Revisado por Caty R.
Qué bueno cuando los molinos de viento del cristiano viejo se afirman; espero que el señor García ortega tenga en su poder un auténtico certificado de limpieza de sangre, no sea que algún morisco o algún judío anden por su árbol genealógico.
Para un cristiano viejo los únicos dignos, los únicos honestos, son los conquistadores o cruzados que con su piel blanca y cruz en ristre desplegaban sus huestes por Oriente y las Américas mirando a los nativos como a seres infrahumanos o, en el mejor de los casos como a estúpidos, mentirosos, siniestros, astutos, incapaces… En resumen, abortos que se dignifican sirviendo al cristiano blanco.
¡Qué descarados si además se quejan de que sufren! Exponer las llagas de Cristo, aunque no sea muy estético, es el privilegio que lleva a la redención, es el vía crucis para salvarnos de nuestros pecados, pero que un ser de otra raza, de mundos lejanos que suscitan la codicia y el deseo de rapiña, tenga la desfachatez de exhibirse, ¡Qué espectáculo lamentable y fútil!
Y sí, digámoslo, repugnante. Quiénes sino unos izquierdistas retrasados y exentos de criterio ético (que se conmueven ante las llagas del moro) van a ver en estos seres humanos las ansias de libertad, igualdad, dignidad e independencia.
La tribu de enfrente, los israelíes (es decir, los judíos, porque no creo que García ortega incluya aquí al 20% de no judíos que viven en el Estado de Israel), tampoco pueden gozar del título de gente honesta.
«Los israelíes no son corderitos, ni mucho menos, y aplican la mentira con arrogancia. Al fin y al cabo, en la política la mentira forma parte de la verdad, como dijo Talleyrand. Pero digamos que los israelíes mienten más sinceramente».
Pero a pesar de todo pueden acceder a la categoría de «cristianos nuevos», son un poco más honestos, mienten con más sinceridad; aunque no recibieron el bautismo son blancos y durante muchos siglos a veces sirvieron bien al cristiano. A veces fueron un lastre, pero se hicieron dignos de asimilar cierto grado de civilización realmente humana.
En cambio los moros, nada. Esta lacra sigue envenenando nuestros pozos aunque lleven traje y corbata, convoquen elecciones y respeten sus resultados (Erdogan), o aquéllos que conspiran contra la democracia presentándose a los comicios sin corbata. Esos ya ni lacra, son el demonio en persona (Hamás).
Qué bueno ser tildada de infantil por ese cristiano viejo, estar con aquéllos que sueñan con los pies bien arraigados en la tierra, que no conocen las barreras tribales de los adultos: el color de la piel, la religión, la bandera excluyente, y que juega en el patio de recreo con todas las personas que quieren jugar de la misma forma. Soy una soñadora incurable, como tantos soñadores incurables solidarios con los derechos fundamentales del pueblo palestino que, junto a militantes como Omar Barghouti, Jamal Juma o Huweida Arraf, vamos a derribar muros como otrora junto a Nelson Mandela, Steve Biko, Djamila Buhired, Patrice Lumumba, Tupac Amaru o Emma Goldman, hemos surcado caminos de libertad y de justicia.
Liliana Cordova Kaczerginski es militante internacionalista y pertenece a la Red Internacional Judía Antisionista (IJAN).
Artículo de referencia: http://www.elpais.com/
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