La carta que publicaron algunos en defensa del genocidio que lleva a cabo el ejército de ocupación sionista en Gaza está llena de falsedades. La primera de ellas, es la de describir a este genocidio como una «guerra». Lo que está sucediendo no es una guerra entre dos ejércitos y menos con el grado de […]
La carta que publicaron algunos en defensa del genocidio que lleva a cabo el ejército de ocupación sionista en Gaza está llena de falsedades. La primera de ellas, es la de describir a este genocidio como una «guerra». Lo que está sucediendo no es una guerra entre dos ejércitos y menos con el grado de paridad necesaria para poder denominarla así. Lo que está sucediendo es una ocupación por parte de un Estado armado hasta los dientes con todo tipo de armas convencionales y prohibidas por la legislación internacional, a un territorio – el palestino-, cuyo pueblo, harto de tanta opresión, resiste como puede.
El genocidio que tiene lugar en estos días ante la mirada pasiva y permisiva de los poderes internacionales, es una constante y no se limita a lo que sucede ahora con el bombardeo en Gaza. Cuando cesa el fuego, el genocidio «por goteo» continúa, con nuevos asentamientos, nuevas expulsiones, nuevas humillaciones, cárceles, torturas, despojos y abusos. Todos lo saben, pero los grandes medios cómplices lo esconden a los ojos de la población mundial que si pudiese saber el diez por ciento de lo que hacen sufrir los sionistas a los palestinos a diario, no permitirían que esta situación aberrante continúe por tanto tiempo.
Dios Altísimo, la conciencia humana y hasta las Naciones Unidas, tan reacias a condenar a Israel, permiten al ocupado la defensa.
La segunda falsedad es que Hamas, el partido con mayoría de seguidores en la Franja de Gaza, inició la «guerra». La agresión genocida la inició el ejército ocupante con la excusa de vengar el secuestro y asesinato de tres colonos (ocupantes), pero después se supo que no fueron los del Hamas o algún palestino el que los asesinó, sino israelíes.
Que el Estado sionista es la única democracia en el Medio Oriente es falso porque ha expulsado a más de cuatro millones seiscientos mil palestinos según datos de las Naciones Unidas y no les permite el retorno a su tierra, desobedeciendo una resolución de ese organismo internacional. El argumento para negarles su derecho a retornar es que si regresan serán mayoría… Matar y expulsar a quien no me vota, no es precisamente un comportamiento democrático. Dicen estos señores que Israel respeta la diversidad, pero expulsarla o matar a los oponentes, como hacen desde que fueron a ocupar esas tierras (no de estos días), es un crimen no un respeto, y no hay que ser muy intelectual para comprenderlo.
Otra falsedad es que dicen que Hamas toma de rehén a la población en Gaza. Si así fuera, la población no los votaría en elecciones limpias. De acuerdo a los veedores internacionales como el ex presidente de Estados Unidos, Carter las elecciones en Gaza han sido de las más limpias que haya presenciado. Además, si ese fuera el caso, la gente de Gaza saldría feliz a recibir al ejército de salvación de esos supuestos criminales, y no hay ni una sola foto que muestre a un habitante de Gaza corriendo a los brazos del ejército sionista supuestamente salvador. Las fotos hablan de las masacres del ejército de ocupación que es odiado por los palestinos. Si los palestinos tuvieran la misma prensa que tienen los ocupantes, sabríamos de muchas más aberraciones. Si sabemos un poco es por internet y por las redes sociales, no por lo que publiquen los grandes medios serviles al ocupante.
Si estos «intelectuales» fueran verdaderamente gente racional y judía de fe, aceptarían el precepto bíblico del Talión que es ojo por ojo diente por diente, como un derecho que adquiere el oprimido en la medida de la agresión sufrida. Más allá de que acá hay un solo agresor y es el ocupante, lo cierto es que en la peculiar lógica de estos señores, un ojo israelí vale por miles de los palestinos. Esto es pura y llana agresión no una legítima defensa.
El proyecto sionista se basó en una supuesta solución al problema de las persecuciones sufridas en Europa y en Rusia por los judíos pero a expensas de los palestinos que no tenían nada que ver con eso. Para peor, los sionistas jamás reconocieron que esas tierras palestinas estaban habitadas y comenzaron con sus agresiones para instalarse allí. Por eso los palestinos llamaron a ese proyecto sionista de un Estado propio, una tragedia (Naqba).
El colmo de pretender tomarnos como idiotas de estos señores es cuando afirman que, «Israel se desespera por proteger a sus ciudadanos y ocasionar el menor daño posible». No hay ladrillo sobre ladrillo, ni niño, mujer o anciano que haya escapado a las bombas y cañonazos del ejército sionista. Hospitales, mezquitas, escuelas, refugios de las Naciones Unidas, Iglesias, almacenes de agua, cloacas, centrales eléctricas, caminos, fábricas, hogares fueron destruidos. Todo ello costó mucho a los palestinos poder construirlo, ante el bloqueo por aire, tierra y mar que le impone el ejército de ocupación.
El judaísmo no tiene nada que ver con esta masacre. La piedra de David hoy, está en manos de los palestinos, y Goliat es el ejército sionista que ocupa Palestina. Moisés, con él sea la paz, liberó a un pueblo de la opresión del Faraón, el sionismo lo esclaviza con la ayuda del Faraón contemporáneo, ingles primero, norteamericano después, que lo provee de armas y lo protege con su veto injusto en las Naciones Unidas ante cualquier sanción para que nunca le pase nada. Ghandi decía, «mi simpatía por los judíos no puede llevarme a aceptar a un Estado que se creó con la ayuda de las bayonetas inglesas».
Herzl, el padre del Estado Sionista, proponía la creación de ese Estado en Palestina como la avanzada de «la civilización (europea) contra la barbarie (de los árabes y musulmanes)». La barbarie vino con ellos y la civilización que permite este genocidio es una civilización en vías de una cercana extinción.