El presidente sirio, Bashar al-Assad, se enfrentaba el jueves a discrepancias en el seno de su Partido Baath y a señales de descontento dentro del Ejército por la violenta represión de los manifestantes pro-democracia, que según un grupo de derechos humanos dejó 500 muertos. Doscientos miembros del partido de la provincia de Derá y regiones […]
El presidente sirio, Bashar al-Assad, se enfrentaba el jueves a discrepancias en el seno de su Partido Baath y a señales de descontento dentro del Ejército por la violenta represión de los manifestantes pro-democracia, que según un grupo de derechos humanos dejó 500 muertos.
Doscientos miembros del partido de la provincia de Derá y regiones colindantes dimitieron el miércoles después de que el Gobierno enviara tanques para aplastar la resistencia en la ciudad. Al menos 35 civiles murieron en el ataque, de acuerdo a grupos de derechos humanos.
Algunos diplomáticos indicaron que también están surgiendo señales de descontento en el seno del Ejército, donde la mayoría de las tropas son suníes, pero sus mandos pertenecen en su mayor parte a la minoría alauí, la misma que Assad.
El Partido Baath tiene más de un millón de miembros en Siria, lo que convierte a las renuncias del miércoles en un desafío más simbólico que real al Gobierno de 11 años de Assad.
Pero junto a las dimisiones de dos legisladores de Derá la semana pasada, las deserciones hubieran sido impensables antes de las masivas protestas pro-democracia que estallaron el mes pasado.
Otro diplomático indicó que al menos una vez este mes soldados se enfrentaron a la policía secreta para tratar de detener los disparos contra manifestantes.
«Nadie dice que Assad vaya a perder el control del Ejército, pero una vez que comienzas a usar al Ejército para masacrar a tu propio pueblo, es un signo de debilidad», dijo.
Las críticas hacia Assad se intensificaron desde que 100 personas fueron asesinadas el viernes y el Gobierno envió tanques a Derá. Estados Unidos dijo que está considerando reforzar las sanciones y gobiernos europeos discutirán la crisis el viernes.
Pero una iniciativa europea para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condene la violenta represión fue bloqueada el miércoles por la resistencia de Rusia, China y Líbano, según enviados.
China declaró el jueves que Siria debe resolver sus problemas a través del diálogo, mientras que Rusia dijo que las autoridades sirias deben juzgar a los responsables de las matanzas.
CHOQUE CERCA DE FRONTERA CON LIBANO
Siria ha culpado a grupos islamistas armados por las muertes y acusó a los políticos del país vecino Líbano de fomentar la violencia, acusaciones que éste niega.
Un funcionario libanés dijo que cientos de sirios cruzaron el jueves la frontera con Líbano en el norte cerca de Wadi Khaled, luego de que se escucharan disparos del lado sirio.
No estaba claro cuántas personas habían resultado heridas en el enfrentamiento, pero fuentes de seguridad libanesas indicaron que el Ejército había intensificado las tareas de patrullaje en la zona.
Siria ha expulsado a la mayoría de los corresponsales extranjeros, lo que dificulta verificar la situación en el terreno.
El Gobierno sirio dice que decenas de soldados y policías han muerto en los disturbios y la televisión estatal transmitió varios funerales, pero los diplomáticos sostienen que algunos de ellos fueron asesinados por las propias fuerzas de Assad.
«Los funerales más multitudinarios en Siria hasta la fecha han sido por soldados que se han negado a obedecer órdenes de disparar a manifestantes y fueron ejecutados de manera sumaria en el lugar», dijo un diplomático.
Assad envió a la Cuarta División Mecanizada, muy leal a su Gobierno y comandada por su hermano Maher, a Derá el lunes.
Informaciones de miembros de la oposición y residentes en Derá, que no pudieron ser confirmadas, indicaron que varios soldados de otra unidad se habían negado a disparar contra civiles.
DISPAROS
El miércoles por la noche se escuchaban disparos en Derá. El agua, la electricidad y las comunicaciones continuaban cortadas y los suministros esenciales escaseaban, según residentes.
«Los mártires son conservados en camiones frigoríficos que habitualmente se utilizan para transporte, pero no pueden moverlos ya que el Ejército dispara al azar. Rociamos los cadáveres con alcohol para reducir el hedor», dijo uno de los residentes.
El grupo de derechos humanos sirio Sawasiah informó el jueves que la cifra de muertos tras seis semanas de protestas trepó al menos a 500.
«Pedimos a los gobiernos civilizados que tomen medidas para detener el baño de sangre en Siria y para controlar al régimen sirio y frenar los asesinatos, torturas, asedios y arrestos. Tenemos los nombres de al menos 500 muertos confirmados», dijo Sawasiah en un comunicado.
«El ataque en Derá es un crimen contra la humanidad», agregó.
(Reporte adicional de Suleiman al-Khalidi. Traducido por la Redacción de Madrid; editado por Carlos Aliaga y Lucila Sigal)
http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE73P0Z720110428?sp=true