaza. Hay que acabar con estos argumentos superficiales que Israel plantea sobre su seguridad. Cuando están bajo presión -incluso de la flotilla- Israel puede ser obligado a cambiar sus políticas».
«El argumento acerca de la seguridad se desmorona, incluso bajo la más mínima investigación. Nadie puede negar que Israel puede impedir que buques que transporten armas, si así lo desea. Estoy seguro de que todos los países que deseen pueden hacerlo. Pero nuestros barcos son inspeccionados y su cargamento conocido por todo aquel que desee, incluso por agentes de seguridad israelíes», dice Shapiro.
Para quien «oficiales de inteligencia israelíes declararon estos hechos en la Knesset y se informó ampliamente en los medios de comunicación. Entonces ¿por qué bloquearnos?».
Pese a los inconvenientes. La acción solidaria para obtener la libertad de la ciudad palestina y de Palestina parece verse estimulada con cada sabotaje.
«Hasta ahora, nos encontramos ante el bloqueo de Israel en Grecia. Lo estamos combatiendo allí. Vamos a navegar a Gaza como una flotilla, después de reagruparnos y construir más ímpetu, y ajustar nuestra estrategia de acuerdo a la nueva situación. Esperamos tener más participantes y barcos», dice con optimismo contagioso.
Roberto Manríquez. Periodista chileno, [email protected]
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